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'Tarde para la ira', un 'thriller' con hipoteca
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'Tarde para la ira', un 'thriller' con hipoteca

Raúl Arévalo y su productora Beatriz Bodegas se alzan como los ganadores de los Premios Goya. Un éxito que ha tardado ocho años en llegar y que reivindica el cine de presupuestos pequeños

Foto: Arévalo y Bodegas con sus Goyas (Reuters)
Arévalo y Bodegas con sus Goyas (Reuters)

"Tú eres muy lolailo", le dice Pedro Almodóvar a Raúl Arévalo. Y el gran triunfador de los Premios Goya reconoce que tiene razón, que su universo es muy "cañí". Ese imaginario revestido de oscuridad, dureza y violencia es el que ha plasmado en su ópera prima, 'Tarde para la ira', y ha convertido a la película en la triunfadora de la noche, con permiso de Juan Antonio Bayona y 'Un monstruo viene a verme'. El filme se alzó con cuatro galardones: mejor película, guion original, dirección novel y actor de reparto para Manolo Solo. Pero, además, ha demostrado que el cine intermedio, ese alejado de las grandes producciones apoyadas y levantadas por la maquinaria de las cadenas televisión, no solo es posible en el cine español sino también necesario y ganador.

La historia de 'Tarde para la ira' no se puede entender sin el tesón de Arévalo, empeñado en dirigir cine y que ha mimado durante ocho años un guion que estaba en un cajón a la espera de su oportunidad. Una idea que ha ido creciendo y "madurando", como afirmaba anoche el director y actor. Una historia que poco a poco iba mejorando, modificando, reescribiendo y compartiendo con sus maestros y mentores. Antonio Banderas, Pedro Almodóvar, Alberto Rodríguez, Álex de la Iglesia, Borja Cobeaga, Gracia Querejeta... Todos han sido decisivos para él. Ha rodado a las órdenes de todos y con todos se ha formado el director que es hoy Arévalo.

Pero tampoco se puede entender sin Beatriz Bodegas, su productora. Ambos se conocieron en 2013 durante el rodaje de 'La vida inesperada'. Arévalo era uno de los protagonistas del filme de Jorge Torregrossa y también era la segunda película que Bodegas y La Canica Films producían. "Allí mismo, en pleno rodaje, me contó que tenía un guion y me pidió que lo leyera", asegura la mitad de este tándem ganador sin soltar ni un segundo su 'cabezón'.

Foto: El actor y realizador Raúl Arévalo y la productora Beatriz Bodegas, los triunfadores de 'Tarde para la ira' (EFE Juanjo Martín)

"Fue un encuentro muy simpático", recuerda Bodegas, que anoche con el Goya a mejor película celebraba de forma inmejorable su cumpleaños. "Me dijo que tenía un guion, que no tenía claro cómo seguir y si lo podía leer y echar una mano. Lo leí, me encantó y no fue echar una mano. Fue directamente al cuello. Le dije que la producía yo". Lo que pocos saben es que la decisión de esta productora, que hoy todos alaban, fue arriesgada. Hace poco más de tres años, 'Tarde para la ira' no pasaba de ser el proyecto de un actor conocido.

El filme ha costado 1,2 millones de euros, el menor presupuesto de las cinco nominadas a mejor película y nada que ver con los 25 millones que ha costado el filme de Bayona, y Bodegas se hipotecó para sacarlo adelante. Asumió personalmente un riesgo de 850.000 euros y ha pedido la ayuda del ICAA, un dinero que como pronto llegará dentro de dos años y servirá para pagar estas deudas. Pero arriesgar todo tu patrimonio, subraya, es algo mucho más normal de lo que la gente se piensa cuando señala al cine español como 'subvencionado'. "Eso es una parte normal de nuestro trabajo y viene bien que la gente sea consciente de que no somos unos subvencionados sino que somos empresarios que arriesgamos cuando creemos en algo y apostamos en ello. Pero también deben saber que la labor de un productor va mucho más allá de conseguir la financiación", responde a este periódico.

"Las películas que más se apoyan no son las que tienen más riesgo"

placeholder El actor y realizador Raúl Arévalo tras recibir el Goya a la mejor dirección novel (Efe)
El actor y realizador Raúl Arévalo tras recibir el Goya a la mejor dirección novel (Efe)

Raúl Arévalo, por su parte, siempre ha querido dirigir. De niño ya grababa cortos con la cámara de su padre. Siguió en el instituto. Con 17 años hizo un curso de teatro y, aunque quería estudiar Comunicación Audiovisual, eso le llevó a la interpretación. De hecho, Daniel Sánchez Arévalo se ha convertido en su padrino y talismán. ‘Azuloscurocasinegro’ fue su primer papel reconocido en el cine y el director fue el encargado de entregarle ayer el primer premio de la noche como mejor director novel. Así comenzó la escalada de su 'Tarde para la ira', que partía como la gran favorita de la noche con 11 nominaciones y que llegaba a la gala tras arrasar en los Forqué, los Feroz y CEC y aplaudida desde que fue presentada en el Festival de Venecia.

