Tyrese Rice, la peor pesadilla del Real Madrid, mete al Barcelona en la final

Tyrese Rice no es nuevo para el Real Madrid, ocupa las pesadillas de sus aficionados al baloncesto desde hace ya unos cuantos años. La noverdad ahora es que no le tendrán que sufrir solo esporádicamente en Europa sino que se lo encontrarán con mayor frecuencia, pues ha fichado por el Barcelona. No es el mejor regalo para los aficionados blancos, sí para el baloncesto español, que tendrá la oportunidad de disfrutar a un jugadorazo que ha pasado por lugares como el Maccabi y el Khimki, pero nunca por la ACB. Su primer partido con ellos ha sido para meterles en la final de la Supercopa tras ganar al Madrid por 99 a 93.

Opinión

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El americano no necesitó tiempo de adaptación a su nueva realidad. Se plantó la camiseta azulgrana y empezó a generar baloncesto como una máquina bien engrasada. Todo balón que pasaba por sus manos tenía sentido, demostrando su enorme calidad y el conocimiento profundo del juego. Tiene tendencia a amasar la pelota, le gusta ser protagonista, pero si el día le sale de cara es prácticamente imparable. Su línea estadística es casi insuperable: 30 puntos, 6 asistencias, más de un 50% en tiros, 34 de valoración. Como ya pasase en una final de la Euroliga, él, con su ritmo frenético y su obsesión con el aro, dejó a un buen Madrid con una dolorosa derrota. En aquella final a cuatro logró matar al Madrid en una prórroga, donde entró en la defensa blanca como cuchillo en mantequilla. Por aquellos días se decía que la lesión de Draper había apartado a los de Laso del éxito, pero esta vez si estaba y tampoco sirvió de mucho.

A los blancos les sostenía en el partido uno de los sospechosos habituales, Sergio Llull, que le dijo al nuevo que aquí también se sabe jugar al baloncesto. Lo hizo con 27 puntos pero, sobre todo, con una racha de triples espectacular que le hizo anotar seis de los ocho que salieron de las yemas de sus dedos. Llull, más aún en ausencia de Sergio Rodríguez, lleva los galones de un conjunto que aspira a todo. No se va a amedrentar, nunca lo ha hecho, más bien al contrario, el de Mahón es el descaro con zapatillas deportivas. No es ser una estrella su única labor para esta temporada. Compartirá muchos minutos con Luka Doncic, y le tiene que enseñar las partes del baloncesto que el esloveno aún no sabe. Demostró Doncic que es un jugador a tener en cuenta, con el 2.04 que levanta del suelo. Sus ocho rebotes son la mejor línea de su partido. Tiene que tirar mejor, ninguno de los tres triples que intentó terminó entrando. Eso también lo da la experiencia.

Uno de los campos de batalla que mejor controló el Barcelona fue la pintura. En ataque, sí, pero sobre todo en defensa. Los pívots del Real Madrid estuvieron desaparecidos. Randolph, fichado como una estrella, necesita más tiempo para encontrarse. Ayón, renovado con honores este verano estuvo desconocido. Felipe Reyes, siempre brillante, no llegó al gris. Y Nocioni prácticamente no jugó. Doellman y, especialmente, Ante Tomic, demostraron con su talento que son capacesn de dominar el partido por dentro aunque los blancos hayan reforzado esas posiciones. La diferencia en rebotes no fue mucha, pero las sensaciones eran absolutamente contrarias. Los del Madrid parecían atrancados, incluso en el tiro libre, mientras Tomic y Doellman podían haber metido el balón en un dedal, por más físicamente imposible que eso sea.

Claver brilla en su debut

El croata anotó 14 puntos y cogió ocho rebotes y sacó a relucir su extenso repertorio de jugadas interiores. Doellman, que no estaba muy brillante durante el partido, compareció en los minutos finales para recordar que es otro súper clase. De él dependieron los balones finales, como por otra parte es costumbre en el equipo azulgrana.

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También estuvo brillante uno de los nombres del partido: Víctor Claver. El ala-pívot valenciano ha fichado este verano por el Barcelona y se espera de él que sea determinante, porque después de pagar dos millones de euros no vale menos que eso. En su primer asalto como jugador del Barça estuvo notable, con 16 puntos y mostrándose especialmente atinado más allá de la línea de 6.75. Además cogió siete rebotes, a pesar de que jugó de alero buena parte del partido. En esa posición, más aún que jugando de cuatro, es donde más diferencias puede sacar. Con su tamaño y su movilidad es un jugador muy incómodo de defender para los exteriores. Si consigue que su racha de tiro exterior se estabilice hará mucho daño a cualquier rival que se le ponga enfrente.

La buena labor de Rudy o de Carroll no fue suficiente ante el exiguo juego interior blanco. Los de Pablo Laso tuvieron arreones de juego, lograron ponerse hasta ocho puntos por delante en fases del partido, pero después de sus buenas rachas perdían fuelle y Rice aprovechaba para devolver a los suyos al partido. Bartzokas debuta de la mejor manera posible en el banquillo del Barça, no hay victoria que satisgafa más que la que se consigue contra el eterno rival. Aún le quedan cosas por desplegar, sistemas que enseñar y pizarras que desgastar, pero por el momento es consciente de una de las cosas más importantes: tiene mimbres sobrados para hacer un buen cesto.

Ficha técnica

93. Real Madrid (26+22+22+23): Llull (27), Rudy (15), Taylor (-), Randolph (7), Ayón (4)-cinco inicial-, Draper (9), Nocioni (-), Doncic (8), Reyes (6), Carroll (10) y Hunter (7).

99. Barcelona (26+21+26+26): Rice (30), Oleson (6), Perperoglou (6), Claver (16), Tomic (14)-cinco inicial-, Doellman (11), Dorsey (6), Ribas (4), Navarro (6) y Vezenkov (-).

Árbitros: J. C. García González, Benjamín Jiménez Trujillo y Carlos Peruga. Sin eliminados.

Incidencias: Semifinal de la Supercopa Endesa disputada en el Buesa Arena ante 9.257 espectadores.