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La médico de provincias que venció al monstruo de las farmacéuticas
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estreno el viernes 18 de noviembre

La médico de provincias que venció al monstruo de las farmacéuticas

Sidse Babett Knudsen ('Borgen') protagoniza 'La doctora de Brest', un drama sobre las sombras de la industria farmacéutica que inauguró el pasado Festival de San Sebastián

Foto: 'La doctora de Brest'
'La doctora de Brest'

Sidse Babett Knudsen ha pasado de ser la Primera Ministra de la Dinamarca de 'Borgen' -la popular serie danesa de intriga política- a la encarnación cinematográfica de Irène Franchon, "una Erin Brockovich a la francesa" que puso en jaque a Servier, una de las mayores empresas farmacéuticas de Francia, a raíz del caso Mediator, un medicamento contra la diabetes que en el país vecino causó al menos 500 muertes durante los 33 años en los que se comercializó. Este viernes 18 de noviembre llega a los cines españoles 'La doctora de Brest', la película que inauguró el pasado septiembre la Sección Oficial de la 64 edición del Festival de Cine de San Sebastián, compitiendo por la Concha de Oro.

Tráiler de 'La doctora de Brest'

Franchon, neumóloga de un pequeño hospital de provincias, consiguió desenmascarar no sólo a la empresa que comercializaba un producto que intuían perjudicial para la salud, sino también a los mecanismos de control estatales, que en los comienzos hicieron oídos sordos a los informes en contra del medicamento.

Knudsen, quien este año también ha estrenado 'Inferno', la nueva entrega de las aventuras de Robert Langdon (el Tom Hanks de 'El Código Da Vinci'), vuelve a ponerse en la piel de una mujer de carácter, tozuda y luchadora, a pesar de no buscar particularmente el papel de "heroína". "Durante tres años he interpretado en 'Borgen' a una Primera Ministra, así que no podía pasar a dar vida a la típica esposa que le dice a su marido '¡eh, que te olvidas la maleta'!". "No me gustan los clichés; me gustan los personajes con jugo, que son una mezcla de contradicciones, y éste es un papel muy redondo", admitía la actriz durante una entrevista en el pasado Festival de San Sebastián.

Durante cinco años, desde que en 2007 se diese cuenta de la posible vinculación del Mediator y las valvulopatías mortales, Irène Franchon puso en riesgo su carrera médica, su imagen pública y sus relaciones familiares -está casada y es madre de cuatro hijos- para enfrentarse al sistema. Todo por la salud de sus pacientes -y quizás por algo de narcisismo, como apunta la película en alguna escena-. Narcisismos aparte, la realidad es que gracias a ella -y a sus colaboradores- las autoridades sanitarias francesas retiraron el Mediator del mercado dos años después, en noviembre de 2009.

Knudsen: "No me gustan los clichés; me gustan los personajes con jugo, que son una mezcla de contradicciones, y éste es un papel muy redondo"

"Irène nunca para y me fascina esa lucha, ese carácter fuerte más que el caso político", advertía Knudsen, incomodada ante ciertas preguntas sobre política porque no se considera una voz capacitada para opinar sobre ciertas "cuestiones del mundo real". "Soy consciente de la realidad, pero no puedo hacer juicios morales", se disculpaba. Para ella, la mejor forma de poner el foco en este tipo de cuestiones "es actuando; ése es mi poder".

Franchon por Knudsen

Fue gracias a Catherine Deneuve, que en una cena con la directora -y actriz, pero no en esta ocasión- Emmanuelle Bercot le recomendó el nombre de la actriz danesa, que Knudsen haya acabado vistiendo la bata de médico de esta neumóloga de un pequeño hospital de la Bretaña francesa que acabó erigiéndose como un "emblema de los alertadores" de injusticias, una china en el zapato para empresas e instituciones.

