Es noticia
La araña que escapó de la cabeza de José Saramago
  1. Cultura
  2. Cine
estreno de 'Enemy'

La araña que escapó de la cabeza de José Saramago

El director canadiense Denis Villeneuve analiza las claves de su impactante e enigmática adaptación de un libro del escritor portugués sobre un doble

Foto: 'Enemy', dos al precio de uno
'Enemy', dos al precio de uno

La crisis de los cuarenta explicada a los niños: Varón blanco y heterosexual de 40 años despierta una madrugada con la boca seca y una difusa angustia existencial. Se levanta, se echa 10 litros de Grecian 2000 sobre el pelo y resopla. Esa misma mañana activa el siguiente mecanismo infernal: abandona a su mujer embarazada de cinco meses, se apunta a clases de bikarm yoga, se hace un absurdo tatuaje maorí en la espalda e inicia una disparatada relación sentimental con una chica veinte años más joven (que bien podría ser su hija y con la que no tiene nada en común, aunque insista en llamarla 'la mujer de mi vida'). Así, de la noche a la mañana, uno se convierte en otra persona que finge ser quince años más joven y se niega a afrontar la madurez.

Este sería el arquetipo de una crisis masculina, que puede suceder en la vida real o quedarse en mera fantasía escapista. A eso juega Enemy, que se estrena hoy, solo que lo hace dando una extraña vuelta de tuerca al concepto de fuga masculina: ¿Qué ocurriría si el tipo que cambia de vida no fueras tú sino una persona exactamente igual que tú?

Enemy, adaptación del director canadiense Denis Villeneuve de una novela de José Saramago (El hombre duplicado), es una película sobre la crisis de la masculinidad y sobre el terror a la paternidad, aunque uno no se da cuenta de ello hasta después de salilr del cine. En principio lo que vemos es a un tipo que se encuentra a un fulano exactamente igual que él en lo físico, pero con un carácter mucho más jaranero. Un poco como si David Lynch hubiera decidido hacer una versión onírica de El club de la lucha.

Saramago contaba algo profundo sobre la identidad masculina. La lucha interna del hombre contra los miedos y demonios que le impiden convertirse en adulto

"Nada más acabar la última página del libro de Saramago, pensé: 'Vale, esta será mi próxima película'. Sin más. Sentí que Saramago contaba algo profundo sobre la identidad masculina. Y sobre la intimidad masculina. La lucha interna del hombre contra los miedos y demonios que le impiden convertirse en un adulto. Narrado con el habitual toque literario juguetón de Saramago: esa mezcla de humor y sensibilidad", explica Villeneuve, celebrado director de Incendies (2010) y Prisioners (2013), que habló con El Confidencial en el festival de San Sebastián.

Enemy juega a dos barajas: que el protagonista tenga un doble de verdad o que todo sea una paranoia. ¿Gemelo perverso o fantasía masculina patológica?

placeholder Denis Villeneuve

Aunque el filme cuenta cosas muy raras, lo hace en el contexto de una férrea trama realista. En las últimas películas de David Lynch, con las que Enemy comparte algunos temas, hay un momento en el que la lógica del relato salta por los aires y la película llega a una lugar que rompe cualquier atisbo realista. Pero Villeneuve decidió que su película no enloqueciera del todo, pese a amagar con echarse al monte fantástico en varios momentos. Como si la tentación de desmelenarse hubiera estado presente durante todo el rodaje.

"Para que la película funcionara tenía que haber una tensión permanente entre la posibilidad de que haya dos hombres y la posibilidad de que haya solo uno. Funciona de las dos maneras para que el espectador no pueda decantarse. Y sí, la tentación de enloquecer la trama fue tan grande como constante. Tuve largas discusiones con el guionista, el montador y el productor sobre este asunto. Pero no. Lo que me gusta de Enemy precisamente es que me obligó a ser disciplinado y preciso con la forma de contar la trama. Alargar un plano dos segundos más podría romper el equilibrio. Como el filme está repleto de abstracciones para desafiar a la audiencia, pensé que a cambio tenía que ajustarme a una lógica narrativa estricta", razona el cineasta canadiense.

placeholder Jake Gyllenhaal, protagonista de 'Enemy', junto al cartel del filme

Sin embargo, hacia el final de la película, hay un fogonazo fantástico que rompe fugazmente con la trama realista: aparece ¿entre sueños? una araña gigante que parece salida de la jaula de Louise Bourgeois. El rol de la araña en el filme ha dado ya lugar a muchas discusiones metafóricas.

"La araña representa a inteligencia", espeta el director. "Yo soy el principal responsable de la irrupción de la araña, aunque a algunos no les pareció buena idea. Es un monstruo, pero debía reflejar un tipo de sabiduría e inteligencia. No quería que pareciera una araña de película de serie B. Investigué cientos de arañas antes de decidirme. Pero una y otra vez volvía a la de Louise Bourgueois. El equipo de efectos especiales me dijo que el modelo Bourgueois de araña no era del todo realista, que parecía más la idea de una araña que una araña real en sí, pero eso es precisamente lo que buscaba: una araña llegada del inconsciente", aclara un inquietante Villeneuve.

El caso es que la breve imagen de la araña caminando sobre los edificios de una ciudad fantasmagórica es el martillazo definitivo de una estupenda película que deja las cabezas muy tocadas.

Villeneuve remata la conversación explicando el significado profundo de la caminata arácnida: "Fue mi modo de expresar el sentimiento de paranoia que desprende la novela de Saramago. Es lo que tienen las adaptaciones: que a veces tienes que resumir 50 páginas en una sola imagen, en este caso, una araña".

La crisis de los cuarenta explicada a los niños: Varón blanco y heterosexual de 40 años despierta una madrugada con la boca seca y una difusa angustia existencial. Se levanta, se echa 10 litros de Grecian 2000 sobre el pelo y resopla. Esa misma mañana activa el siguiente mecanismo infernal: abandona a su mujer embarazada de cinco meses, se apunta a clases de bikarm yoga, se hace un absurdo tatuaje maorí en la espalda e inicia una disparatada relación sentimental con una chica veinte años más joven (que bien podría ser su hija y con la que no tiene nada en común, aunque insista en llamarla 'la mujer de mi vida'). Así, de la noche a la mañana, uno se convierte en otra persona que finge ser quince años más joven y se niega a afrontar la madurez.

El redactor recomienda