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Guía para entender la guerra del baloncesto que amenaza a España
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una batalla que comenzó a principios de siglo

Guía para entender la guerra del baloncesto que amenaza a España

Gran inquietud tras conocerse que FIBA Europa decidió excluir, entre otras, a España del próximo Eurobasket 2017. Una guerra abierta contra la Euroliga que comenzó en 2000

Foto: España ganó el Eurobasket disputado en Francia en 2015 (EFE)
España ganó el Eurobasket disputado en Francia en 2015 (EFE)

Desde hace tiempo se veía venir. Esta misma semana, ya en el mundo del baloncesto se intuía que la guerra iba a estallar por completo. Fue este viernes cuando se produjo la detonación. Una compleja situación que vivió su primer capítulo a principios de este siglo y que con el paso del tiempo se ha ido enredando poco a poco hasta llegar a este punto en el que las hostilidades se han desatado por completo. FIBA Europa envió una carta a las federaciones cuyas ligas han elegido seguir jugando la Euroliga y no su Basketball Champions League, anunciándoles a ocho de ellas que están excluidas del próximo Eurobasket de 2017 y avisando a otras seis. Entre esas selecciones castigadas está España, además de Eslovenia, Croacia, Serbia, Montenegro, Macedonia, Rusia y Bosnia-Herzegovina, mientras Lituania, Italia, Grecia, Israel, Polonia y Turquía son las que están amenazadas.

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En el Consejo Superior de Deportes (CSD), que por el momento no tiene notificación oficial, se vive con “una gran preocupación” este asunto, según se desvela desde su interior. La posición del organismo que preside Miguel Cardenal es la de mediar entre las partes, dejando claro que su firme apuesta es “la defensa del deporte federado y solidario”. En las próximas horas los ejecutivos del CSD estudiarán detenidamente este litigio y se confía en que “todo se solucione de manera satisfactoria antes de que se dispute el próximo Eurobasket” (las sedes son Finlandia, Israel, Rumanía y Turquía). Por otra parte, se considera que “la presencia de España en los Juegos de Río está a salvo”.

Palabra de Sáez

Una de las personas más autorizadas para valorar este espinoso asunto es José Luis Sáez, presidente de la Federación Española de Baloncesto (FEB). El mandatario opta por no hacer declaraciones, pero informa escuetamente a este periódico que están "analizando institucional y jurídicamente la carta recibida por la compleja situación que en España se da de atribuciones legales”. “Hasta el próximo martes no podremos tener preparados todos los argumentos”, añade Sáez. El dirigente no atraviesa una sencilla situación y este sábado 'El Mundo' informaba sobre la apertura de un expediente disciplinario por “falta muy grave”, decisión adoptada esta semana por parte del Tribunal Administrativo del Deporte (TAD). Hay que recordar que el CSD está a la espera de recibir una auditoría complementaria desde hace tiempo tras haberse detectado irregularidades en las cuentas de la FEB.

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Una enrevesada situación la que vive el baloncesto a nivel mundial y que tiene varias claves para comprender la batalla abierta.

1- El germen de esta guerra data de principios de siglo, cuando tuvo lugar una escisión en el baloncesto europeo. En la temporada 2000-2001 hubo dos competiciones, la Suproliga, organizada por la FIBA, y la recién creada Euroliga. Este escenario solo estuvo vigente una campaña, pues finalmente ambos organismos acordaron que la Euroliga fuera la gran y única competición europea en el futuro. Aquella temporada, la Suproliga fue ganada en una Final Four por el Maccabi, mientras que la Euroliga se la llevó el Kinder Bolonia, que se impuso en la final -a cinco partidos- al TAU Cerámica. En abril de 2001, ambos organismos alcanzaron un acuerdo para su fusión. La FIBA seguiría ostentando un papel protagonista como representante del baloncesto a nivel internacional (serían de su competencia los controles antidopaje, reglas sobre traspasos, regulación de las funciones de los árbitros...), mientras que la ULEB (Unión de Ligas Europeas de Baloncesto) se encargaría de la explotación de la competición (derechos comerciales, mercadotecnia, reglamento…).

