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Un Tarzán en la jungla de Gerona
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estreno de 'El inventor de la selva'

Un Tarzán en la jungla de Gerona

Estreno de 'El inventor de la selva', sobre Josep Pujiula, apodado “Garrell”, que construyó su propio reino en el bosque, en la comarca gerundense de La Garrotxa.

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Durante casi medio siglo, Josep Pujiula, apodado “Garrell”, construyó su propio reino en medio del bosque, en la comarca gerundense de La Garrotxa. En sus ratos libres y durante los fines de semana, Josep levantaba altísimas estructuras de madera entre los árboles, demasiado cerca de la carretera. Con la ayuda solo de sus manos llegó a crear una especie de poblado, que los lugareños conocían como las cabañas de Garrell. Contaba incluso con una pequeña presa donde bañarse y sus propios animales domésticos, como en una granja o un zoo. Pero de la misma forma que lo construyó, también se vio obligado a destruirlo en diferentes ocasiones.

La primera vez, a causa de los gamberros que vandalizaban el lugar y llegaron a agredirle. Harto de que estropearan sus construcciones, Garrell decidió eliminarlas él mismo... Para volver después a reconstruirlas. Sobre la marcha. El trazado de la nueva autopista le obligó a acabar una vez más con su poblado de madera. Junto a la nueva carretera edificó otro todavía más impresionante, con túneles laberínticos de más de un quilómetro de largo que conectaban torres de alturas imposibles, caminos esculpidos y marcados con piedras, pequeños estanques, fuentes y esculturas. Hasta que el ayuntamiento de Argelaguer, el municipio donde se situaba el bosque, le llamó la atención por motivos de seguridad.

Las cabañas del Garrell se habían hecho tan populares que familias con niños acudían al lugar para jugar en unas instalaciones que no estaban preparadas para acoger a menores. Quizá sea también esta popularidad y el apoyo de una plataforma creada para la ocasión la que acabe salvando lo que queda de estas muestras geniales de ingeniería espontánea, obras de arte alejadas de museos y academias que han sido reconocidas como tales por expertoscomo la profesora estadounidense Jo Farb Hernandez, que incluyó las cabañas de Garrell en una publicación de referencia sobre el tema, Raw Vision, donde las definía como “la Sagrada Familia del Art Brut”.

Garrell convirtió estas construcciones en su propio refugio, un santuario en medio de la naturaleza donde escaparse de la civilización. También lo transformó en el escenario de unas películas domésticas donde retomaba el papel de Tarzán. Gracias a la ayuda de un joven del pueblo a quien sus padres habían regalado una cámara de vídeo, Garrell filmó sus propias versiones del rey de la selva, de su selva. Películas caseras donde el Tarzán de Argelaguer también se enfrentaba a un hombre blanco incapaz de respetar a la naturaleza y a sus habitantes.

La existencia de este metrajeacabó de convencer al joven director Jordi Morató para llevar a cabo su película sobre Josep Pujiula. El inventor de la selva es el primer largometraje desarrollado como trabajo de fin de carrera en el marco del grado de Comunicación Audiovisual de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. El documental, que se estreno mundialmente en el pasado Festival Internacional de Cine de Rotterdam y ganó el Premio del Público en el Festival de Cinema d'Autor de Barcelona, resigue la figura y obra de Pujiula a través de material diverso de archivo y de entrevistas y filmaciones actuales.

Como se comprueba a lo largo del film, lejos de quedarse en un divertido remedio de estar por casa de las películas que protagonizó Johnny Weissmuller, las versiones del Tarzán de Argelaguer funcionan como un espejo de los sueños de Garrell. En sus cintas, Josep refleja sus deseos y frustraciones. El tornero de vida establecasado y con una hija se convierte, ante la cámara y ataviado solo con un taparrabos, en el rey de una selva sometida a su dominio y donde vive en perfecta armonía con el entorno. Sin embargo, este paraíso salvaje sufre las constantes amenazas de la civilización y del “hombre blanco”, símbolos de la destrucción tanto en la realidad como en la ficción.

La jungla de Garrell deviene el paraíso soñado por un adulto con corazón de niño, un fantástico parque de juegos que un hombre se construye para sí mismo, un refugio masculino lejos de la vida convencional que representan el trabajo y la familia. Con su documental, Jordi Morató rinde tributo a una figura que podría haber aparecido en un film de Werner Herzog por su capacidad por tirar adelante empresas imposibles y por su relación apasionada, más allá de los límites de lo sensato, con la naturaleza. Un artista que por otro lado pertenece a esa estirpe de visionarios y arrauxats que levantan, literalmente, castillos en el aire. Un genio anónimo tocado por una pulsión creadora que le mantenía en un proceso constante de construcción.

Ahora que ya no le permiten levantar más edificaciones, Garrell sigue excavando galerías en la roca. Como afirma él mismo en El inventor de la selva, esta también podría ser su tumba. El santuario del rey de la jungla transformado en un mausoleo natural donde descansar para siempre apartado de la civilización.

El inventor de la selva

Director: Jordi Morató

Guión: Jordi Morató

Duración: 77 minutos

Género: Documental

Nacionalidad: España

Durante casi medio siglo, Josep Pujiula, apodado “Garrell”, construyó su propio reino en medio del bosque, en la comarca gerundense de La Garrotxa. En sus ratos libres y durante los fines de semana, Josep levantaba altísimas estructuras de madera entre los árboles, demasiado cerca de la carretera. Con la ayuda solo de sus manos llegó a crear una especie de poblado, que los lugareños conocían como las cabañas de Garrell. Contaba incluso con una pequeña presa donde bañarse y sus propios animales domésticos, como en una granja o un zoo. Pero de la misma forma que lo construyó, también se vio obligado a destruirlo en diferentes ocasiones.

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