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Montoro-Wert-Lassalle, la delantera infalible que golea al cine español
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la crisis del icaa desvela una situación sin control político

Montoro-Wert-Lassalle, la delantera infalible que golea al cine español

El cine es el nuevo Centro Dramático Nacional. El sector más representativo de las industrias culturales españolas sufre una tormenta política sin solución

Foto: Los ministros Wert y Montoro, en el Congreso. (Efe)
Los ministros Wert y Montoro, en el Congreso. (Efe)

El cine es el nuevo Centro Dramático Nacional. El sector más representativo de las industrias culturales españolas vive instalado en una tormenta política que ha convertido la gestión de los recursos públicos en un sainete sangriento. El último acto es la dimisión de Susana de la Sierra, directora del Instituto de Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA), anunciada en el Consejo de Ministros, que la sustituye por Lorena González, como adelantó este periódico.

La marcha de la antigua responsable de negociar y ejecutar el cambio de modelo financiero -que pretende implantar el gobierno de Mariano Rajoy desde hace tres años en el sector cultural más poderoso- supone la demostración de que el cine español “no puede frenar el ataque de los peores gestores en mucho tiempo”, en palabras de uno de los productores más poderosos de este país.

Esos gestores a los que se refiere conforman un tridente imparable en el área chica del campo del equipo contrario, el de los cineastas: Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda; José Ignacio Wert, ministro de Educación, Cultura y Deporte; y José María Lassalle, secretario de Estado de Cultura. Cada uno tiene su especial aportación en la estrategia del caos. La del primero de ellos queda resumida en su implicación en los últimos Goya.

De la prudencia al inmovilismo

Con su ausencia regala a su ayudante, José María Lassalle, la papeleta de brear directamente con el despotismo ilustrado del goleador estrella: Montoro. En esta tragicomedia de enredos, ninguno de los tres responsables de las cuentas públicas comulga con los planes de sus compañeros para el cine. Pero la última palabra la tiene siempre el otro “presidente” de este país.

Para Ramón Colom, Presidente de la Confederación de Productores Audiovisuales Españoles (FAPAE), “no es una cuestión de Montoro bueno o malo, es una cuestión de desgobierno hasta que la cuerda se rompe por la parte más débil”. Y De la Sierra se rompió porque “su prudencia le llevó al inmovilismo”, explica a este periódico uno de los cineastas que ha tomado parte en las reuniones de la comisión que reunía al cine con los ministerios implicados.

Según esta fuente, la ex directora quería pasar por su cargo inmaculada, “era muy perfeccionista” y no quería que el Tribunal de Cuentas le hiciera un expediente como el que acaba de hacerle al equipo anterior: según este organismo, en 2011 el ICAA vulneró la legalidad en varias contrataciones.

El desinterés y la desidia

El mayor fracaso de Lassalle en todo este tinglado de pasillos parlamentarios es no haber logrado la complicidad del ministro de Hacienda. De hecho, ha insistido el enfrentamiento público incidiendo en el estigma y la inquina. El pasado octubre, en sede parlamentaria, Lassalle anunciaba que mantendría “la batalla con el Ministerio de Hacienda para convencerle de que respalde las políticas de fiscalidad que defendemos para el cine”.

“Es una joya discutiendo teorías, no hay quien le gane, pero en la gestión se pierde por completo y mientras tanto, la cultura se pudre en la Plaza del Rey [sede del antiguo Ministerio de Cultura y actual Secretaría de Estado de Cultura]”, asegura un responsable del sector que trata con frecuencia en el despacho del antiguo profesor de historia de las ideas y de las instituciones en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y doctor en Derecho por la Universidad de Cantabria.

