Domantas Sabonis honra a su apellido y ya hace historia con Unicaja de Málaga

En época de vacas flacas, en una ACB de menos lustre y menor poderío económico en sus equipos (a excepción de Madrid y Barcelona), emergen las figuras de cantera. Sucede en Estudiantes, que cuenta este año con seis jugadores sub-23. Y sucede en Unicaja. Allí Joan Plaza, en su nueva etapa en el club de Málaga, cuenta con un diamante aún por pulir. Su apellido, Sabonis, llama la atención. Hijo del mítico ex jugador del Real Madrid y de los Blazers, Domantas Sabonis se convertía este domingo en el debutante más joven en vestir la camiseta de Unicaja en la Liga Endesa a sus 17 años, 5 meses y 20 días tras estar entrenando desde la temporada pasada con el primer equipo. Con 2,06 de altura, saldó su primer partido con la camiseta verde con 6 puntos y 3 rebotes (9 de valoración).

"Va a participar, lo veréis el domingo, de una forma tangible, clara, constante y porque él se lo merece. Los entrenadores de base del club que han trabajado con él, lo han hecho bien y nos está ayudando”, decía su entrenador en la previa del partido ante Estudiantes, dónde el equipo de Plaza barría a un ‘baby Estudiantes’ (98-78). La firma de contrato como profesional impide al pequeño de los Sabonis participar en la NCAA como se había especulado este verano por las magníficas actuaciones que venía cosechando el ala-pívot. "Mucha gente pensó que el tema de Domantas era simbólico. Para bien o mal, nunca me ha supuesto un inconveniente sacar jugadores jóvenes, aunque lo prioritario es ganar partidos y meternos arriba, pero por cada club que he ido pasando, han ido saliendo jugadores y aquí no será una excepción".

Con una armadura propia de pívot, gracias a su imponente altura que todavía está por crecer, los responsables de la cantera del equipo malaguista se han esforzado por dotarle de armas técnicas que le permitan alejarse del aro. De esta forma, a sus condiciones formidables para actuar de 5, añade unos recursos técnicos que le permiten también actuar de alero. Un apellido de tanta alcurnia en el baloncesto como el de Sabonis no parece cohibir el talento que afirman quienes siguen al pequeño de los Sabonis.

A la par que su crecimiento con Unicaja, tampoco parece tener techo por el momento con las categorías inferiores de la selección lituana. Ya en 2012 brilló en el Europeo sub-16 con 14’1 puntos, 14’4 rebotes, 2’4 asistencias y 1’4 tapones de media. Este verano, antes de incorporarse a la pretemporada con el primer equipo de Unicaja, promedió 14 puntos, 11’4 rebotes y 1’4 asistencias en el Europeo sub-18. Fue, además, el máximo reboteador en ambos campeonatos. Llegado a Málaga con tan sólo cuatro años, a sus 17 años se ha convertido en la principal esperanza de un equipo que busca nuevos ídolos a los que agarrarse. La Liga Endesa vuelve a tener a un Sabonis que, como el padre, apunta a estrella.