El campeón olímpico que compite en su jardín

Se dice que es uno de los atletas más infravalorados del mundo. Greg Rutherford, el mejor saltador de longitud del planeta, es el actual campeón olímpico, mundial, europeo y de la Commonwealth, el número uno indiscutible en el foso de arena, el hombre que más lejos vuela, y sin embargo carece de reconocimiento, especialmente en su país, donde Mo Farah y Jessica Ennis acaparan las noticias de atletismo. La causa está que el mejor registro de Rutherford (8,51 metros) está a casi medio metro de los 8,95 del estadounidense Mike Powell, actual récord del mundo.

Rutherford tuvo una idea original el año pasado. El pelirrojo campeón, de 29 años, decidió construirse un pasillo de saltos de tartán y un foso de arena con todas las especificaciones técnicas homologadas para la competición... ¡en el jardín de su propia casa!

Cada mañana, Greg sale al jardín y efectúa los entrenamientos técnicos en su propia casa de Woburn Sands, a 80 kilómetros al norte de Londres. Sin desplazamientos, sin mirones, sin presión y con la comodidad de irse directo a la cocina y a la ducha después de los entrenamientos. Ahora va a ir aún más lejos con su proyecto doméstico.

Una competición internacional

"Después de los Juegos Olímpicos, en septiembre, voy a organizar una competición internacional en mi jardín. Es algo que me apetece mucho", señaló Rutherford a la 'BBC'. "Creo que voy a tener mejores rivales que en la Liga del Diamante, por ejemplo el australiano Watt, medalla de plata en Londres'2012 ya ha confirmado que vendrá a mi casa a competir". El estadounidense Christian Taylor y el subcampeón mundial Lapierre también han mostrado interés por saltar en el jardín del campeón olímpico.

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Entre el público no estará Carl Lewis. Rutherford ha bromeado en los últimos días acerca del cuádruple campeón olímpico de Los Angeles'84. "A Carl Lewis no quiero verlo cerca de mi casa, la verdad". Tanto Lewis como el plusmarquista Powell están siendo muy críticos con el nivel actual del salto de longitud, inferior al de los años ochenta y noventa.

Los detalles de la competición están siendo ultimados por Rutherford, quien busca actualmente patrocinadores para poder pagar a sus rivales. Construirá una grada para unas 80 personas y, después de la competición, ha pensado en organizar una fiesta. Pero todo en el jardín de su casa, por supuesto.