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Escuadrón suicida, al Joker se le hiela la sonrisa
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Escuadrón suicida, al Joker se le hiela la sonrisa

David Ayer firma una película irregular, cuyo argumento avanza de forma confusa, pero que consigue entretener gracias a sus 'videocliperas' escenas de acción

Foto: Fotograma de 'Escuadrón suicida'
Fotograma de 'Escuadrón suicida'

Era difícil cumplir las expectativas. Tanto 'hype', tanta campaña publicitaria, tanto Jared Leto mandándole ratas vivas, cerdos muertos y condones usados a sus compañeros de reparto, para que tras un par de secuencias -no más- a una le empiece a invadir una ligera sensación de desencanto, de que no todo van a ser fuegos artificiales, frenopatía destructiva y orgásmico caos nihilista. Después de todo lo que había prometido el tráiler. Y los títulos de crédito. Y el diseño gráfico de la cartelería. Como cuando la mañana de Reyes, tras haber pedido por enésima vez a sus majestades 'La aventura del volcán', el envoltorio del regalo tenía indudablemente forma de libros de ejercicios de matemáticas. Al Joker se le ha helado la sonrisa.

Tráiler de 'Escuadrón suicida'

Una de las grandes incógnitas, de los grandes enigmas -guiño, guiño- era, precisamente, si Leto conseguiría superar la interpretación que del archienemigo de Batman hizo Heath Ledger en 'El caballero oscuro' (2009). Si el 'murciélago' siempre ha sido mi supervillano favorito, el Joker es mi debilidad. Genial, aleatorio, histriónico. La anarquía por la anarquía, el absurdo, el caos, la locura y la imprevisibilidad al poder. Y Leto se las prometía muy bien para superar el listón de Ledger, que, sin embargo, tras 'Escuadrón suicida' mantiene intacto su trono como Joker más demente de la historia del cine y la televisión, disputado, en todo caso, por el Joker de 'Batman: La serie animada' (1992-1995). El guión lastra imperdonablemente al Joker de Leto.

El lastre de David Ayer

Ya en los primeros diez minutos de película queda al descubierto el principal problema de 'Escuadrón suicida'. Y se llama David Ayer. Sobre todo el David Ayer guionista; el David Ayer director aprueba, eso sí, sin demasiadas alharacas. Desde las primeras secuencias, la historia avanza pesada y descompensada. A algunos personajes, como a Deadshot (Will Smith) y Harley Quinn (Margot Robbie) les regala extensos 'flashbacks' de presentación, mientras que con otros -el resto-, se conforma con ligeras pinceladas. El caso más flagrante es el de Slipknot (Adam Beach), al que ni siquiera presenta, ya que lo único que importa es que cumpla su función como herramienta de guión, sin tomarse la molestia de ponerle, al menos, un envoltorio. Ahí, a pelo.

La trama de desarrolla torpe y confusa, desorientada, como un pollo sin cabeza corriendo en todas direcciones sin saber muy bien por qué ni para qué

La trama de desarrolla torpe y confusa, desorientada, como un pollo sin cabeza corriendo en todas direcciones sin saber muy bien por qué ni para qué. El guión se queda en un terreno intermedio, como queriendo alejarse de las estructuras clásicas, pero sin querer arriesgarse ni incorporar la anarquía de sus personajes. O quizás sea simple torpeza. Un terreno gris temeroso y arrítmico, en el que a ratos justifica lo que el espectador no le pide y a ratos obvia razonar el devenir errático de la acción, provocando una falta de lógica interna en la que ocurren muchas cosas a la vez, muchas de ellas porque sí, y otras tantas que acaban en caminos sin salida y sin sentido. Personajes que van y vuelven. Porque sí. De los que -aunque quiera hacer creer lo contrario en una especie de 'flashforward' onírico- ni el director conoce sus objetivos, lo que quieren, por qué luchan y por qué siguen ahí.

Una vez obviados estos "pequeños" detalles, 'Escuadrón suicida' despliega sus mejores armas en las escenas de acción: todo tipo de calibres en una lluvia de tiros, espadazos, 'katanazos', golpes de bate de béisbol, de boomerang, leñazos a mano abierta, a puño cerrado, todo a la vez, con coreografías milimetradas, cámara lenta y efectos especiales de última generación. Y mucho plano 'videoclipero' al ritmo bailongo de fabricantes de éxitos en cadena como Lil' Wayne, Wiz Khalifa, Skrillex, Eminem, Imagine Dragons y clásicos como Creedence Clearwater Revival o la 'Bohemian Rapsody' de Queen interpretada por Panic! at the Disco. Momentos palomiteros de entretenimiento innegable.

