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Antonio López: "Los dioses se han ido, ya no veo la luz en el arte"
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Antonio López: "Los dioses se han ido, ya no veo la luz en el arte"

El pintor Antonio López y el cineasta Víctor Erice se han reencontrado 22 años después de 'El sol del membrillo' para hablar del arte y del mundo actual

Foto: El pintor Antonio López y el director de cine Víctor Erice (Enrique Villarino)
El pintor Antonio López y el director de cine Víctor Erice (Enrique Villarino)

Han pasado más de veinte años desde que Víctor Erice regalara al cine español El sol del membrillo. Una película inclasificable, ganadora del Premio Especial del Jurado del Festival de Cannes, que contó el proceso de creación artística de un cuadro del pintor Antonio López.

Ambos se reunieron ayer en la Fundación Canal de Madrid para hablar sobre el mundo del arte y analizar los cambios que han sufrido sus miradas como autores. Sentados ante una sala abarrotada no había dos celebridades distantes, sino dos amigos que hacía tiempo que no se veían, como en un momento recordó Antonio López a Víctor Erice.

La admiración que se procesan se desprendía de cada respuesta, e incluso Erice se animó a desvelar que El sol del membrillo ni siquiera era la película que él tuvo en mente originariamente. “En un principio iba a ser un corto para un proyecto que contaría la asociación entre pintores y cineastas. El proyecto no echó a andar porque las televisiones, que son las que mandan en los proyectos cinematográficos, querían primeros espadas. Así que el origen de todo era un corto llamado La terraza de Lucio” contó Erice.

placeholder Víctor Erice en el encuentro organizado por la Fundación Canal (Enrique Villarino)

Al venirse abajo los planes y ya en el momento de la despedida, Antonio López contó al realizador que se encontraba a punto de iniciar un cuadro sobre el membrillero de su patio. Por lo que Erice recondujo el filme hasta convertirlo en el que todo el mundo conoce.

El director de El espíritu de la colmena recordó una frase que le dijo Antonio López antes de comenzar el rodaje: “Si lo quieres ver bien, en un árbol está el mundo entero”. Esa es la idea del filme, y del trabajo de estos dos maestros. Erice aprovechó la ocasión para recordar que El sol del membrillo fue la única película española de su año que no contó con ningún tipo de subvención, sino que fueron los miembros del equipo los que se comprometieron a financiar la película poniendo el dinero de su bolsillo. “Si te sujetas a lo convencional, este tipo de proyectos nunca saldrían adelante” añadió.

Preguntado por El Confidencial sobre si cree que un modelo de cine sin subvenciones es posible en la industria española, Víctor Erice remarcó que en este caso fue inevitable: “No se lo recomiendo a nadie, pero las subvenciones son necesarias. La industria del cine más subvencionada es la americana, pero aquí se ha hecho una especie de leyenda negra. ¿Qué industria no está subvencionada? Crear sólo por subvenciones no es lo idóneo, pero para que haya una mediana industria, y no un fantasma industrial como hay ahora, tiene que haber subvenciones” explicó.

placeholder Antonio López y Víctor Erice en la Fundación Canal de Madrid (E.Villarino)

Arte en la oscuridad

Antonio López y Víctor Erice reconocieron la influencia del arte del otro en su obra, aunque también se detuvieron en aquello que les separa. El director cree que una de las diferencias más significativas está en el tiempo. Un tiempo individual para el pintor, que no se ve sometido a las presiones de un productor ni a un plan de rodaje, lo que le otorga “cierta impunidad”.

El arte no da soluciones, como mucho un diagnóstico. Nos pone un espejo delante para que mires cómo eres de terrible”.

López coincidió con él, aunque señaló que ese tiempo es algo conseguido por el arte moderno. El pintor marcó el impresionismo como un punto de inflexión en la pintura. Un momento en el que por primera vez los artistas cuentan lo que quieren de verdad, y no lo que alguien les encargaba: “Los impresionistas querían volver a la vida, porque la vida estaba secuestrada. La verdadera vida estaba al lado nuestro. Se sacuden el trabajo por encargo y hacen que prevalezca la mirada individual. Lo cambiaron todo” subrayó.

Una revolución que para el pintor duró muy poco, ya que la modernidad fue caminando poco a poco hacia la oscuridad, una tendencia que copió el cine. Erice considera que esto es debido a que el cine es el lenguaje del crepúsculo de nuestra civilización, mientras que la pintura es la aurora. Antonio López tuvo que cortar a su amigo para aclarar una cosa: “Todos estamos en el crepúsculo. Los dioses se han ido, ya no veo la luz en el arte”.

El pintor mostró una visión pesimista sobre la sociedad en la que el arte tiene sed de verdad, una sed “casi suicida” por mostrar a seres corrompidos. Un espejo que muestra lo que somos: “El arte no da soluciones, como mucho un diagnóstico. Nos pone un espejo delante para que mires cómo eres de terrible”.

placeholder El pintor Antonio López en el encuentro organizado por la Fundación Canal (Enrique Villarino)

Víctor Erice compartió esa visión de un presente negro y lo achacó a la capacidad de destrucción del ser humano y a las grandes catástrofes del siglo XX: “La conciencia contemporánea es una conciencia desgraciada, y de ahí han surgido tantas películas y tantos cuadros”.

El realizador aprovechó para criticar el sistema educativo actual, en el que se han perdido las disciplinas humanistas: “El arte es la experiencia fundadora de toda cultura, tiene que estar integrado en las escuelas desde primaria. ¿Qué clase de ciudadano queremos que exista, a qué ciudadano damos voz y voto? La diferencia entre el espectador francés de 20 años y el español es que él al seleccionar lo que quiere ver tiene una información que no es comparable a la nuestra, y eso es un problema político”.

Antonio López quiso quitar hierro a la opinión de su amigo diciendo que lo que los niños necesitan son “jardines para jugar y buenos alimentos”. Aunque no resistió la tentación de decir que la culpa de todos la tienen los políticos: “Nos crean problemas horribles, aparte de los que ya tenemos”.

El arte es la experiencia fundadora de toda cultura, tiene que estar integrado en las escuelas desde primaria. ¿Qué clase de ciudadano queremos que exista, a qué ciudadano damos voz y voto?

Por mucho que Víctor Erice sea considerado como un director alejado de lo comercial, él también piensa en el espectador cuando dirige: “Establezco un dialogo con el interlocutor secreto que todos tenemos nosotros. Hay en mí una dimensión de espectador muy importante, y esa parte de espectador entra en lo que uno hace”. Unas películas que son para que el público las disfrute, como los cuadros de Antonio López, que comparó su forma de trabajar con la de un cocinero que hace la comida para los demás: “Pinto para los demás, porque noto que la gente me da mucho. Sólo hacer el trabajo ya me da satisfacción”.

Para despedir este encuentro entre dos viejos amigos, la periodista Pepa Fernández, que actuó de moderadora del acto, dejó caer una sencilla pregunta: ¿Con qué sueña un artista como Antonio López?

La respuesta del pintor fue una última muestra de su naturalidad y sencillez: “Con ir a dormir, llevo días durmiendo muy mal”.

Han pasado más de veinte años desde que Víctor Erice regalara al cine español El sol del membrillo. Una película inclasificable, ganadora del Premio Especial del Jurado del Festival de Cannes, que contó el proceso de creación artística de un cuadro del pintor Antonio López.

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