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Pitingo, el artista más injustamente tratado de España
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Presenta el espectáculo ‘Mestizo y fronterizo’

Pitingo, el artista más injustamente tratado de España

Tras quince años subido a un escenario, demuestra que su aleación de pop, flamenco y música afroamericana fue un acierto

Foto: El artista estrena nuevo espectáculo en la Gran Vía de Madrid.
El artista estrena nuevo espectáculo en la Gran Vía de Madrid.

Antonio Manuel Álvarez Velez (Ayamonte, Huelva, 1980) es el artista peor tratado del panorama pop español. El Mundo Today arrasó en redes con un titular que decía “Björk se retira por miedo a una versión de Pitingo”. El pasado otoño, la red social Twitter le linchó intensamente cuando canceló unos conciertos en Cataluña por la tensión social del referéndum (perdió 18.000 euros por esa decisión, según el cantante). También recuerdo que hace seis o siete años unos amigos gays extranjeros me escribieron para preguntarme qué significaba el lema “Muerte a Pitingo”, garabateado en la pizarra de un restaurante fashion de Chueca. Las críticas de sus álbumes han sido casi siempre despectivas, tanto por el lado de los flamencólicos como por el de los hípsters amantes de 'Omega' y El Niño de Elche. Básicamente, estamos ante un artista entre dos tierras, que los puristas desprecian por ‘poco flamenco’ y los gafapastas por ‘poco moderno’. Una pinza cultural de lo más revelador. ¿En qué más coinciden estos dos grupos de ‘haters’? Apostaría a que nunca se han molestado en ver a Pitingo en directo (algo que yo tampoco había hecho hasta ahora, confieso avergonzado).

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Su nuevo espectáculo, ‘Mestizo y fronterizo’, que estará en el Teatro de La Luz (Madrid) hasta el 1 de julio, es un rodillo sonoro que nos recuerda lo contagiosa, dúctil y euforizante que puede ser la música. Como era de esperar, la protagonista absoluta es su voz, tan potente como melosa y llena de matices. Destaca también una amplia banda con un soberbio guitarra, vocalistas flamencos con el desgarro en su punto y un estupendo coro de voces negras. A ratos me recordaba un concierto de David Byrne, otros a uno de The Roots y en muchos más me sonaba a aquel Nuevo Flamenco que diseñó Mario Pacheco en los ochenta para su discográfica Nuevos Medios. Todo esto, claro, aderezado con recursos de musical de Broadway para dinamizar la noche. Por algo estamos en la Gran Vía madrileña.

Voz de lujo

¿Cuál es el punto fuerte de Pitingo? Diría que cantar con máxima solvencia las piezas más exigentes de la historia de la música popular. Su versión del 'Ave María' de Schubert despliega una fuerza que nada tiene que envidiar al celebrado 'Halellujah' de Jeff Buckley. En 'Georgia On My Mind', de Ray Charles, se vacía por completo, bordando la interpretación. También sobrecoge con “Estrella”, de Enrique Morente, su maestro musical y la figura que le ayudó a conseguir su primer contrato. La canción es especialmente emotiva porque arranca con su hijo Manuel -seis años- cantando entre bambalinas (de los altavoces del teatro sale un chorro de voz y un sentimiento que es para hacerle un contrato esa misma noche).

Por cierto, Pitingo recuerda cómo Enrique Morente fue una de las personas que más le ayudó a la hora de relativizar las criticas de la prensa y los expertos. “No te preocupes, Antonio, a mí han tratado de destruirme durante treinta años”, le animaba. Pitingo interpreta una parte del concierto con una camisa negra donde se puede leer “Morente” en letras plateadas. La versión del maestro granadino fue sentida y poderosa, agradecible contraste con los plúmbeos discos de Los Evangelistas, grupo de tributo a Morente con miembros de Lagartija Nick y Los Planetas, además de una de las hijas del cantaor. Esto sí suelen sacar tres o cuatro estrellas en la mayoría de las reseñas.

