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“Reivindico 'El Capitán Trueno' como mi peor película y mi mejor trabajo”
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“Reivindico 'El Capitán Trueno' como mi peor película y mi mejor trabajo”

El realizador vuelve tras el fracaso de su adaptación del cómic de Víctor Mora. Cuatro años ha necesitado para ponerse al frente de este thriller tecnológico protagonizado por Ben Temple

Foto: Antonio Hernández durante el rodaje de 'Matar el tiempo'
Antonio Hernández durante el rodaje de 'Matar el tiempo'

Hay películas malditas. Proyectos que antes de ver la luz apestan a fracaso. Problemas en la producción, cambios de director, actores que abandonan… los astros se alinean para que todo salga mal. El cine español ha visto en los últimos años unos cuantos de ellos: Manolete, La mula y, sobre todo, El Capitán Trueno y el Santo Grial. Esta última fue el centro de cientos de noticias debido a las expectativas puestas en la adaptación del cómic de Víctor Mora, venerado por una legión de fans que desataron su ira contra esta película que costó ocho millones de euros y recaudó menos de 800.000 euros.

Un batacazo que podría haber hundido la carrera de su director, Antonio Hernández, que a pesar de haber dirigido dos grandes títulos como Lisboa y En la ciudad sin límites, quedará unido para siempre al Capitán Trueno. Hernández vuelve al cine (estrena este viernes Matar el tiempo) tras muchos años recluido en series de televisión con la promesa de no tardar otros cuatro años en rodar un nuevo filme. De hecho el realizador defiende la adaptación de la mítica historieta. “Yo sigo reivindicando El Capitán Trueno. Puedo decirte con seguridad que es mi peor película y mi mejor trabajo. Se conjuraron todos los elementos en contra. La película era un fracaso antes de rodarla. La gente decía en Twitter que iba a ser terrible y eso acabó funcionando, fomentado por nuestro tremendo productor, y acabó en una especie de catástrofe”.

Hernández hace referencia a Pau Vergara, contra el que cargó todo el equipo, entre ellos el actor principal, Sergio Perís-Mencheta que le pedía públicamente que saldara sus deudas. “Que pague lo que debe y se aleje para siempre del cine español. Qué desastre. Lo de esta producción no tiene nombre". El propio director de la Academia de Cine en aquellos momentos, Enrique González Macho, llegó a calificar la película de "pestiño". Por si fuera poco el ICAA no le concedió ninguna ayuda debido a que su solicitud fue presentada fuera de plazo. Se ponía fin al sueño de iniciar una exitosa saga para nuestra industria.

De la experiencia se queda con que tuvo un equipo que trabajó “desde la mayor pureza y el mayor rigor profesional”. “Afortunadamente a la velocidad que va la información ese tipo de cosas se olvidan rápidamente. De hecho hay otra película mía, que se llama Gran Marciano (un filme basado en una broma realizada a los concursantes de la primera edición del concurso), a la que dieron más caña todavía y, sin embargo, la gente que la ve se queda fascinada de que eso fuera posible. Ósea que a las reacciones el tiempo las pone a cada una en su sitio”, cuenta Antonio Hernández a El Confidencial.

Para su regreso ha apostado por un thriller que alerta sobre el uso de las nuevas tecnologías, para el que ha contado con Ben Temple, Esther Méndez, Yon González y Aitor Luna y que surge de la necesidad de volver al cine. “Quería dirigir, es una rabia que se te va creando dentro, y que fuera una película entretenida, pero también comprometida, sin grandes pretensiones económicas pero sí artísticas. Yo creo que, en el cine, una lágrima es mucho más rentable que un desembarco. Puedes tener portaviones, aviones, explosiones y no consigues lo mismo que con la lágrima de un actor. No hay nada más directo que las emociones más básicas”, cuenta Hernández sobre el origen de este proyecto.

Director, guionista y productor

Para levantar el filme Antonio Hernández ha tenido que estar presente en todas sus facetas. Es guionista, director, y productor. Sólo le ha faltado reservarse el papel protagonista. Pero en la industria actual es la única forma de asegurar que el resultado va a ser el deseado.

“Llega un momento en que ya eres mayor y sabes que hay escenarios donde no quieres jugar. Quieres rodearte de gente cómplice y con perspectiva. Si no encuentras eso en tu equipo y tus productores va a ser un rodaje difícil y no vas a conseguir lo que querías”, confiesa el realizador que cree que en nuestro país hay una industria cinematográfica potente, pero que no tiene el apoyo suficiente para detener “al monstruo norteamericano y a su maquinaria enorme”. “El cine reciente ha demostrado que si el espectador lo conoce, va a verlo, es un éxito y da más millones que ninguno”, añade.

'Llega un momento en que ya eres mayor y sabes que hay escenarios donde no quieres jugar. Quieres rodearte de gente cómplice y con perspectiva'

Para ello se muestra en contra de la ley que obliga a las cadenas de televisión a invertir un 5% en producción, ya que cree que así han “quedado en manos” de ellas, que han establecido “un criterio empresarial”. “Esto hace que un productor no pueda levantar una película si no le apoya una gran cadena de televisión. Ellos promocionan muy bien, son maquinarias perfectas porque tienen dinero y medios, pero hacen difícil que alguien confíe en una película que no esté con ellas, y eso es malo. Es tremendo”, zanja.

Con Matar el tiempo opta por una puesta en escena que juega con las nuevas tecnologías, que el director cree que han cambiado un lenguaje cinematográfico que siempre “ha estado en evolución”. Y es que para Antonio Hernández internet es la mayor revolución de los últimos años y un generador de historias que ya tiene en mente para evitar otros cuatro años de sequía, nadie quiere dos capitanes trueno en su vida.

Hay películas malditas. Proyectos que antes de ver la luz apestan a fracaso. Problemas en la producción, cambios de director, actores que abandonan… los astros se alinean para que todo salga mal. El cine español ha visto en los últimos años unos cuantos de ellos: Manolete, La mula y, sobre todo, El Capitán Trueno y el Santo Grial. Esta última fue el centro de cientos de noticias debido a las expectativas puestas en la adaptación del cómic de Víctor Mora, venerado por una legión de fans que desataron su ira contra esta película que costó ocho millones de euros y recaudó menos de 800.000 euros.

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