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Laso se empeña en demostrar que es el candidato ideal para el banquillo del Madrid
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borrón y cuenta nueva para el vitoriano

Laso se empeña en demostrar que es el candidato ideal para el banquillo del Madrid

Tras las dudas surgidas después del desastroso final de campaña, el Real Madrid inició el curso con una valiosa victoria ante el Barça. Laso seguirá al frente del banco

Foto: Pablo Laso en sala de prensa antes del partido de pretemporada que los blancos jugaron en Colombia.
Pablo Laso en sala de prensa antes del partido de pretemporada que los blancos jugaron en Colombia.

Nadie esperaba un sopapo de tal magnitud a las primeras de cambio. El sábado, el Real Madrid se alzaba con la Supercopa ACB tras vencer al Barcelona por una contundente 99-78 en el Buesa Arena de Vitoria. Los blancos conquistaban así su cuarta Supercopa (la primera fue en 1984), la tercera consecutiva ante su némesis en el baloncesto español. En 2012, en el Príncipe Felipe de Zaragoza victoria por 84-95. Un año más tarde, también en la plaza vitoriana, los de Laso doblegaban en la final a los culés por un ajustado 79-83. Sólo en 2011, cuando el bombo no se apañaba para que los dos grandes se vieran sólo en la fina, los culés se impusieron en el Bilbao Arena por 70-74. “Los veranos son largos y para nosotros, con 9 jugadores en el mundial, teníamos muy pocos entrenamientos juntos. El esfuerzo que han hecho para adaptarse ha sido muy grande. El jueves por la noche les dije que habíamos venido a ganar. Debíamos ser competitivos desde el primer día y por eso hay que estar muy contentos”, comentaba Laso tras llevarse el duelo.

Un aperitivo que al margen de su escaso valor deportivo sirve para dar un golpe de autoridad y refrendar a un tipo del que todos dudaban que siguiera al frente de la nave blanca. "No hay debate, Pablo Laso es entrenador del Real Madrid y tiene contrato. Personalmente no veo ningún debate en el tema. Tiene contrato (hasta 2016)”. A principios de julio,Alberto Herreros, director deportivo del Real Madrid, aprovechaba el sorteo de la Euroliga para salir en defensa de la que siempre ha sido la apuesta del área deportiva del equipo para ocupar el banquillo. Ese mismo día Laso vertióa través de la web del clubsu opinión sobre los rivales que deparó el bombo en la primera fase de la máxima competición continental. Un claro intento por apaciguar los ánimos y ofrecer una imagen de normalidad cuanto menos sospechosa. Máxime cuando tres días antes,Jota CuspinerayHugo López, los dos ayudantes de Laso, amanecieron con un burofax emitido por el Real Madrid donde se les anunciaba el final de su relación contractual con la entidad merengue.

Tras un verano donde aguardó estoicamente alejado del foco mientras le situaban lejos del Palacio de los Deportes, el vitoriano regresó de las vacaciones escoltado por Chus Mateo y Zan Tabak, sus dos nuevos ayudantes, empeñado en demostrar que es el candidato ideal para manejar el banquillo del Real Madrid. Ni rastro de Katsikaris. Parece que la debacle del ex técnico de Valencia y Bilbao entre otros en el Mundial con Grecia levantó ciertas suspicacias sobre su fichaje. Laso salió reforzado y su silencio durante todo el verano no ha hecho sino apreciar su imagen de lealtad y fidelidad a un equipo que le necesita. Al final, tras renovarle en febrero y ponerle en el disparadero en junio, Florentino Pérez acabó por escuchar las voces que apostaban por seguir construyendo un proyecto con Laso como indudable referente.

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Hablamos de un hombre que, a pesar de sus errores en la recta final de la temporada pasada, ha sido el encargado de enderezar el rumbo a un grupo que a su llegada andaba desalmado, sin identidad. Desde la temporada 1999/2000, salvo la estabilidad adquirida en el periodo que lleva Laso en el banquillo (dos Copas del Rey, dos finales de Euroliga, una Liga, dos finales ACB y tres Supercopas), el equipo fue dando tumbos con un balance deportivo desastroso: tres Ligas (1999/2000, 2004/2005 y 2006/2007), una Eurocup (2006/2007) y una final de Eurocup (2003/2004). Todo con una inestabilidad en los banquillos inasumible: Scariolo, Imbroda, Julio Lamas, Bozidar Maljkovic, Joan Plaza, Messina y Lele Molin.

Sobre el papel, todos se centraban en elogiar la artillería pesada que había reunido el Barcelona: Doellman, Satoransky, DeShaun Thomas y Tibor Pleiss. Refuerzos que cerraron la puerta a Gustavo Ayón, quien pasó a ser el jugador interior número 40 que fichaba el Real Madrid en los últimos 15 años. Además del mexicano, llegaron KC Rivers, Campazzo, Nocioni y Maciulis. Un plantel de 13 jugadores, que alcanzaría los 14 con la posible incorporación puntual de Luka Doncic en los partidos de Euroliga, dispuesto a evitar el cataclismo del último curso. Todo iba sobre ruedas. El Real Madrid de los records sobrevolaba Europa con exuberancia, sin encontrar un equipo con recursos suficientes para detener la potencia de una maquinaria perfectamente engrasada. En la competición doméstica nadie le tosía (32-2 en liga regular). Pero entonces, en medio de la nube llegaron tres meses oscuros donde 11 inoportunas derrotas dejaron las vitrinas con una solitariaCopa del Reyganada in extremis. Escaso botín para un equipo donde la victoria no se negocia.

Se perdió en Milán en una prórroga que nunca debió tener lugar; y se perdió en el cuarto partido de la final en el Palau Blaugrana con la imagen de Laso dedicando carantoñas (su mítico “es una puta vergüenza" forma parte de la historia de nuestro baloncesto) a los árbitros mientras empujaban su silla de ruedas camino de los vestuarios. Adiós a la novena, que como ocurriera en 2013 en Londres, deberá seguir aguardando su momento (en 2015 se cumplirán 20 años del titulo ganado en Zaragoza). Y adiós a un título de Liga que el madridismo veía como asidero de esperanzas tras el descalabro en la Euroliga. Todo en menos de un mes. Duro. A una semana del inicio de la Liga Endesa, el Real Madrid, con Laso al frente, sigue aspirando a todo.

Nadie esperaba un sopapo de tal magnitud a las primeras de cambio. El sábado, el Real Madrid se alzaba con la Supercopa ACB tras vencer al Barcelona por una contundente 99-78 en el Buesa Arena de Vitoria. Los blancos conquistaban así su cuarta Supercopa (la primera fue en 1984), la tercera consecutiva ante su némesis en el baloncesto español. En 2012, en el Príncipe Felipe de Zaragoza victoria por 84-95. Un año más tarde, también en la plaza vitoriana, los de Laso doblegaban en la final a los culés por un ajustado 79-83. Sólo en 2011, cuando el bombo no se apañaba para que los dos grandes se vieran sólo en la fina, los culés se impusieron en el Bilbao Arena por 70-74. “Los veranos son largos y para nosotros, con 9 jugadores en el mundial, teníamos muy pocos entrenamientos juntos. El esfuerzo que han hecho para adaptarse ha sido muy grande. El jueves por la noche les dije que habíamos venido a ganar. Debíamos ser competitivos desde el primer día y por eso hay que estar muy contentos”, comentaba Laso tras llevarse el duelo.

Pablo Laso Sergio Llull
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