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A Sainz ya le dio problemas el motor antes del inicio del Dakar
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SE HA VISTO OBLIGADO A ABANDONAR TRAS LA ROTURA DEL PROPULSOR

A Sainz ya le dio problemas el motor antes del inicio del Dakar

El día antes de pasar las verificaciones técnicas y administrativas previas al inicio del Dakar, tanto Nasser Al-Attiyahn como él estuvieron probando sus nuevas máquinas porque

Foto: A Sainz ya le dio problemas el motor antes del inicio del Dakar
A Sainz ya le dio problemas el motor antes del inicio del Dakar

El día antes de pasar las verificaciones técnicas y administrativas previas al inicio del Dakar, tanto Nasser Al-Attiyahn como él estuvieron probando sus nuevas máquinas porque el tiempo apremiaba. Un proyecto, financiado por Qatar y Red Bull, que nació con el tiempo justo para poder estar presente en la salida de Lima y que apenas sumaba kilómetros de rodaje. La empresa estadounidense Jefferies Racing, a quien el piloto qatarí encargó los buggys, trabajó contrarreloj para poder satisfacer las necesidades de ambos pilotos. Un coche más ligero, con dos ruedas motrices y más potencia gracias a una brida mayor (39 mm) que le otorga unos 60 caballos extra, pero con los defectos propios de una juventud que han llevado a Carlos Sainz a verse obligado a retirarse durante la sexta etapa del raid más duro del planeta.

Ni siquiera cuando venció en la jornada inaugural, el piloto español se mostró del todo satisfecho porque su buggy se había calentado más de la cuenta en los 13 kilómetros de los que constaba la etapa de apertura del raid más exigente del mundo. Era consciente de que le iban a surgir dificultades inesperadas a cada momento dada la juventud del proyecto.

Durante la segunda etapa surgió un problema con el GPS, proporcionado y controlado por la organización del Dakar, que le llevó a perder 21 minutos en la general aunque las complicaciones más graves no habían hecho nada más que empezar. En la tercera etapa la electrónica le jugó una mala pasada y el buggy se paró una y otra vez sin sentido aparente. Al día siguiente vio cómo sus opciones de pelear por el trofeo con el rostro del tuareg se esfumaban de golpe después de romper el tubo de la gasolina. Fue perdiendo combustible a lo largo de toda la etapa y al final tuvo que recurrir al carburante de una moto que había sufrido un accidente un poco antes. Ni por esas, porque al final tuvo que ser remolcado hasta el final de la etapa por el vehículo del piloto Vigouroux y perdió tres horas en la general respecto al líder Stéphane Peterhansel. 

Ya sin opciones de sumar su segundo título en el Dakar, Sainz asumió que había llegado el momento de ponerse al servicio de Al-Attiyah, que ayer sumó su tercera victoria en la presente edición mientras que el piloto español se veía obligado a retirarse de la competición después de que el propulsor de su buggy dijera basta en el kilómetro 181 de la especial entre Arica y Calama, con 455 kilómetros y un tramo neutralizado de 97. “De repente, el motor se ha roto. Ha sido de un momento a otro. Se ha bloqueado el coche y se ha parado. Salía agua y aceite por el escape”, explicó Sainz  que, junto con Timo Göttschalk, su copiloto, intentaron por todos los medios que su vehículo pudiera seguir adelante. Al final, tuvieron que tirar la toalla para comunicar a la organización que les era imposible seguir en la competición.

Cuando probamos el coche, días antes de empezar el rally en Lima, se rompió la correa. Creo que el problema que hemos tenido se debe en parte a eso. Lo revisaron todo, pero diría que está relacionado. Tras aquellos problemas tendríamos que haber cambiado el motor antes de empezar el rally”, reflexionó Sainz, quien aseguró que la posibilidad de no poder acabar el Dakar estaba dentro de lo previsto porque se trataba de un vehículo nuevo y con poquísimo rodaje. “No me arrepiento y ha merecido la pena. Hemos tenido bastantes problemas pero algunos, como el que nos ha obligado a abandonar, no tienen que ver con la juventud del coche. Otros, como los problemas mecánicos o con la electrónica, sí se deben a la inexperiencia con este vehículo y por el montaje a última hora. Al final, esto estaba dentro de lo previsto”, analizó el piloto español, quien reconoció el potencial del proyecto mientras Al-Attiyah continúa en la pelea por ganar el Dakar.

El día antes de pasar las verificaciones técnicas y administrativas previas al inicio del Dakar, tanto Nasser Al-Attiyahn como él estuvieron probando sus nuevas máquinas porque el tiempo apremiaba. Un proyecto, financiado por Qatar y Red Bull, que nació con el tiempo justo para poder estar presente en la salida de Lima y que apenas sumaba kilómetros de rodaje. La empresa estadounidense Jefferies Racing, a quien el piloto qatarí encargó los buggys, trabajó contrarreloj para poder satisfacer las necesidades de ambos pilotos. Un coche más ligero, con dos ruedas motrices y más potencia gracias a una brida mayor (39 mm) que le otorga unos 60 caballos extra, pero con los defectos propios de una juventud que han llevado a Carlos Sainz a verse obligado a retirarse durante la sexta etapa del raid más duro del planeta.