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Animación española: tenemos un problema
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un informe analiza la situación de la industria

Animación española: tenemos un problema

Sólo el 6,5% de toda la animación consumida el año pasado perteneció a películas españolas, la mitad del porcentaje de países como Alemania, Francia o Reino Unido

Foto: Los clásicos personajes de Mortadelo y Filemón.
Los clásicos personajes de Mortadelo y Filemón.

El cine de animación arrasa. Disney, Pixar y Dreamworks demostraron que este tipo de películas son exportables a todo el mundo, llegan a un público muy amplio y generan millones tanto en taquilla como en venta en el mercado doméstico y a costa del merchandising. Poco a poco los países europeos han ido imitando a Hollywood y produciendo títulos animados con vistas a ser vendidos en todos los sitios posibles. Pasó con filmes de la factoría Aardman como Wallace y Gromit. La maldición de las verduras, e incluso España ha conseguido en los últimos años que nuestros largos de animación viajen fuera de nuestras fronteras. Sin embargo, son sólo excepciones españolas las que triunfan dentro y fuera, mientras que el resto pasan sin pena ni gloria por la taquilla.

Así lo indica el informe presentado por el Observatorio Europeo del Audiovisual en el marco del Festival de Annecy, en el que se puede observar que, a pesar de que la animación extranjera arrasa en nuestras salas, sólo el 6,5% de las entradas vendidas en 2014 para películas de animación correspondían a títulos españoles. De esa cifra casi la totalidad pertenece a Mortadelo y Filemón, mientras que otros filmes como La tropa de trapo en la selva del arcoíris y Hiroku, defensores de Gaia fueron estrenados en muy pocas salas y con ninguna visibilidad en los medios, lo que les llevó a recaudar 20.880 y 602 euros respectivamente.

En comparación con otros mercados, la animación francesa supone un 18% de toda la vista en salas; en Alemania ese porcentaje es de 12,6, y en Reino Unido roza el 17%. La suma de todos los filmes de animación significa, sin embargo un 13,81% de todo el mercado español, datos que confirman lo explicado por el Grupo Furtivos en este periódico hace unos días.

Esta investigación destaca en sus primeras páginas que la “animación se ha convertido en una parte vital del sector audiovisual europeo en términos culturales y económicos” y su importancia a la hora de crear trabajo y desarrollar tecnología dentro de cada país. El informe analiza el comportamiento de la animación desde 2010 a 2014 en todo el continente, y también en sus países de referencia, entre los que se encuentra España.

Durante ese periodo en Europa se han vendido 179,8 millones de entradas para películas de animación de media, lo que representa un 14,7% de todo el mercado de exhibición. Eso significa que hay un negocio por explotar, y que España debe aprovecharlo, algo que sólo hacen contadas producciones.

El caso español viene destacado desde la introducción del informe, cuando se señala a nuestro país como uno de los que no está exportando sus películas de 'dibujos' de forma tan efectiva como otros mercados, y es precisamente en la venta a otros países donde se encuentra el verdadero potencial de la industria de la animación. Como media una película española viaja a otros 8 países, mientras que una belga llega a otros 20 territorios, lo que multiplica el dinero recaudado en salas.

Estos datos contrastan con el gusto del espectador español por el cine de animación, siendo el décimo mercado del mundo donde más entradas para este tipo de filmes se han vendido entre 2010 y 2014, y siendo el quinto que más ha producido en este periodo, con 28 películas.

Los empleados de compañías de animación españolas pasaron de 791 en 2011 a 499 en 2013, un descenso del 37%

Por tanto, existe la técnica y hay una capacidad productiva, pero no se consigue una visibilidad para las películas que se traduzca en un éxito de taquilla. Además, la crisis también ha hecho mella en el sector, ya que tal como indica el Observatorio Europeo los empleados en compañías de animación españolas pasaron de 791 en 2011 a 499 en 2013, un descenso del 37%.

Una de las lacras del sector de la animación española es que no se ha conseguido la fórmula de que nuestros estudios realicen grandes coproducciones con otros mercados. Mientras que las películas de varias nacionalidades suponen un 41% en Francia y un 27% en Reino Unido, en España se quedan en el 9%. La mayoría se producen en un 100% en nuestro país y tienen más difícil salir de nuestras salas.

Eso puede cambiar con el acuerdo al que ha llegado la empresa española Ilion con Paramount para que desarrollen una gran producción de ámbito internacional que la major se encargará de mover por todo el mundo. Animación española con vistas a romper todas las taquillas.

El ejemplo de Tadeo Jones

2014 no fue un buen año para la animación en España, a ese escaso 6,5% de cuota, se suma que sólo el 4% del volumen producido el año pasado fue de animación, lo que significa un descenso respecto a otros años.

En el informe del Observatorio Europeo del Audiovisual también se observa que España ha conseguido en los últimos años dar con la clave para triunfar en otros países. Incluso Justin y la espada del valor, que en España pasó desapercibida, se estrenó en 22 países y logró vender 2.376.172 entradas. En 33 países se estrenó en 2010 Planet 51 (en España y EEUU arrasó en 2009), sumando a sus datos logrados el año anterior otros 2.638.858 tickets en el extranjero.

Pero la guinda del pastel y el ejemplo del gran potencial de nuestra animación es Tadeo Jones, que aparece mencionada en este estudio en varias ocasiones. Es la octava película europea animada que más entradas ha vendido en todo el mundo entre 2010 y 2014 con un total de 7,2 millones. De esos 2,7 pertenecían a nuestras salas, pero otros 4.477.980 tickets se lograron en los 22 países donde también se ha estrenado. En unos meses llegará a nuestras salas Atrapa la bandera, del mismo director (Enrique Gato), que producida por Telecinco aspira a seguir los pasos de Tadeo e incluso a tener un estreno potente en Norteamérica.

El siguiente paso, China, que en menos de cinco años adelantará a EEUU como el mercado más importante en la exhibición cinematográfica. Para llegar allí, dos recetas que todavía no se cumplen para la animación española: mayores desgravaciones fiscales y potenciar la inversión de la televisión pública.

El cine de animación arrasa. Disney, Pixar y Dreamworks demostraron que este tipo de películas son exportables a todo el mundo, llegan a un público muy amplio y generan millones tanto en taquilla como en venta en el mercado doméstico y a costa del merchandising. Poco a poco los países europeos han ido imitando a Hollywood y produciendo títulos animados con vistas a ser vendidos en todos los sitios posibles. Pasó con filmes de la factoría Aardman como Wallace y Gromit. La maldición de las verduras, e incluso España ha conseguido en los últimos años que nuestros largos de animación viajen fuera de nuestras fronteras. Sin embargo, son sólo excepciones españolas las que triunfan dentro y fuera, mientras que el resto pasan sin pena ni gloria por la taquilla.

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