Arévalo no era nuevo en esto de las nominaciones. Ya sumaba cinco como actor y un Goya a mejor intérprete masculino de reparto por 'Gordos', pero la noche de ayer era distinta. El sueño de ocho años, esa "necesidad de contar una historia sobre la violencia", estaba agazapado esperando su oportunidad y se hacía realidad. ¿El mensaje? "Que si hay una historia que contar y te nace de las tripas, tarde o temprano la vas a hacer", dice Arévalo. "Yo siempre he querido dirigir y esta historia... Era una manera de canalizar de forma exacerbada mi lado oscuro", añade sobre este 'thriller' seco, descarnado y desconcertante.

"Ha sido un viaje duro, sobre todo al intentar conseguir la financiación, pero también muy interesante y enriquecedor desde que empezamos a preparar la película, el rodaje, el montaje... Es una película muy potente en todos los sentidos y eso se nota en la pantalla", afirma Bodegas, que recalca que el filme de Arévalo tiene "alma". El éxito de 'Tarde para la ira' es también el éxito de un tipo de cine español intermedio y más pequeño que empezaba a verse fagocitado por las grandes producciones que cuentan con el respaldo de las televisiones. Su éxito, además de para darle una segunda vida a la película, ya que contará con 150 nuevas copias en las salas de cine, también demuestra la necesidad de seguir apostando por otras miradas e historias. "Las películas que más se suelen apoyar quizás no son las que tienen más riesgo, esas son las que luego tienen un atractivo muy especial", añade.

placeholder Raúl Arévalo y Beatriz Bodegas (Efe)
Raúl Arévalo y Beatriz Bodegas (Efe)

De la misma opinión es Solo, que se llevó anoche el único premio a los que estaban nominados los actores de la cinta por dar vida al peculiar Triana. "Es muy difícil hacer películas tal y como se ha conducido el cine a nivel de producción. Hay tres televisiones muy potentes que normalmente quieren hacer cine más comercial y 'mainstream', y el cine minúsculo, no en calidad desde luego, se las ve y se las desea para conseguir financiación, y ya no te digo distribución. Una película intermedia como esta ha costado mucho trabajo y hay que seguir reivindicándolas porque hay mucha gente a la que le interesa este tipo de cine".

"Debe haber una mayor apertura a películas de diferentes géneros y tamaños. Que películas como la nuestra se puedan producir y no tardemos ocho años", pide Arévalo. "Es difícil. Lo ideal sería no depender de una tele y hacer cine diferente. Desde luego, tiene que haber más opciones. Y sí, este premio en cierto modo reivindica el cine intermedio. Se tiene que seguir haciendo ese cine", agrega su productora, que ya está trabajando con tres nuevos realizadores en sus óperas primas.

Arévalo ya tiene una nueva idea en la cabeza para dirigir su segundo largo y, desde luego, volverá a ir de la mano de Bodegas. "Prefiero pensar que ojalá nos ayude a levantar la siguiente y no tardar tantos años", añade el director. "Hay que hacer rápido la siguiente", le responde la productora entre risas. Porque anoche el pez pequeño se comió al grande y el sueño de tanto tiempo, llamado 'Tarde para la ira', se hizo realidad y demostró que se pueden hacer películas de otra forma. Solo falta que el cine español siga apostando por las historias buenas independientemente de su tamaño y sin necesidad de que pasen los años.

"Tú eres muy lolailo", le dice Pedro Almodóvar a Raúl Arévalo. Y el gran triunfador de los Premios Goya reconoce que tiene razón, que su universo es muy "cañí". Ese imaginario revestido de oscuridad, dureza y violencia es el que ha plasmado en su ópera prima, 'Tarde para la ira', y ha convertido a la película en la triunfadora de la noche, con permiso de Juan Antonio Bayona y 'Un monstruo viene a verme'. El filme se alzó con cuatro galardones: mejor película, guion original, dirección novel y actor de reparto para Manolo Solo. Pero, además, ha demostrado que el cine intermedio, ese alejado de las grandes producciones apoyadas y levantadas por la maquinaria de las cadenas televisión, no solo es posible en el cine español sino también necesario y ganador.

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