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'Dos buenos tipos': Gosling, Crowe y el cadáver de una 'pornstar'
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'Dos buenos tipos': Gosling, Crowe y el cadáver de una 'pornstar'

Shane Black dirige una tímida revisión del género 'film noir' con un argumento enrevesado, persecuciones frenéticas y un sinfín de payasadas a dúo

Foto: Fotograma de 'Dos buenos tipos'
Fotograma de 'Dos buenos tipos'

Como dejan claro desde el principio esos títulos de crédito impresos en pantalla con tipografía 'disco style' -y como a estas alturas ya sabrá todo aquel que haya visto el tráiler-, 'Dos buenos tipos' no transcurre tanto en los setenta como en una versión de los setenta que probablemente solo exista en el cine. En otras palabras, es una fiesta de disfraces hecha película, llena de laca y corbatas anchas como baberos y paredes de empapelado lisérgico y una banda sonora que incluye a Earth, Wind & Fire, The Temptations y Al Green. Se echan de menos, eso sí, patillas de más tamaño.

No es casual que su relato transcurra en 1977, el mismo año en que lo hacía 'Boogie Nights' (1997). En todo caso, y aunque además del clásico de Paul Thomas Anderson podrían atribuírsele otros modelos como 'Chinatown' (1974) o 'El largo adiós' (1973), ningún referente de la nueva película de Shane Black es tan obvio como el cine previo del propio Shane Black.

Tráiler de 'Dos buenos tipos'

Black, recordemos, se convirtió a los 24 años en chico maravillas de Hollywood tras reinventar la comedia de acción gracias a sus guiones para la saga 'Arma letal' (1987), 'El último boy scout' (1991) y 'El último gran héroe' (1993). Tras una década pasada en el dique seco a causa del fracaso comercial de 'Memoria letal' (1995) -gracias a cuyo guion se había convertido en el guionista mejor pagado del mundo-, Black volvió a escena con un eléctrico debut tras la cámara, 'Kiss Kiss Bang Bang' (2005), que atenuaba los elementos del cine de acción y enfatizaba sus referencias a grandes títulos del 'film noir', de 'El sueño eterno' (1946) a 'El gran Lebowski' (1998).

Gracias a 'Memoria letal' (1995), Shane Black se convirtió en el guionista mejor pagado del mundo

En otras palabras, se erigió en puente entre dos tradiciones de género, el cine negro y la 'buddy movie', hasta entonces olvidadas. De esa conexión surge 'Dos buenos tipos'. Por un lado, ofrece secuencias de acción frenética y mucho humor viril,diálogos rápidos y referenciales y agresivamente sarcásticos. Por otro, reverencia y a la vez satiriza los relatos de Raymond Chandler y Dashiell Hammett.

Unidos en la decadencia

Por supuesto, sus protagonistas no son exactamente buenos tipos. Desde que Humphrey Bogart inmortalizó a Philip Marlowe, los detectives de las películas nunca lo han sido. Russell Crowe, hecho una vaca, da vida a un matón que cobra dinero por intimidar a tipos que abusan de jovencitas; Ryan Gosling, tocado con el típico mostacho de actor porno, encarna a un sabueso viudo y borracho que lleva el mensaje “Nunca serás feliz” literalmente escrito en la mano. Las circunstancias los harán trabajar juntos en un misterio que incluye a una joven desaparecida y el cadáver de una 'pornstar'.

Decir que su argumento es complicado es tan perogrullesco como decir que 'El exorcista' es terrorífica

Eso, ojo, es la descripción más mínima posible de una trama que transita por el mundo del cine para adultos, la industria del automóvil y la corrupción en las altas esferas, y que incluye activistas medioambientales y piscinas llenas de sirenas y abejas gigantes que hablan. Decir que su argumento es complicado es tan perogrullesco como decir que 'El exorcista' es terrorífica, porque los argumentos enrevesados son un requisito de los relatos 'noir' de la época que Black recrea.

Y, pese a la cantidad de cosas que pasan en ella, la película a menudo resulta francamente aburrida,en parte porque su misterio se las arregla para no tener ningún sentido y al mismo tiempo resultar del todo previsible desde el momento en el que una hierática Kim Basinger-terrible en cada una de sus escenas-hace acto de presencia en la piel de una poderosa burócrata. También porque, tras ponerle los cimientos a un mundo pútrido y decadente -la ciudad de Los Ángeles está envuelta en una nube tóxica, el cartel de Hollywood está en ruinas-, Black rápidamente abandona ese retrato para centrarse en una cómica sucesión de persecuciones y mamporros envueltos de 'slapstick', y para apoyar toda la película en la irresistible química que Crowe y Gosling comparten.

Una hierática Kim Basinger –terrible en cada una de sus escenas- hace acto de presencia en la piel de una poderosa burócrata

Cierto que su constante intercambio de pullas acaba resultando extenuante y que le falta mala uva, y que Gosling a punto está de ser devorado por su propio entusiasmo bufonesco -se cae, vomita, llora, grita, se cae otra vez y luego otra-, pero aun así sus payasadas a dúo son la tabla de salvación de una película que no tiene ni un villano como dios manda ni un giro argumental ni intriga ni, en general, nada que Black no hubiera ofrecido ya en sus dos obras previas como director.

De hecho, carece de la vocación transgresora tanto de 'Kiss Kiss Bang Bang' como de 'Iron Man 3' (2013), que se atrevía a poner patas arriba los códigos del cine de superhéroes al hacer que su protagonista se pasara casi toda la película sin su poderosa armadura. Quizás el gran problema de 'Dos buenos tipos' es que su guion fue escrito en 2001, mucho antes de que todo el cine de género se hiciera autorreferencial y posmoderno, y de que una revisión de las reglas del 'film noir' tan tímida como la que Black ofrece aquí empezara a ser irrelevante.

Como dejan claro desde el principio esos títulos de crédito impresos en pantalla con tipografía 'disco style' -y como a estas alturas ya sabrá todo aquel que haya visto el tráiler-, 'Dos buenos tipos' no transcurre tanto en los setenta como en una versión de los setenta que probablemente solo exista en el cine. En otras palabras, es una fiesta de disfraces hecha película, llena de laca y corbatas anchas como baberos y paredes de empapelado lisérgico y una banda sonora que incluye a Earth, Wind & Fire, The Temptations y Al Green. Se echan de menos, eso sí, patillas de más tamaño.

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