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Pistorius sólo come latas por miedo a ser envenenado y no le valen las prótesis
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tendría privilegios sobre los demás reclusos

Pistorius sólo come latas por miedo a ser envenenado y no le valen las prótesis

Hasta tal punto es su terror hacia el resto de presos que estaría convencido de que le intentarán envenenar a través de la comida y por ello sólo come latas y habría adelgazado enormemente

Foto: Pistorius fue condenado a cinco años de prisión por el homicidio de su novia (Reuters).
Pistorius fue condenado a cinco años de prisión por el homicidio de su novia (Reuters).

¿Qué habrá sido de Oscar Pistorius? Cabría preguntarse. Una vez finalizó el juicio sobre la muerte de su novia, poco más se supo del exatleta paralímpico. Lo que sabíamos se resume en pocas palabras: fue condenado a cinco años de prisión por el homicidio de Reeva Steenkamp y otros tres años por posesión de armas de fuego, siendo esta última suspendida. Lo que pasó antes, todo lo que pasó, probablemente sólo lo sepa el propio Oscar y los demás no lo sabremos jamás. ¿Pero qué es de él ahora? Su vida en la cárcel no es fácil, en absoluto.

Según explica el Corriere della Sera, el sudafricano se encuentra en la cárcel Kgosi Mampuru de Pretoria, donde tendría la condición de prisionero de categoría A, es decir, el tipo de preso que tendría ciertos privilegios por encima del resto de reclusos. Esto es algo que, sin embargo, ha negado en reiteradas ocasiones su hermano, Carl Pistorius, que asegura que apenas sale una hora al día al patio de la cárcel y que no puede salir de su celda durante 17 horas al día. Por el contrario, el diario italiano, sin referirse a la estrecha celda de la que hace mención el hermano, asegura que ésta está situada lejos del resto de presos. Podría recibir visitas, hacer llamadas de teléfono, tener un pasatiempo y una radio…

Pero entre todos esos lujos, está la traumatizada psicología del que fuera el paralímpico que más cerca estuvo de competir al máximo nivel con los olímpicos. Como cuenta John Carlin en la biografía de Pistorius, es una persona obsesiva, generosa y egocéntrica al mismo tiempo, “seis personas en una”. Y esos sentimientos se estarían multiplicando exponencialmente en la claustrofobia de la prisión. Siempre según cuenta el Corriere, Pistorius tendría un miedo excéntrico al resto de reclusos, con los que intentaría tener el mínimo contacto posible. Hasta tal punto es su terror hacia ellos que estaría convencido de que le intentarán envenenar a través de la comida.

Y es por eso que Oscar habría exigido a los funcionarios penitenciarios que únicamente le sirvan comida embalada en botes. Para ser más precisos, les pediría latas de chakalaka, un plato muy típico sudafricano a base de verduras y especias bastante picante. Sólo se alimentaría de ese plato desde hace meses. Y claro, un deportista acostumbrado a un ejercicio físico constante, incluso cuando sus prótesis le dejaban heridas en los muñones, y a una alimentación muy concienzuda para mantener la línea, si no hace ni una cosa ni la otra, se destroza el cuerpo.

Hasta tal punto habría llegado la degradación física de Pistorius que ahora mismo tendría incluso dificultades para ponerse las prótesis en las piernas. Ha perdido tantos kilos que sus piernas son más finas del hueco en el que tiene que introducirlas para poder andar. Según el periódico, el único preso con el que tiene relación sería Radovan Krejcir, un gánster checo que también es considerado prisionero de categoría A (por estar todavía a la espera de ser juzgado) y con el que compartiría una cinta y una bici, ambas estáticas.

Este infierno en el que se ha convertido la vida del que era uno de los deportistas más queridos y admirados del planeta podría acabar mucho antes de lo que se estableció en el juicio. Los abogados del atleta habrían asegurado que a lo largo del verano, probablemente en agosto, Oscar Pistorius podría volver a su casa, donde estaría bajo arresto domiciliario. Sería ese el momento en el que pondrá fin a todo su pánico por lo que le rodea en la prisión de Pretoria. Su miedo a comer la misma comida que los demás, a contactar con ellos… en definitiva, a vivir en la cárcel.

¿Qué habrá sido de Oscar Pistorius? Cabría preguntarse. Una vez finalizó el juicio sobre la muerte de su novia, poco más se supo del exatleta paralímpico. Lo que sabíamos se resume en pocas palabras: fue condenado a cinco años de prisión por el homicidio de Reeva Steenkamp y otros tres años por posesión de armas de fuego, siendo esta última suspendida. Lo que pasó antes, todo lo que pasó, probablemente sólo lo sepa el propio Oscar y los demás no lo sabremos jamás. ¿Pero qué es de él ahora? Su vida en la cárcel no es fácil, en absoluto.

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