"Conocí a Irène muy rápido, muy al principio del proyecto. La primera impresión es muy importante, porque es como la veo y lo que da lugar a mi propia versión de ella. Luego está la versión de ella que Emmanuelle plasma en el guión. Así que la Irène de la película es una mezcla de una persona real, mi visión y la visión de Emmanuelle", explicaba Knudsen. "Desde el comienzo no quería una imitación; yo soy danesa y nunca iba a conseguir hablar como ella; luego es una mujer muy alta y no nos parecemos en nada físicamente. Pero intenté reproducir sus posturas corporales, su forma de vestir y además todas las palabras, todos los diálogos, son muy Irène".

Bercot: "'La doctora de Brest' es un film totalmente político, es la lucha contra el poder criminal de la industria farmacéutica"

Quien sí mete de lleno las manos en la masa es Bercot. "'La doctora de Brest' es un film totalmente político, es la lucha contra el poder criminal de la industria farmacéutica y de la actitud laxa de los mecanismos de control del Estado". Una faceta de los problemas derivados de hacer de la salud un producto mercantilizable. "Es evidente que, si sólo se basa en la búsqueda del dinero, el sistema es extremadamente malsano. Hay productos que tratan enfermedades y que no se comercializan porque no son rentables. Y eso sin saber todos los horrores que está provocando la industria farmacéutica".

La película, que todavía no se ha estrenado en Francia, resucita una polémica que ha alimentado horas y horas de programas de radio y televisión y de la que todo francés medianamente informado tiene, si no opinión, al menos conocimiento. "De momento no hemos recibido ninguna presión, ni represalia ni comunicación por parte de los laboratorios", reconocía la directora.

Bercot, que había oído de la historia de Franchot a través de los medios, decidió hacer la película después de leer 'Mediator 150 mg', el libro en el que la neumóloga detalló todos los informes respecto al medicamento y al que Servier denunció ante los tribunales. Y cuando conoció a Franchon, "siempre intentando hacer justicia, siempre luchando por las víctimas, siempre al teléfono, ya sea con los afectados o con el ministro", supo que tenía que sacar la película adelante.

Bercot: "No quiero pensar que me hayan elegido solamente por el hecho de ser mujer; puede que el Festival sólo refleje una verdad estadística"

¿Y cómo ha sido posible que una médico de provincias haya puesto en jaque -y haya conseguido cambiar, no hay que olvidarlo- los sistemas de control de la sanidad de un país entero? "Irène tiene una energía anormal", contestaba Bercot. "Además, una gran fuerza para ella es su familia. La otra su fe; es protestante y muy creyente". Aunque curiosamente, este aspecto religioso no aparece reflejado en la película.

Actualmente, Franchon sigue ejerciendo como neumóloga en el hospital de Brest a pesar de haberse convertido en todo un icono de los medios de comunicación de su país. Una mujer fuerte interpretada por una actriz fuerte dirigida por una directora fuerte. La única directora dentro de la Sección Oficial del pasado Festival de San Sebastián. "No quiero pensar que me hayan elegido solamente por el hecho de ser mujer; hay que tener en cuenta que en el mundo del cine hay menos directoras que directores, por lo que puede que el Festival refleje una verdad estadística, aunque yo nunca he encontrado ninguna dificultad para hacer cine, más bien al contrario".

Sidse Babett Knudsen ha pasado de ser la Primera Ministra de la Dinamarca de 'Borgen' -la popular serie danesa de intriga política- a la encarnación cinematográfica de Irène Franchon, "una Erin Brockovich a la francesa" que puso en jaque a Servier, una de las mayores empresas farmacéuticas de Francia, a raíz del caso Mediator, un medicamento contra la diabetes que en el país vecino causó al menos 500 muertes durante los 33 años en los que se comercializó. Este viernes 18 de noviembre llega a los cines españoles 'La doctora de Brest', la película que inauguró el pasado septiembre la Sección Oficial de la 64 edición del Festival de Cine de San Sebastián, compitiendo por la Concha de Oro.

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