Susana de la Sierra ha decidido regresar a su puesto en la universidad y olvidarse de la política y de los políticos, en un momento en el que su proyecto había llegado al callejón sin salida: ella prometía al cine sus requerimientos y Hacienda se reía de sus promesas y nadie en Cultura era capaz de hacer cambiar de opinión a los hombres de negro. Si en Cultura se habla de Hacienda y en Hacienda de impuestos, ¿hay posibilidades de construir el modelo de financiación del futuro? El desplante de De la Sierra es la respuesta. ¿Qué pasará con todos esos acuerdos cerrados con ella para la próxima reforma de la Ley del Cine?

Sobre la mesa, la estrategia goleadora del tridente es infalible:

CINE SIN MECENAS

En abril de 2012 Lassalle se comprometió en su primera rueda de prensa de Presupuestos Generales a tener el anteproyecto de la norma acabado antes de aquel verano… Del anteproyecto lo único que se sabe, porque se ha preocupado en airearlo, es que está atado de pies y manos, que no puede hacer nada porque Cristóbal no está dispuesto a incrementar las exenciones fiscales a quien quiera invertir en la sociedad. La prioridad era crear un modelo que acabase con las artes sustentadas por las administraciones públicas para finiquitar “una independencia insostenible”, “una ineficiente planificación”, “una carencia de visión estratégica”… y todo pasa por la consolidación fiscal. No hay más. Así que vuelta a la casilla de salida.

SADISMO FISCAL

El último choteo de Montoro con la industria del cine español sucedió con la frustrada ampliación de las deducciones a la producción. Todos esperaban el gesto de caridad con el anuncio de la gran reforma fiscal, anunciado por el propio ICAA: se daba por sentado una subida del 30% y se quedó en lo que había, 18%. Es más, los productores avisan de que aplicando el gravamen del primer año queda en un 15%. Alemania, Italia, Francia tienen un 40%. Así se consigue acabar con la competitividad de la industria.

PIRATEO SIN CONTROLES

El sector alega que Cultura ha reformado una Ley de Propiedad Intelectual que no resolverá las lesiones de sus derechos. Lamenta la falta de voluntad política del gobierno y de Cultura para acabar con el pirateo reforzando la Sección Segunda de la Comisión de Propiedad Intelectual –responsable de la retirada de páginas “piratas”- con más recursos.

ENTRADAS EN LAS NUBES DEL IVA

FACTURACIÓN POR LOS SUELOS

Las cifras catastróficas, a pesar de los esfuerzos del sector por bajar el precio de la entrada para paliar la subida del IVA, son evidentes. Según la FAPAE, en 2012 se facturó un 15% menos, el empleo descendió un 12%, los rodajes bajaron en casi un 30%. En 2013 se estrenaron un 30% menos de películas españolas y la facturación se desplomó otro 20%. La taquilla total del año pasado bajó un 13,5% y el número de espectadores un 15,8%.

RECORTES DE AYUDA

Presupuesto del Fondo de Ayuda a la Cinematografía para 2014: 33,7 millones de euros (menos de la mitad que hace dos años). En Europa el cine tiene otro reconocimiento y otros resultados: los cineastas franceses reciben 770 millones; los italianos 70,4 millones; en el Reino Unido 120 millones; y Alemania, 340. A pesar de lo que está aportando el cine al erario público, el gobierno no premia estos ingresos.

LA DEUDA CON EL CINE

Las cuentas no salen. Deuda que el Fondo de Ayuda a la Cinematografía (es decir, el Estado) debe pagar a los productores en 2014: 61 millones de euros. El ministerio de Hacienda ha imposibilitado al ICAA que afronte sus deudas con los productores al recortar casi la mitad de presupuesto al Fondo, lo que supone la posible quiebra del cine español.

El cine es el nuevo Centro Dramático Nacional. El sector más representativo de las industrias culturales españolas vive instalado en una tormenta política que ha convertido la gestión de los recursos públicos en un sainete sangriento. El último acto es la dimisión de Susana de la Sierra, directora del Instituto de Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA), anunciada en el Consejo de Ministros, que la sustituye por Lorena González, como adelantó este periódico.

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