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El ICAA y su modelo actual: ¿es el instrumento adecuado para el cine español?
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El ICAA y su modelo actual: ¿es el instrumento adecuado para el cine español?

Nuestra producción cinematográfica depende excesivamente de un más que reducido número de títulos

Foto: Inauguración de la primera retrospectiva de Almodóvar en la Filmoteca
Inauguración de la primera retrospectiva de Almodóvar en la Filmoteca

En esta segunda entrega pretendemos plantearnos algunas preguntas y ofrecer respuestas a partir de la descripción de la gestión cinematográfica francesa realizada en la entrega anterior y que se basa fundamentalmente en la estructura CNC y UniFrance. ¿Cuál es la alternativa española a la gestión cinematográfica? ¿Es el Instituto de las Ciencias y las Artes Audiovisuales (ICAA) el planteamiento adecuado para los problemas del cine español? ¿Cuál es la actitud del Estado ante el cine y sus derivadas audiovisuales?

Foto: Foto de familia en el pasado Festival de Cannes

El cine español en 2016 se sitúa en 8ª posición a nivel mundial en cuanto a producción de largometrajes con 254 películas, dato ofrecido por varias fuentes y que resulta desconcertante porque solo se identifican 188 estrenos. Su cuota de mercado interno fue del 18,5% y su número de pantallas descendió en los últimos 4 años de forma progresiva -con la clausura de 394 salas- hasta la cifra de 3.492, que sitúa a España en el quinto lugar en el ranking europeo. Entre los 25 títulos europeos más vistos en Europa hay 3 largometrajes españoles ('Un monstruo viene a verme', en 5º lugar, 'Julieta' en el 19º y 'Palmeras en la nieve', en el 23º) y entre los 25 títulos europeos más vistos en USA y Canadá en 2016 no hay título español alguno.

El número de películas españolas estrenadas en Francia en 2016 fue de 29 y solo una, 'Julieta', con 770.000 espectadores, acaparó más de la mitad de los espectadores obtenidos por las otras 28 (700.000 espectadores), a pesar de las 14 coproducciones entre España y Francia estrenadas, que es la cifra más alta para España en sus coproducciones con otros países.

Estos datos iníciales nos llevan a una conclusión decepcionante sobre la vida y fortaleza de nuestra producción cinematográfica en el mercado, excesivamente dependientes de un más que reducido número de títulos.

Todo sobre el ICAA

El organismo público de la gestión de la política cinematográfica en España es el ICAA que se define como un organismo autónomo adscrito a la Secretaría de Estado de Cultura del ministerio de Educación, Cultura y Deporte, que planifica las políticas de apoyo al sector cinematográfico y a la producción audiovisual. Tiene personalidad jurídica pública diferenciada, patrimonio y tesorería propios, y a todos los efectos está sometido a las disposiciones aplicables a los Organismos Autónomos de la Administración General del Estado. El régimen presupuestario, económico-financiero, de intervención, control financiero y contabilidad es el establecido en la Ley General Presupuestaria. En cuanto a contratación está sometido a la Ley de Contratos del Sector Público. Entre sus fines aparecen conceptos como desarrollar la creación, incrementar la producción y favorecer la distribución de producciones españolas, alcanzar una proporción aceptable de mercado interior, potenciar la proyección exterior de la cinematografía, salvaguardar y difundir el patrimonio cinematográfico, entre otros objetivos de menor alcance.

La plantilla del ICAA se compone de 181 personas de las que 91 (50,2%) son funcionarios de la Administración

El presupuesto anual del ICAA está en torno a los 90 millones de euros con una estructura basada en una Presidencia del Instituto asignada al Ministro del ramo que corresponda en cada momento, una Dirección General de la que dependen una Secretaría General y 3 Subdirecciones que responden a Fomento de la Industria Cinematográfica y Audiovisual, una segunda centrada en Promoción y Relaciones Internacionales y por último la centrada en la Filmoteca Española, completándose este esquema con un área de Marketing. La plantilla del ICAA se compone de 181 personas de las que 91 (50,2%) son funcionarios de la Administración. El ICAA participa con un 25% en la sociedad que gestiona el Festival de San Sebastián, con el 10% en la fundación que gestiona el Festival Iberoamericano de Huelva, con el 40% en la fundación que gestiona la Oficina de Información del Programa Media en España y con el 31,47% en la sociedad de garantías CREA SGR.

El actual Director General del ICAA es Oscar Graefenhain de Codes, licenciado en Derecho y funcionario del Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado. Ha sido director de gabinete del Presidente del Consejo Superior de Deportes hasta su nombramiento en el ICAA, habiendo ocupado cargos en los Ministerios de Sanidad y Consumo, Administraciones Públicas y Fomento. En los últimos años este puesto ha sido cubierto con funcionarios del Estado y en el periodo 1.096-2.004 con el Gobierno Aznar, un profesional reconocido por la Industria, José María Otero, ocupó el cargo.

