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El tapón de Randolph simboliza la actual superioridad del Madrid sobre el Barça
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la resaca de un clásico histórico

El tapón de Randolph simboliza la actual superioridad del Madrid sobre el Barça

La victoria en el Palau Blaugrana, la más amplia del Madrid en toda su historia, refleja el estado actual de la rivalidad entre ambos clubes, con los blancos muy por encima

Foto: Instante de la acción de Anthony Randolph (Mikel Trigueros / Urbanandsport / Cordon Press)
Instante de la acción de Anthony Randolph (Mikel Trigueros / Urbanandsport / Cordon Press)

Es muy probable que, más que por la mayor victoria madridista en territorio azulgrana en toda su historia, el FC Barcelona-Real Madrid de este viernes sea recordado como el 'Clásico del Tapón'. Del tapón de Anthony Randolph a Joey Dorsey. No es la primera vez que eso pasa ni será la última. La historia del baloncesto está llena de jugadas cuyo recuerdo supera al del partido en el que suceden. Normalmente suelen ser acciones mucho más decisivas, como canastas para ganar o forzar la prórroga, y no un tapón. Pero lo hecho por Randolph fue excepcional: el suyo es uno de los mejores tapones que se recuerdan en el baloncesto FIBA; una barbaridad física y técnica solo alcance de un tipo con sus condiciones y también con su cabeza, porque hay que estar un poco 'loco' para meter la mano ahí.

Foto: El Real Madrid suma seis victorias en las ocho primeras jornadas (Quique García/EFE)

La fotografía de Randolph taponando a Dorsey, aunque solo consiguiera retrasar la canasta del azulgrana un par de segundos, ya es historia de los Barça-Madrid y puede convertirse en una imagen icónica de la Euroliga, que la está explotando convenientemente, algo que hace la NBA a diario. La acción del pívot estadounidense sirve, también, como símbolo de una época en el baloncesto español, la del dominio del Real Madrid sobre el Barça.

El tapón de Randolph.

La llegada de Pablo Laso al banquillo madridista en 2011 inauguró una etapa de éxitos que ha llevado al Madrid a conquistar 12 títulos en cinco temporadas. Hace cinco años el equipo blanco estaba por detrás del Barça de Xavi Pascual, un proyecto consolidado y construido para luchar cada año por la Euroliga. Pero la diferencia se fue acortando poco a poco y con el paso de los años el Madrid se colocó primero a la misma altura y luego por encima de su máximo rival.

Esa diferencia a favor de los madridistas alcanzó su máxima amplitud en junio, con el Real Madrid levantando el título de campeón de la ACB después de ganar la final por 3-1 a los azulgrana y el Barça despidiendo a Pascual, su entrenador durante los últimos ocho años. Los movimientos en verano reforzaron la idea de que el Real Madrid es un transatlántico con un rumbo claro, mientras que el Barça entraba en un período de incertidumbre marcado por el final de una época que empezó siendo muy exitosa y quizá se alargó demasiado.

A las dificultades lógicas de un cambio tan importante en el banquillo, aunque la mayoría de la plantilla es la misma que en la temporada pasada, se han unido las numerosas lesiones, un contratiempo en un período de adaptación a las nuevas ideas. Eso, además, ha obligado a un sobresfuerzo a los sanos, que lo han notado en un calendario más cargado que nunca. En este inicio de temporada, el Barça es un equipo que envía señales contradictorias. Lo mismo gana con autoridad al Real Madrid que sufre una de las peores derrotas de su historia menos de dos semanas después contra el mismo equipo. Igual mete un domingo 99 puntos, su máxima anotación de la temporada, que el miércoles anota solo 52, la peor. El Barça da la impresión de ser un equipo roto, solo así se puede explicar su desconexión en el Clásico.

Lo único positivo, si es que hay algo, es que las cosas no pueden ir a peor. Lo dijo Bartzokas tras perder contra el Real Madrid: "No podemos caer más bajo". Todos los problemas que tiene el Barça no le incapacitan para luchar por los títulos esta temporada. Los lesionados irán recuperándose, llegará algún fichaje más y los resultados, que son preocupantes pero no desastrosos, mejorarán. Que nadie se sorprenda si el mismo equipo que salió vapuleado el viernes de su propia cancha está conquistando trofeos a final de temporada.

La naturaleza de Real Madrid y FC Barcelona convierte cualquier éxito de uno en un revés para el otro. Para dos equipos con la exigencia de ganarlo todo, no conquistar un título es una decepción. Y asa decepción se convierte en frustración si tu máximo rival no para de ganar. El símil de los vasos comunicantes puede sonar a tópico, pero es muy cierto. Es incompatible que los dos tengan éxito. Y ahora mismo lo tiene el Madrid, como ha demostrado en los últimos años y el viernes al ganar por 39 puntos en el Palau Blaugrana.

Es muy probable que, más que por la mayor victoria madridista en territorio azulgrana en toda su historia, el FC Barcelona-Real Madrid de este viernes sea recordado como el 'Clásico del Tapón'. Del tapón de Anthony Randolph a Joey Dorsey. No es la primera vez que eso pasa ni será la última. La historia del baloncesto está llena de jugadas cuyo recuerdo supera al del partido en el que suceden. Normalmente suelen ser acciones mucho más decisivas, como canastas para ganar o forzar la prórroga, y no un tapón. Pero lo hecho por Randolph fue excepcional: el suyo es uno de los mejores tapones que se recuerdan en el baloncesto FIBA; una barbaridad física y técnica solo alcance de un tipo con sus condiciones y también con su cabeza, porque hay que estar un poco 'loco' para meter la mano ahí.

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