Javier Moracho ya perdió por culpa de un planchazo en los JJOO de Los Ángeles 1984

Shaunae Miller ya es eterna. La flamante campeona de los 400 metros se hizo con la medalla de oro gracias a un planchazo increíble que le sirvió para entrar primera por la línea de meta. Se trata, sin duda, de uno de los momentos para la historia que han dejado los Juegos de Río, y que recuerda enormemente a lo que le sucedió a Javier Moracho en Los Ángeles 1984, un 'adelantamiento' por la derecha que le dejó sin la opción de luchar por una medalla.

Este martes ha tenido lugar una de las imágenes más espectaculares de los Juegos Olímpicos de Río. Sucedió en la final femenina de los 400 metros, en que la bahameña Shaunae Miller consiguió llevarse el oro gracias a una espectacular maniobra que dejó a la norteamericana Allyson Felix con la miel en los labios. Y es que cuando la estadounidense tenía en sus manos la posibilidad de ser la primera atleta de la historia en sumar cinco medallas olímpicas, algo ocurrió.

Miller, en un esprint final totalmente desatado y con los gramos justos de fuerza, decidió lanzarse de cabeza sobre la misma línea de meta, una maniobra espectacular que le sirvió para llevarse la medalla de oro y conseguir superar a su rival a escasos metros del éxito. La espectacular imagen de la bahameña volando sobre el tartán para lograr el triunfo recordó a una de las imágenes más dolorosas del deporte español, sufrida en sus propias carnes por Javier Moracho.

Con la miel en los labios

El oscense, uno de los mejores atletas españoles de todos los tiempos, llegaba a los Juegos de Los Ángeles 1984 con la maleta cargada de ilusión por conseguir una medalla para España. A punto de cumplir 26 años, Moracho acudía al campeonato con grandes sensaciones. Tras conseguir un increíble séptimo puesto en los 110 metros valla de Moscú 1980, cuatro años más de competición y varias medallas por el camino le daban la experiencia necesaria para intentar asaltar el podio.

En Los Ángeles, lo tenía absolutamente todo para meterse en la gran final y, por qué no, luchar por alguna de las tres medallas y dar un nuevo éxito a España. Tras superar la primera ronda clasificatoria con el segundo mejor tiempo de su manga -14,05-, llegó el momento de las semifinales. Los cuatro primeros puestos de cada una de ellas daban acceso al final, un logro al alcance de Moracho... pero que se le escapó porque un inesperado rival apareció volando por su derecha.

Tras una rápida salida, Moracho se encontró cómodo en la parte cabecera de la prueba, pasando cada valla con solvencia y mostrando un alto nivel competitivo. Tras superar el último obstáculo, en su esprint final para sellar la clasificación, vio claro que tenía el cuarto puesto al alcance de su mano, ante lo que se relajó: cuando menos lo esperaba, el canadiense Jeff Glass se lanzó en plancha en busca de la meta, superándolo por una centésima y dejándole fuera de la final.

Moracho, que se guardó fuerzas en los metros finales, vio cómo Glass le había robado la posibilidad de luchar por una medalla, precisamente en los Juegos en los que se encontraba en su estado álgido de forma. El canadiense, curiosamente, acabó último en la final, mientras que el español, solo un año después, fue subcampeón del mundo en pista cubierta. Moracho perdió su gran oportunidad en Los Ángeles. Y, todo, por un inesperado planchazo como el de Miller.