Amor de sus compañeros

No hay duda de que la prensa musical odia a Pitingo. Pero algunas otras personas que le aprecian. Según cuenta él mismo, cierta nochebuena recibió una llamada de Estados Unidos que comenzaba así: “Pitingo, pitinguito... soy Julio Iglesias. Te llamo decirte que has cantado muy bien mi 'Gwendoline'. Me ha encantado, aunque debo hacerte un comentario... La canto mejor yo”. Ese himno, una de las joyas del repertorio de Iglesias, fue uno de los grandes momentos del show, combinando calidez y fragilidad. ¿Más admiradores? En 2014, Pitingo ofreció un recital en el teatro Fillmore de Miami y en la primera fila estaban Lenny Kravitz, los Estefan y la leyenda soul Sam Moore. Cuando entró en camerinos, este último le persiguió para felicitarle y acabaron grabando juntos. La versión de 'Soul man' alcanza niveles de intensidad equiparables a John Legend, Ben Harper y Alicia Keys. La voz del onubense también brilla en las canciones más dulces, entre ellas 'I Just Called To Say I Love You' (Stevie Wonder), que suena a puro caramelo pop.

Adicto a la teletienda

La conclusión principal tras verle en directo es que su apuesta por fusionar pop, flamenco y música afroamericana funciona de maravilla. En la recta final, Pitingo levanta al teatro con dos canciones sobre el orgullo de pertenecer a la clase trabajadora: 'Proud Mary' y 'She Works Hard For The Money'. Su exitazo 'Killing Me Softly' también alcanza gran voltaje. La otra gran baza del show es su simpatía. Pitingo no renuncia nunca a una desarmante sonrisa de gato de Cheshire. Bromea con su adicción a Amazon y Teletienda, con su aspecto físico -“soy una mezcla de Joselito y Arturo Fernández”- y con su predilección por los complementos (“voy a acabar como esos gitanos mayores que son todo sombrero, fulares y anillos”). Uno de los momentos más divertidos de la noche llega cuando presenta a su extensa banda al ritmo de 'Everybody Dance Now' de C&C Music Factory (uno de los coristas interpreta una ráfaga de 'I Can’t Feel My Face' de The Weeknd). No hay un segundo para aburrirse.

La carrera de Pitingo, sobre todo, la ha levantado el público, con quien se muestra agradecido. “A veces me paran por la calle y me preguntan si me molesta que me haga una foto. Respondo que me enfadaré el día que nadie me lo pida”. Una de sus composiciones propias, la chispeante “A contratiempo buena cara”, habla de su personalidad y sus recursos para hacer frente al rechazo de sus detractores. Tampoco es muy difícil adivinar quién ha ganado esta partida. Viendo espectáculos tan intensos como ‘Mestizo y fronterizo’, queda claro que Pitingo estará encima de un escenario hasta que él decida bajarse. Por muchas bromas y burlas que le dediquen quienes nunca le han dado una oportunidad.

Antonio Manuel Álvarez Velez (Ayamonte, Huelva, 1980) es el artista peor tratado del panorama pop español. El Mundo Today arrasó en redes con un titular que decía “Björk se retira por miedo a una versión de Pitingo”. El pasado otoño, la red social Twitter le linchó intensamente cuando canceló unos conciertos en Cataluña por la tensión social del referéndum (perdió 18.000 euros por esa decisión, según el cantante). También recuerdo que hace seis o siete años unos amigos gays extranjeros me escribieron para preguntarme qué significaba el lema “Muerte a Pitingo”, garabateado en la pizarra de un restaurante fashion de Chueca. Las críticas de sus álbumes han sido casi siempre despectivas, tanto por el lado de los flamencólicos como por el de los hípsters amantes de 'Omega' y El Niño de Elche. Básicamente, estamos ante un artista entre dos tierras, que los puristas desprecian por ‘poco flamenco’ y los gafapastas por ‘poco moderno’. Una pinza cultural de lo más revelador. ¿En qué más coinciden estos dos grupos de ‘haters’? Apostaría a que nunca se han molestado en ver a Pitingo en directo (algo que yo tampoco había hecho hasta ahora, confieso avergonzado).

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