Reparto de 150 millones de euros

2- Las hostilidades se empezaron a recrudecer de nuevo en el año 2012, cuando la FIBA aprobó que las selecciones nacionales volvieran a disputar partidos -a partir de 2017- durante la temporada regular de los clubes. Con vistas la Copa del Mundo que se celebrará en China en 2019, los equipos nacionales quedarán divididos en dos divisiones con grupos de tres o cuatro equipos. Esta decisión provocará que se paren las competiciones en diferentes momentos (noviembre de 2017; febrero, junio, septiembre y noviembre de 2018 y febrero de 2019). La Euroliga expresó en aquel momento su firme propósito de no variar su calendario, mientras la NBA dejó claro que no cedería a sus jugadores al equipo nacional de los Estados Unidos. Además, los clubes exigieron un seguro para sus jugadores y una compensación económica; los protagonistas del balón, mientras, alucinaron con la medida, pues apenas tendrán descanso.

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3- A comienzos de 2015, FIBA empezó a moverse para hacerse con el control del baloncesto de clubes. Creó una competición de segundo nivel para la temporada 2015-2016 e intentó convencer a los 8 principales clubes de Europa para que dejaran la Euroliga y se unieran a una nueva competición que arrancaría en 2016. Ese torneo, aún sin nombre, repartiría 150 millones entre los equipos y estaría gestionado a medias. La Euroliga respondió diciendo que la propiedad de la competición por parte de los clubes era innegociable y que se sentarían a hablar en noviembre.

No era un farol

4- En la reunión del pasado 3 de noviembre, FIBA presentó a la Euroliga el proyecto de Basketball Champions League, una nueva competición cuya propiedad compartiría con los clubes y que repartiría 30 millones de euros en premios, bastante menos de lo que se había hablado. La Euroliga prometió contestar en dos semanas, pero antes de ese tiempo anunció un acuerdo de diez años con la multinacional IMG para la creación de una nueva competición que puede llegar a los 50 millones de euros en premios. La reacción de FIBA fue seguir adelante con los planes de su competición. Quince años después, el baloncesto europeo volvía a tener dos competiciones.

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5- Desde entonces, las relaciones entre ambas partes son casi inexistentes. Se culpan entre ellas de la situación y se han cruzado denuncias ante la Comisión Europea. Durante los últimos meses, una vez estaba claro que iba a haber dos competiciones, tanto FIBA como Euroliga se han dedicado a intentar convencer a ligas y clubes para que se unan a sus proyectos. En esa lucha, FIBA amenazó a las federaciones con la exclusión de las selecciones de sus torneos si permitían que ligas y clubes se unieran a Euroliga. Y ha cumplido su amenaza después de que la ACB y otras ligas eligieran esa opción. Está claro que no iba de farol.

Desde hace tiempo se veía venir. Esta misma semana, ya en el mundo del baloncesto se intuía que la guerra iba a estallar por completo. Fue este viernes cuando se produjo la detonación. Una compleja situación que vivió su primer capítulo a principios de este siglo y que con el paso del tiempo se ha ido enredando poco a poco hasta llegar a este punto en el que las hostilidades se han desatado por completo. FIBA Europa envió una carta a las federaciones cuyas ligas han elegido seguir jugando la Euroliga y no su Basketball Champions League, anunciándoles a ocho de ellas que están excluidas del próximo Eurobasket de 2017 y avisando a otras seis. Entre esas selecciones castigadas está España, además de Eslovenia, Croacia, Serbia, Montenegro, Macedonia, Rusia y Bosnia-Herzegovina, mientras Lituania, Italia, Grecia, Israel, Polonia y Turquía son las que están amenazadas.

Miguel Cardenal Consejo Superior de Deportes (CSD)
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