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'Mi perfecta hermana': visibilizar la anorexia
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'Mi perfecta hermana': visibilizar la anorexia

La sueca Sanna Lenken debuta en el cine con un sensible drama familiar sobre crecer junto a una hermana con un trastorno de conducta alimentaria

Foto: Fotograma de 'Mi perfecta hermana'
Fotograma de 'Mi perfecta hermana'

Pequeño ejercicio estadístico. ¿Cuántas películas y series en los últimos años se centran en un hombre de mediana edad con un problema psicológico o psiquiátrico que parece otorgarle un aura de carisma? Si solo nos centramos en la televisión, encontramos desde Tony Soprano, con sus ataques de angustia, a la suplantación de identidad de Don Draper en 'Mad Men', pasando por el síndrome de estrés postraumático de Rust en la primera temporada de 'True Detective', por poner unos pocos ejemplos ilustrativos. El protagonista masculino con un tormento interior que le proporciona una atractiva dimensión trágica se ha convertido en un arquetipo en la nueva ficción televisiva.

Aunque también hay ejemplos en femenino, como Tara y el trastorno de múltiple personalidad en 'United States of Tara' o los trastornos bipolares de Carrie en 'Homeland' o de la protagonista de la extraordinaria 'Miss Dynamite', resultan menos habituales y en estos casos la enfermedad mental no se utiliza para cincelar el perfil carismático de una antiheroína.

Tráiler de 'Mi perfecta hermana'

Y todavía son más escasas las películas y series en torno a protagonistas con bulimia y/o anorexia, a pesar de tratarse de unas problemáticas con una importante incidencia en la sociedad. Se trata de un asunto sin duda delicado y nada fácil de abordar, pero aun así resulta chocante su práctica ausencia en el cine y la pequeña pantalla, con excepción de alguna 'TV movie' ('The Karen Carpenter Story', la heterodoxa biografía de Todd Haynes sobre esta cantante que falleció por este desorden alimentario) y algún personaje secundario en series de protagonismo masculino (estoy pensando en 'Pulseras rojas').

Existe una invisibilidad respecto a un trastorno que afecta en un 90% a mujeres, en su mayoría jóvenes o menores

Esta sensación de invisibilidad de un trastorno que afecta en un 90% a mujeres en su mayoría jóvenes o menores también la tuvo la cineasta sueca Sanna Lenken, que sufrió anorexia de adolescente. La directora confiesa seguir preguntándose hoy en día cómo llegó a sentir tal insatisfacción con su propio cuerpo hasta el punto de enfermar. Y corrobora que, tratándose la anorexia de un trastorno casi tan común en nuestro tiempo como el alcoholismo u otras drogadicciones, sin embargo apenas se encuentran filmes que se centren en el asunto; mientras que son incontables las películas sobre alcohólicos o drogadictos, por no hablar de otros problemas mentales. Por ello, Lenken decidió aproximarse al tema en su primer largometraje, 'Mi perfectahermana', tras un primer corto,'Eating Lunch',ya ambientado en una clínica para personas afectadas por trastornos de la conducta alimentaria.

La perfección femenina

A pesar de haber vivido la anorexia como experiencia propia, Lenken ha renunciado al punto de vista autobiográfico en 'Mi perfectahermana' y traslada la perspectiva narrativa a la pequeña de la familia. Stella es una niña de 11 años en el umbral de la pubertad. Su referencia en este momento crucial de su vida es su hermana mayor,Katja, que parece encarnar el modelo de perfección femenina. Hermosa, llena de talento y en apariencia segura de sí misma, Katja es una joven estrella del patinaje artístico, disciplina a la que vive totalmente entregada. Ella y también su familia: sus padres dedican parte sus ahorros a comprarle para su cumpleaños uno de esos trajes exclusivos que se lucen en los campeonatos.

Stella observa a su hermana con admiración y, como sucede a menudo en estas relaciones fraternales, la convierte en el espejo donde proyecta sus propias aspiraciones. Intenta también iniciarse en el patinaje, a pesar de que no dispone de la aptitud adecuada y, para más inri, se enamora platónicamente del entrenador de Katja, mucho mayor que ella. Pero también es Stella quien detecta que algo no funciona con su hermana mayor. La joven se desvanece en pleno entrenamiento y poco después se la encuentra vomitando en el lavabo. Stella y sus padres tendrán que aceptar que la 'perfecta'Katja sufre un grave trastorno.

Un filme para ver en familia

El punto de vista indirecto y un tanto distanciado no solo le facilita a Lenken aproximarse a la anorexia sin forzar la identificación personal, también le permite abordarla como una problemática colectiva, que no solo afecta a la muchacha que la padece, y así poner en evidencia la responsabilidad social respecto a este trastorno. Lenken construye un drama tan sensible como sensato, que evita en todo momento caer en dramatismos sensacionalistas y otorga una segunda oportunidad a todos y cada uno de sus personajes, sin convertirlos ni en víctimas colaterales ni en culpables de aquello que le ocurre a Katja.

El filme transita por asuntos como la relación con el propio cuerpo, la inseguridad en las relaciones personales o la excesiva autoexigencia

El filme transita por asuntos como la relación con el propio cuerpo, la inseguridad en las relaciones personales, el desconcierto familiar ante una situación inesperada o la excesiva autoexigencia que comporta la práctica de ciertas disciplinas deportivas. Todo ello sin desdeñar las vivencias de la pequeña Stella, a la que interpreta con una convicción desarmante Rebecka Josephson, hasta el punto de que la película gana enteros cuando se centra sobre todo en ella. Su perspectiva modélica sobre la anorexia convierte 'Mi perfectahermana' en un filme de lo más adecuado para ver en familia o proyectar en escuelas. Aunque, desde el punto de vista cinematográfico, se echa en falta que la directora no haya asumido algún riesgo mayor por miedo a traicionar la corrección dramática que exigía el tema.

Pequeño ejercicio estadístico. ¿Cuántas películas y series en los últimos años se centran en un hombre de mediana edad con un problema psicológico o psiquiátrico que parece otorgarle un aura de carisma? Si solo nos centramos en la televisión, encontramos desde Tony Soprano, con sus ataques de angustia, a la suplantación de identidad de Don Draper en 'Mad Men', pasando por el síndrome de estrés postraumático de Rust en la primera temporada de 'True Detective', por poner unos pocos ejemplos ilustrativos. El protagonista masculino con un tormento interior que le proporciona una atractiva dimensión trágica se ha convertido en un arquetipo en la nueva ficción televisiva.

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