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Géza Röhrig: "Las películas sobre el Holocausto son decepcionantes"
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entrevista con el actor de 'el hijo de saúl'

Géza Röhrig: "Las películas sobre el Holocausto son decepcionantes"

Desde su presentación en Cannes, la película de László Nemes ha sido considerada como una de las mejores aproximaciones al horror de los campos de concentración. Hablamos con su protagonista

Foto: Géza Röhrig, protagonista de 'El hijo de Saúl'
Géza Röhrig, protagonista de 'El hijo de Saúl'

El cine ha puesto rostro al genocidio contra el pueblo judío muchas veces. En la memoria de cualquier aficionado está grabado el rostro de Adrien Brody, como el pianista judío Władysław Szpilman; o el de Liam Neeson como Oskar Schindler. A esa lista de imágenes indelebles hay que unir la mirada de Géza Röhrig, el protagonisa de 'El hijo de Saúl', una de las películas más contundentes sobre el Holocausto, y un fenómeno crítico desde su presentación en el pasado Festival de Cannes, donde se alzó con el Gran Premio del Jurado. Ahora, tras ganar el Globo de Oro a la Mejor película extranjera, es la favorita al Oscar al Mejor filme de habla no inglesa.

El actor sostiene una película que orbita alrededore de su rostro, el de un miembro de los 'sonderkommando', judíos que trabajaron para los nazis en los campos de concentración a cambio de sobrevivir unos meses más. Nacido en Hungría, pero afincado en Nueva York donde ejerce como profesor y poeta, Röhrig ha hecho un parón en la gira promocional de 'El hijo de Saúl' en EEUU para presentar la película en Madrid.

PREGUNTA. Cuando empezaron con el proyecto de 'El hijo de Saúl, ¿se esperaban esta repercusión?

RESPUESTA. No, va más allá de nuestras expectativas. Es un proyecto de bajo presupuesto. László Nemes, el director nunca estudió cine, y yo tampoco para ser actor, así que es fruto del amor. László quería hacer una coproducción, por lo que pedimos dinero a Francia, Alemania e Israel durante años, pero nadie nos dió ni un duro, porque si la fastidiábamos haciendo una pelicula sobre el genocidio no querían estar implicados.

Fue muy arriesgado por su parte, y es digno de alabar que el director fuera tan valiente y siguiera con el proyecto. El éxito ha sido estupendo y ya son más de 50 países los que han comprado la película. Tiene vida propia.

P. ¿Cómo llega un poeta, que además vive en Nueva York, a involucrarse en este proyecto?

R. Fue el propio director el que contactó conmigo, no fue mi idea. Me mandó el guion por email y era tan convincente y estaba tan bien escrito... Hablamos por skype y los dos nos sentíamos frustrados por las películas que se habían hecho hasta ahora sobre el Holocausto, estábamos en el mismo punto, así que viajé a Budapest para ensayar, porque no estaba definido que papel iba a tener. Después de un mes László me ofreció el personaje protagonista.

P. ¿Recurrió, como poeta, a la literatura para prepara un papel tan duro?

La única rebelión que hubo fue por parte de los 'sonderkomando'. Es descabellado y estúpido etiquetar a estas personas, decir que eran malos

R. Efectivamente, la literatura fue la fuente principal a la hora de prepararme, porque sólo queda un superviviente de los 'sonderkommando'. Después de la guerra había 100, pero ya han fallecido los demás. Le conocí hace tres semanas, pero antes de rodar no pude, así que tiré de la literatura, pero no de obras disponibles en amazon.com, sino de cosas desconocidas o escondidas.

P. ¿Por ejemplo?

R. El ejército americano inició una investigación sobre un gran número de juicios después del Holocausto, así que fui a su biblioteca a ver los archivos y los leí todos. Allí los miembros del 'sonderkommando' explicaban con detalle lo que tenían que hacer, me llevó tres meses. Esta gente estaba tan traumatizada que no podía reflexionar sobre lo que había hecho. Estaban concentrados en sobrevivir, así que quise saber qué instrumentos utilizaban para cortar el pelo, para desinfectar las instalaciones, para arrancar los dientes… El día a día en el campo de concentración. Fue un trabajo agotador física y mentalmente, porque también tuve que perder peso, por lo que cuando llegó el rodaje fue una redención.

P. Saúl es una persona que para sobrevivir ayuda a los nazis, ¿tuvo algún reparo moral al ponerse en su piel?

R. Siempre he pensado muchísimo en este dilema moral, ya desde años antes de la película. Estas personas de los 'sonderkommando' tuvieron que suspender su oficio, fueron reclutados nada más llegar a los campos. Los nazis se aprovecharon de su desorientación, de su miedo. Llegaban después de haber ido en un tren donde había un par de muertos en cada vagón. Después de llegar les ofrecían mejores condiciones de vida sin explicar el trabajo que harían.

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Press room - 73rd golden globe awards

Les decían si no quieres que te rapten, si quieres estar caliente en un edificio te ofrecemos esto, no les decían que iban a estar separados del resto de prisioneros, que no iban a poder comunicarse con ellos… Fueron los únicos testigos de lo que estaba pasando, de las millones de personas que pasaron por las cámaras de gas, y por ello les mataban también para eliminar testigos.

La única rebelión que hubo fue por parte de los 'sonderkomando'. Es descabellado y estúpido etiquetar a estas personas, decir que eran malos. No tenían forma de rebelarse más allá del suicidio, y no todos somos santos.

P. Hay muchísimas películas sobre el mismo tema, ¿cómo valora el cine que se ha hecho hasta ahora?

Si vas a hacer una película basada en unos hechos históricos concretos tienes que ser fiel a la realidad

R. No quiero sonar despectivo, pero las películas que se han hecho sobre el Holocausto no han acertado, no han sido reales. Lo que es frustrante y por lo que son decepcionantes, excepto algunas pocas, es porque siempre cuentan la historia desde el punto de vista de los supervivientes. Dos de cada tres judíos murieron en los campos, por lo que no es representativo de lo que pasó, queríamos rectificar eso y reavivar la imagen de los 'sonderkomando', porque trasladar la culpa del verdugo a la víctima no es ético. Estas personas estaban aterrorizadas y decir que tenían la culpa no es ético.

P. ¿Cree que el cine y el arte tendrían que aproximarse siempre desde esa perspectiva?

R. Si vas a hacer una película basada en unos hechos históricos concretos tienes que ser fiel a la realidad, entiendo lo que es la ficción, pero entonces que sea pura ficción. Si quieren contar algo real, tienen que ceñirse a los hechos.

El cine ha puesto rostro al genocidio contra el pueblo judío muchas veces. En la memoria de cualquier aficionado está grabado el rostro de Adrien Brody, como el pianista judío Władysław Szpilman; o el de Liam Neeson como Oskar Schindler. A esa lista de imágenes indelebles hay que unir la mirada de Géza Röhrig, el protagonisa de 'El hijo de Saúl', una de las películas más contundentes sobre el Holocausto, y un fenómeno crítico desde su presentación en el pasado Festival de Cannes, donde se alzó con el Gran Premio del Jurado. Ahora, tras ganar el Globo de Oro a la Mejor película extranjera, es la favorita al Oscar al Mejor filme de habla no inglesa.

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