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estreno de 'mistress america'

El nuevo gran cronista de Nueva York

El director indie Noah Baumbach vuelve a la carga con un nuevo retrato generacional

Foto: Fotograma del filme estadounidense
Fotograma del filme estadounidense

Con películas como 'Una historia de Brooklyn', Frances Ha, 'Mientras seamos jóvenes' y ahora 'Mistress America', Noah Baumbach se ha convertido en el nuevo gran cronista cinematográfico de Nueva York. Como Woody Allen, Baumbach entiende la ciudad como una forma de vida, como un estado de ánimo cambiante que comparten los personajes que viven en ella.

En las primeras escenas de 'Mistress America', Tracy, una chica recién llegada a una universidad neoyorquina, le explica a su madre por teléfono que no acaba de encajar en su nueva vida. Las clases le resultan un aburrimiento. No la invitan a las farras y ni tan siquiera la han admitido en el club de literatura. “Es como estar en una de esas fiestas en las que no conoces a nadie”, confiesa. Hasta que conoce a Brooke, una treintañera hija del hombre con el que está a punto de casarse su madre.

Como Woody Allen, Baumbach entiende la ciudad como una forma de vida, como un estado de ánimo cambiante

Su futura hermana le abre las puertas a lo que significa disfrutar de Nueva York. Baumbach nos presenta a Brooke descendiendo por unas escaleras de Times Square. A los ojos de Tracy, podría ser la reina de la ciudad. Esa misma noche, se cuelan en el backstage de un concierto donde Brooke sale a cantar, van de fiesta a los antros de moda y acaban asaltando el guardarropa de la casa de una colega. Brooke vive en uno de esos viejos apartamentos de Manhattan, legalmente no aptos para vivienda, en los que Tracy siempre había soñado dormir. Y tiene un proyecto de negocio entre manos que parece escapado de una revista de tendencias: abrir un restaurante con múltiples ambientes donde todo el mundo se sienta como en casa.

Brooke habla de un personaje heroico que siempre había imaginado, 'Mistress America'. Para Tracy, su futura hermana mayor encarna a una especie de Mistress Nueva York, una súper heroína de apariencia normal durante el día que por la noche adquiere todos los poderes para disfrutar de la esencia de la ciudad. Brooke, de hecho, no tarda en manifestar esta personalidad ciclotímica. Tras una jornada en que se muestra segura y ganadora, empiezan a desmoronársele los planes. Hasta el punto que tiene que acudir a una vieja amiga ahora convertida en rival para pedirle ayuda a fin de no perder su oportunidad de negocio. En Nueva York, los vientos de triunfo cambian rápido.

En 'Mistress America' convergen las inquietudes esbozadas en las últimas películas de Noah Baumbach, sobre todo en las escritas junto a Greta Gerwig, coguionista y protagonista tanto aquí como en 'Frances Ha'. Como en esta película, entre las protagonistas surge un vínculo más fuerte que el de la mera amistad. También volvemos al tema de las relaciones intergeneracionales en que, al contrario de lo habitual, son los jóvenes los menos inocentes. Y se ofrece una mirada poco indulgente al imaginario que envuelve a artistas jóvenes o emprendedores ilusionados.

En 'Frances Ha', el personaje de Greta Gerwig vivía la separación de su mejor amiga casi como una ruptura amorosa. Aquí Tracy y Brooke son dos casi hermanas que se acaban de conocer y desarrollan una extraña simbiosis relacional. Tracy admira a Brooke y al mismo tiempo la convierte en la inspiración directa para su literatura. Brooke sabe que sus sueños se sostienen en parte porque Tracy cree en ellos. Como en su reciente Mientras seamos jóvenes, Baumbach también desarrolla un lazo entre dos generaciones basado en una fascinación mutua que desemboca en una inversión de roles. Son los personajes adultos lo que acaban mostrando mostrando una fragilidad inesperada ante los ojos de los jóvenes, a los que el cineasta atribuye cierta naturaleza depredadora ligada además a su condición de artistas nóveles.

Si en 'Mientras seamos jóvenes' el personaje de Adam Driver utilizaba a la pareja que formaban Naomi Watts y Ben Stiller como material para su película, aquí la joven Tracy encuentra en Brooke la inspiración perfecta para desarrollar su vocación de escritora. Su primera noche con su casi hermana le sirve como base de un nuevo cuento, una breve 'roman à clef' del mismo título que la película, donde Brooke queda retratada con todas sus debilidades y con el que Tracy será admitida por fin en el elitista club de literatura de la facultad.

Porque 'Mistress America' es también una película de clara naturaleza literaria. No solo porque está protagonizada por una joven aspirante a escritora que aspira a moverse por los ambientes más intelectuales de la Universidad y concibe la vida ante todo como material para su obra. También por el gusto que desprende cada línea del guion por las frases bien construidas, por las réplicas agudas, por el sentido de la ironía, por la construcción de personajes complejos y secundarios curiosos (la novia celosa del amigo de Tracy, el grupo de lectura formado por embarazadas súper inteligentes...) y por los diálogos chispeantes. Con esta comedia neoyorquina inteligente, irónica y emotiva, Baumbach y Gerwig se confirman como una de las parejas más interesantes del panorama cinematográfico actual.

Con películas como 'Una historia de Brooklyn', Frances Ha, 'Mientras seamos jóvenes' y ahora 'Mistress America', Noah Baumbach se ha convertido en el nuevo gran cronista cinematográfico de Nueva York. Como Woody Allen, Baumbach entiende la ciudad como una forma de vida, como un estado de ánimo cambiante que comparten los personajes que viven en ella.

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