Juego de tronos

Guía de viaje por los siete reinos

Como el erudito griego que recorría lugares ignotos a cuestas con su morral y su insaciable curiosidad, nos sumergimos en la geografía de Juego de Tronos a propósito del estreno de su sexta temporada. Poniente, el continente central donde se ejecutan las luchas de los Siete Reinos (que en realidad son nueve), se extiende a lo largo de 1.500 kilómetros en su zona más ancha y 3.000 kilómetros de longitud. La geografía es variopinta, brusca, de las montañosas tundras del norte bajo el puño de hielo de un invierno sin fin a los desérticos páramos de Dorne. Y sus gentes son tan pintorescas como sus paisajes...

Pyke

En la capital de las Islas del Hierro, de evidente inspiración vikinga, se yergue un desangelado y anodino castillo cuyos reyes ofrecen bienvenidas tan gélidas como las de los muros que los guardan. La incansable erosión del mar ha laminado este risco del que solo quedan hoy tres pequeños afloramientos y una docena de pequeños y áridos islotes. Aquí gobiernan los Greyjoy con mano de hierro y desde estos parajes lanzan sus habituales y temidas operaciones de piratería en las costas de Poniente.

Nido de Águilas

La fortaleza de la casa Arryn cuelga de una escarpada ladera de la Lanza del Gigante, a centenares de metros de altitud. Edificada como primitivo palacio de verano de los reyes de la Montaña y el Valle, su fama hoy es la de un enclave inexpugnable al que sólo se puede llegar, en fila india, por un estrecho y vertiginoso camino. Fue aquí donde Robert Baratheon y Eddard Stark alzaron sus estandartes en rebelión contra el rey Aerys el Loco. En la actualidad el Guardián del Valle es el ladino Petyr Baelish.

Invernalia

Al final del Camino Real y al Sur del Muro se extiende un último enclave de civilización. Invernalia es la capital del Norte y el hogar de la casa Stark, una de las más longevas, y racionales, dinastías de los Siete Reinos. Una ciudad de portentosos muros de granito y generosa hospitalidad, destino de viajeros, espías y turistas, que domina el castillo de los Stark. Si la visitan no dejen de admirar su Bosque de Dioses, un lugar misterioso y ancestral donde se alza el árbol corazón de los Primeros Hombres.

El Muro

Cuenta la leyenda que los cimientos del Muro, la ciclópea construcción que protege a Poniente de los salvajes y los Otros, fueron erigidos 8.000 años atrás por Brandon el Constructor tras la Larga Noche. Con más de 200 metros de altura y 500 kilómetros de largo el Muro está forjado con hielo puro y misteriosos encantamientos. En la cima de su poder lo guardaban 10.000 miembros de la Guardia de la Noche, la mitad de ellos en el Castillo Negro. Apenas quedan hoy unos cientos de efectivos.

Dorne

Dorne es otro mundo. La más meridional de las penínsulas del continente vive desde tiempos inmemoriales aislada del resto de las tierras gobernadas por el Trono de Hierro merced a la defensa que ofrecen las Montañas Rojas. Si después de un camino interminable y difícil han logrado hoyar estas tierras ardientes no se queden con la primera impresión. Porque junto a su extenso y amenazador desierto conviven tierras fértiles y bellas, cuajadas de frutos exóticos. Sus gentes también son diferentes y se presentan en tres tipos: dornientes de la sal, de la arena y de la piedra. No se fíe de ninguno de ellos.

Desembarco del Rey

Hace apenas tres siglos no era más que una aldea de pescadores, pero el cansado viajero que dé hoy con sus huesos en Desembarco del Rey no podrá disimular su asombro ante esta babilónica urbe, populosa y muy sucia. Su nombre procede del mítico desembarco de Aegón, el Conquistador que eligió el emplazamiento para fundar la capital de su recién conquistado continente. Dominada por tres colinas a la orilla del Aguas Negras, en la más alta se alza la tétrica Fortaleza Roja. Eso sí, intenten evitar en su viaje el Lecho de Pulgas, la mísera y peligrosa barriada de chabolas, tabernas y prostíbulos. O no… Ustedes verán.

Braavos

Pero no todo es Poniente. Cruzando el Mar Angosto se extiende el continente de Essos, donde ningún poder centrar logró dominar al resto desde los lejanos tiempos de Valyria. Son las tierras de los dothrakis y de las Ciudades Libres y la más importante de estas últimas es la señorial y hermosa Braavos. Al resguardo de una bahía, Braavos reúne más de cien islas interconectadas, prósperas y célebres por su tolerancia religiosa. El Titán es su principal atracción, un monumento colosal que sirve de puerta de entrada a los barcos que llegan a la ciudad para comerciar, rezar o perderse en sus estrechas callejuelas.