'Escuadrón suicida' despliega sus mejores armas en las escenas de acción: todo tipo de calibres en una lluvia de tiros, espadazos, 'katanazos'...

Pero, ¿qué es el Escuadrón suicida?

En su última película, Ayer -director de 'Sin tregua' (2012), 'Sabotage' (2014) y 'Corazones de acero' (2014), entre otras- pone en duda las etiquetas de bien y mal y hace un -leve- análisis de la moral, la bondad, la virtud y la práctica de esta misma. ¿Qué define al bien? ¿Y al mal? ¿El fin, los medios, las acciones, las justificaciones? Si un grupo de villanos se une, aunque sea de forma forzosa y en contra de su voluntad, para salvar al mundo, ¿siguen siendo villanos? ¿Malos? ¿Se convierten en héroes? ¿Buenos? ¿En antihéroes?

Amanda Waller (Viola Davis) está empeñada en reunir a los más peligrosos villanos de DC en una milicia para luchar contra las amenazas que acechan Midway City

Porque la retorcida Amanda Waller (Viola Davis) está empeñada en reunir a los más peligrosos villanos del universo DC en una milicia para luchar contra las posibles amenazas que acechan Midway City. Al principio encuentra la oposición frontal de la Administración, pero tras un supuesto atentado -nacido de un extraño giro de guión- al que las fuerzas del orden no pueden hacer frente, Waller reclutará de las cárceles más vigiladas a media docena de criminales y metahumanos -una especie de mutantes con superpoderes- para hacer frente a una amenaza mágica que pretende acabar con una humanidad impía que venera a las máquinas y no a los dioses antiguos.

"Buenos" y "malos" -todo relativo- tendrán que colaborar juntos para evitar la destrucción de la especie humana primero, y de su propia existencia después, capitaneados por el soldado Rick Flag (Joel Kinnaman) y Deadshot -un Will Smith solvente y carismático que hdespunta en el reparto-. Margot Robbie construye una Harley Quinn tarada, pizpireta y seductora, obsesionada con su amado Joker y muy en forma, que eclipsa al resto de personajes, algo desdibujados y que piden un mayor aprovechamiento: Killer Croc (Adewale Akinnuoye-Agbaje), Boomerang (Jai Courtney), El Diablo (Jay Hernández) o Katana (Karen Fukuhara en su primer papel).

Sin embargo, es imposible no destacar la falta de carisma de Cara Delevingne, especialmente en el papel de June Moone, al ver los dolorosos intentos de restar hieratismo y sumar algo de verdad a su interpretación. En su rol como Enchantress, el maquillaje de CGI consigue desviar la atención de su actuación, que reside en el lenguaje corporal y relega la gestualidad facial y la voz a un plano más escondido.

placeholder Cartel de 'Escuadrón suicida'
Cartel de 'Escuadrón suicida'

Como prometía el tráiler, con 'Escuadrón suicida' Warner ha apostado por un universo DC más festivo -dentro de su oscuridad y de sus ráfagas de metralleta, explosiones por doquier y helicópteros, coches y hasta edificios que se estrellan-, pero cuando intenta conseguir alguna sonrisa con 'gags' de diálogo y referencias a la cultura popular actual, no tiene demasiado éxito.

'Escuadrón suicida' posiblemento no consiga contentar a los verdaderos fanáticos, porque supone una ocasión desperdiciada de reunir a un grupo de antihéroes carismáticos en una misión contranatural que no podría sino llevar al caos y la destrucción absoluta. Una oportunidad fallida de exprimir las posibilidades de una milicia de personajes divertidos y retorcidos -los canallas siempre molan más- lastrada básicamente por una trama cenagosa e irracional, una dirección no extremadamente brillante y un 'hype' desmesurado que no ha saciado unas expectativas que eran difíciles de cumplir.

Foto: Fotograma de 'El verano de May'
Foto: Fotograma de 'Regreso a casa'

Era difícil cumplir las expectativas. Tanto 'hype', tanta campaña publicitaria, tanto Jared Leto mandándole ratas vivas, cerdos muertos y condones usados a sus compañeros de reparto, para que tras un par de secuencias -no más- a una le empiece a invadir una ligera sensación de desencanto, de que no todo van a ser fuegos artificiales, frenopatía destructiva y orgásmico caos nihilista. Después de todo lo que había prometido el tráiler. Y los títulos de crédito. Y el diseño gráfico de la cartelería. Como cuando la mañana de Reyes, tras haber pedido por enésima vez a sus majestades 'La aventura del volcán', el envoltorio del regalo tenía indudablemente forma de libros de ejercicios de matemáticas. Al Joker se le ha helado la sonrisa.

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