'El contable': no se rían de Ben Affleck, por favor
El actor estadounidense encadena su tercer número uno consecutivo en taquilla con la historia de un contable gris con una doble vida criminal
He aquí un fenómeno subcultural digno de estudio: reírse de Ben Affleck. Una de las polémicas digitales más ruidosas y absurdas de los últimos años fue el pollo sideral que se montó tras anunciarse que Ben Affleck sería el nuevo Batman. ¿El problema? Affleck no iba a estar a la altura porque no es un gran actor. En efecto, ahora resulta que interpretar a Batman requiere de las habilidades de un Laurence Olivier en trance shakesperiano…
El caso es que las persistentes burlas hacia la rigidez actoral de Affleck, lejos de hundir su carrera, parecen haberla retroalimentado...
Al margen de su creciente prestigio como director —de la estupenda 'Adiós, pequeña, adiós' (2008) a la oscarizada 'Argo' (2013)—, sus últimas tres películas como protagonista han entrado directamente al número uno de la taquilla estadounidense: 'Perdida' (David Fincher, 2014), 'Batman v. Superman' (Zack Snyder, 2016) y 'El contable' (Gavin O' Connor, 2016), que se estrena el viernes en nuestros cines; o la historia de un contable gris y sin (aparente) personalidad que lleva una doble vida: resulta ser un asesino despiadado y un genio de las finanzas en sus ratos libres.
Affleck está, por tanto, en lo más alto de su carrera como estrella de taquillazos. ¿Significa esto que 'El contable' es una gran película? No, pero sí es una película reveladora para entender el tirón comercial de un actor con limitaciones evidentes como es Affleck. En efecto, tras ver 'Perdida' y 'El contable', uno está tentado de creer que Affleck es mucho más astuto de lo que parece, que ha decidido explotar comercialmente sus limitaciones como actor; que, en definitiva, se está forrando a base de hacer de la necesidad virtud. ¿Que me faltan recursos expresivos para interpretar otro rol que no sea el del tipo inexpresivo, lánguido y sin sangre? Pues interpreto a tipos inexpresivos, lánguidos y sin sangre, y todos contentos.
A 'El contable' no le hubiera venido mal un poco más de humor y un poco menos de gravedad
De ahí que Affleck hiciera una de las interpretaciones de su vida en 'Perdida': el papel de 'pusilánime marido de' parecía hecho para él desde las mismísimas páginas de la inquietante novela de Gillian Flynn.
Pues bien: en 'El contable', Affleck dobla la apuesta hierática al interpretar a un contable autista (literalmente). El actor se permite incluso hacer dos o tres guiños con pinta de autoparódicos, como si quisiera atizar su ya gigantesco mito de actor inexpresivo.
A la película, de hecho, no le hubiera venido mal un poco más de humor y un poco menos de gravedad. Al fin y al cabo, viene a ser un 'thriller' de sobremesa, ni más ni menos, así que quizá no era necesario ni el barroquismo argumental ni el exceso de intensidad de alguna de sus subtramas.
'El contable' entretiene si uno la toma a la ligera, pero pretender que nos tomemos cien por cien en serio esta historia sobre un chupatintas autista reconvertido en máquina de matar por un padre militar tarado es mucho pedir.
He aquí un fenómeno subcultural digno de estudio: reírse de Ben Affleck. Una de las polémicas digitales más ruidosas y absurdas de los últimos años fue el pollo sideral que se montó tras anunciarse que Ben Affleck sería el nuevo Batman. ¿El problema? Affleck no iba a estar a la altura porque no es un gran actor. En efecto, ahora resulta que interpretar a Batman requiere de las habilidades de un Laurence Olivier en trance shakesperiano…