Es noticia
La visita a la Casa Blanca que terminó en un año de suspensión por dopaje
  1. Deportes
  2. Atletismo
otro se lo saltó por un homenaje en su ciudad

La visita a la Casa Blanca que terminó en un año de suspensión por dopaje

La campeona olímpica Brianna Rollins se saltó tres controles, uno por ir a ver a Obama, y no podrá competir en 2017. A diferencia de Mechaal, con un caso parecido, ella acepta su culpa

Foto: Brianna Rollins, en su oro en Río. (EFE)
Brianna Rollins, en su oro en Río. (EFE)

Brianna Rollins es una de las mejores atletas de la actualidad. A sus 25 años ya es campeona olímpica y del mundo de los 100 metros vallas, lo que la convierte en una de las deportistas más brillantes en Estados Unidos. En Río consiguió capitanear un triplete histórico, el conseguido por tres compatriotas en una prueba que hasta el momento se les había resistido. Nada de ese historial ha importado para que haya sido sancionada por dopaje, aun no habiendo dado nunca un positivo: se saltó tres controles, motivo suficiente para tenerla un año sin competir y perderla en los Mundiales de Londres.

Foto: Pedro Pablo Pichardo, en una reunión atlética. (EFE)

"Es un caso difícil, porque supone la imposición de un castigo seria una atleta brillante que no tiene ningún cargo o sospecha de usar sustancias ilegales de ningún tipo. Rollins simplemente es admirable", admite el tribunal que ha decretado la sanción, formado por tres personas de la agencia antidopaje de Estados Unidos (USADA). Es un caso curioso, porque la velocista pasó la temporada pasada 16 controles antidopaje, ocho de ellos fuera de competición y tres en fechas cercanas a los controles que se saltó. Todos ellos fueron negativos, lo cual no quita para que se saltase la norma de la disponibilidad y, consecuentemente, merezca una sanción según la normativa.

Es algo similar a lo que le ocurrió al atleta español Adel Mechaal, que espera la resolución del TAS sobre su caso, en el que también está acusado de saltarse tres controles antidopaje. Si compite el fondista es únicamente porque, por el momento, tiene una suspensión cautelar de su condena hasta que el gran tribunal dicte la sentencia final. Todo eso no le pasará a Rollins, más que nada porque ella, simplemente, ha aceptado que no actuó bajo la normas y, por lo tanto, merece su sanción.

"Siempre he estado con la USADA en su lucha por mantener nuestro deporte limpio y continuaré haciendo mi parte para demostrar que se puede tener éxito sin necesidad de atajos", expresa Rollins en un comunicado. "Esto es duro, pero soy capaz de ver los errores que he cometido. Entender esto me ayudará a prevenir problemas similares en el futuro. Acepto la sanción y trabajaré para volver en 2018", zanjaba la atleta.

Algo muy diferente a Mechaal, que cuando supo de su sanción tiró por lo más fácil, o quizá solo por lo más habitual, al asegurar ser víctima del sistema. Está en su derecho de reclamar, el TAS aún puede levantarle la suspensión de manera definitiva. Si no lo hace, además, perederá su medalla de oro en el Europeo celebrado en Belgrado este año. Tanto Rollins como Mechaal cometieron el mismo error, no tomarse muy en serio el sistema ADAMS por el cual tienen que estar localizados y disponibles una hora todos los días. Un requisito duro, es verdad, pero que un atleta tiene que aceptar y seguir para llevar a cabo su carrera.

Rollins, ejemplar en su reacción, ha querido recordarles a sus compañeros la importancia de cumplir con los mandatos del antidopaje mundial. "Quiero decirles al resto de atletas que se den cuenta de la importancia de rellenar convenientemente los formularios y de entender las implicaciones que puede tener un error así", decía en su comunicado.

placeholder Rollins encabezó un triplete histórico en Río. (Reuters)
Rollins encabezó un triplete histórico en Río. (Reuters)

Peligrosos homenajes

Lo más curioso es que Rollins no se hubiese metido en este berenjenal de no haber sido campeona olímpica. El primero de sus errores fue al no notificar que iba a una competición en Iowa. La USADA pensó que seguía en su casa, como estaba notificado. La atleta creyó que el hecho de apuntarse a una competición modificaba automáticamente su ubicación, pero no es cierto. Hasta ahí le hubiese podido pasar a cualquier otro, pero en las otras dos ocasiones...

Foto: Brianne Theisen-Eaton y Ashton Eaton, en una competición de heptatlón. (Reuters)

La atleta tenía que estar en Pasadena, pero en ambos casos se encontraba recibiendo homenajes por su hazaña. El primero de ellos en su lugar de nacimiento, en Florida, donde se organizó un 'Día de Brianna Rollins" con el fin de agasajar a la velocista. Salió en prensa, es evidente dónde estaba en esas fechas, pero eso no es suficiente en estos casos. La tercera, la que conlleva automáticamente la pena, es aún más rebuscada, pues estaba en la Casa Blanca, siendo recibida por Obama junto con otros campeones olímpicos. Igualmente problemático, una sanción por haber ido a ver al presidente de los Estados Unidos.

Brianna Rollins es una deportista muy admirada en Estados Unidos, por su talento, evidente, pero también por una historia personal en la que ha tenido que sortear grandes dificultades hasta llegar a la cima. Rollins, nacida en las afueras de Miami, vivió junto a sus seis hermanos con sus abuelos, un trabajador postal y una jardinera, después de que su padre fuera encarcelado. Su madre pasaba algo de dinero desde su puesto de vigilante de prisiones, pero su infancia estuvo marcada por las ausencia.

En el instituto conoció a Carmen Jackson, una veterana entrenadora que le enseñó a pasar las vallas, lo que se convertiría posteriormente en su carrera, la manera de salir de una vida difícil hasta el estrellato. De su High School pasó a la universidad de Clemson, una de las más prestigiosas en cuanto a deporte de los Estados Unidos. Allí demostró su formidable capacidad, se proclamó tres veces campeona universitaria y batió el récord universitario de los 100 metros. Con 22 años ya era campeona del mundo, con 24 olímpica. Ahora los problemas han vuelto. Por la dejadez más que por el dopaje. Pero, en todo caso, asumiendo los propios errores.

Brianna Rollins es una de las mejores atletas de la actualidad. A sus 25 años ya es campeona olímpica y del mundo de los 100 metros vallas, lo que la convierte en una de las deportistas más brillantes en Estados Unidos. En Río consiguió capitanear un triplete histórico, el conseguido por tres compatriotas en una prueba que hasta el momento se les había resistido. Nada de ese historial ha importado para que haya sido sancionada por dopaje, aun no habiendo dado nunca un positivo: se saltó tres controles, motivo suficiente para tenerla un año sin competir y perderla en los Mundiales de Londres.

El redactor recomienda