Un problema de principios

Hasta aquí una breve descripción de la estructura del ICAA, un organismo de pequeña dimensión, con un presupuesto ocho veces menor que el de el CNC, cuya gestión está en manos de funcionarios del Estado, sin la incorporación a la misma de profesionales de relieve del sector cinematográfico, con unas funciones ausentes de temáticas relacionadas con el desarrollo tecnológico, las audiencias, la formación de públicos, los nuevos medios, la prospectiva y la evolución del sector, sin datos propios de la industria mas allá de los administrativos, alejado de la evolución de las cadenas de Televisión. A lo anterior hay que añadir que competencias en el sector de las Industrias Culturales y en el área tecnológica se encuentran ubicadas en otras aéreas de la Administración Pública. Esta situación se manifiesta de forma alarmante también en la Filmoteca Española que en unas instalaciones modernas en la Ciudad de la Imagen de Madrid, languidecen y se deterioran a pasos agigantados, por falta de medios, la memoria y los incunables del cine español, con al menos 400 títulos en avanzado estado de deterioro. Es decir, el ICAA está reducido a una pequeña entidad, anclada en el tiempo en cuanto a estructura y recursos, que realiza su trabajo en un marco de escasez, sin visión global del sector audiovisual y con criterios más culturales que industriales y mas burocráticos que profesionales, y lo que es más grave, sin una política de Estado detrás que apoye sus decisiones. Es un problema de principios.

En la Ciudad de la Imagen de Madrid languidecen los incunables del cine español, con al menos 400 títulos en avanzado estado de deterioro

La financiación del cine no es el punto fuerte del ICAA, ya que tiene una dependencia total de los Presupuestos Generales del Estado y aquí se pone en evidencia su falta de autonomía. No obstante en los últimos años se han dado dos pasos significativos. El ICAA ha promovido y participado en la creación del actual CREA SGR que contribuye a facilitar avales a los productores ante los bancos, paso significativo en beneficio de aquellos. Por otro lado ha promovido la implantación de las Agrupaciones de Interés Económico (AIEs) en el sector cinematográfico. Se trata de estructuras legales -no especificas de cine sino utilizadas también en otros sectores económicos, como la construcción de buques- que permiten obtener beneficios fiscales al capital privado que invierte en las películas, lo que ha resultado un paso significativo en la atracción de capital a la producción cinematográfica. No obstante, las AIEs y su funcionamiento están bajo el paraguas controlador del Mº de Hacienda, cuya actuación a veces merma seguridad jurídica al inversor, cuando debería ser lo contrario.

La actividad más importante desarrollada por el ICAA está en la administración del Fondo asignado para Ayudas al sector que en total ascendió a 67,1 millones de euros en el año 2016. Con dicho Fondo se gestionaron 6 clases distintas de Ayudas entre las que destacan las Ayudas Generales a la producción de largometrajes sobre proyecto, en su primer año completo de implantación y las Ayudas a la Amortización de largometrajes, en proceso de extinción, que requiere fondos ‘extraordinarios’ para cumplir con los compromisos adquiridos, cada una de ellas con un montante de 30 y 27.1 millones de euros respectivamente.

La soledad del productor independiente

El actual modelo ICAA ha variado la orientación de su fondo: las Ayudas a la Amortización están siendo sustituidas por la Ayuda General sobre Proyecto mediante un sistema de puntuación establecido que en 2016 ha beneficiado a un total de 30 proyectos de largometraje. Al margen de las luces y las sombras que el nuevo modelo presenta, se puede afirmar que el actual sistema penaliza al productor independiente y favorece a las empresas productoras participadas o relacionadas con los canales de televisión pertenecientes -fundamentalmente- a los dos grupos mediáticos privados dominadores del mercado. Un dato de dominio de estas dos grupos mediáticos lo da el top 5 por recaudación en el año 2016: los cinco primeros títulos tienen participación de Mediaset (en 3 casos) y Atresmedia en dos. Esta situación es tan paradójica como lo siguiente: En Francia el CNC recibe fondos de las cadenas de TV. En España las cadenas de TV reciben fondos del ICAA. Situación, como mínimo, pintoresca.

El sistema actual podría valer si estuviera dotado con los fondos aprobados en la memoria económica de la Ley de Cine de 2.007, y que hoy alcanzarías los cien millones de euros. Con la actual dotación se quedarán en proyecto películas muy interesantes con opciones de largo recorrido en España y fuera.

Por último hay que señalar la debilidad de la distribución del cine español, con la excepción de muy pocos títulos y la falta de una entidad -tipo Unifrance- que colabore con la industria con servicios necesarios para colocar el cine español en el mercado. Las acciones en el ICAA en este campo corresponden a la Subdirección de Promoción y Relaciones Internacionales de las que se identifican hasta seis competencias de las que destacan dos: La promoción interior y exterior de la producción cinematográfica y audiovisual española y el apoyo a las manifestaciones y certámenes cinematográficos nacionales e internacionales que se celebren en España. Ambas acciones de realizan de forma modesta a través de stands en los festivales y/o mercados europeos más relevantes (Berlín, Cannes, San Sebastián...), en AFM y Hong Kong, en colaboración con el ICEX con el que se han establecido acuerdos -que nos atrevemos a calificar de blandos e ineficaces- pero carentes de los necesarios servicios de información de apoyo a los profesionales españoles que ayuden a vender su producto. Por no disponer no se dispone ni siquiera de Anuarios sobre la producción española, que hasta la fecha son realizados por la iniciativa privada y en ningún caso dados a conocer en estos certámenes.

¿Dónde está el Estado?

La falta de una política de Estado con relación al cine y sus derivados se muestra ante hechos clamorosos: la pérdida de influencia de España en Ibermedia –y lo que ello representa- ha sido espectacular en los últimos 10 años, casi ha ‘gripado’ el motor que tanto aportaba antaño a los cineastas del otro lado del Atlántico y otro aún más llamativo: el cine ha sido excluido de la rebaja del IVA cuando esta se ha aplicado a los espectáculos en directo muy recientemente. De todas las actividades culturales solo ha sido excluido el cine. Pero hay otra evidencia que se traduce en la poca colaboración con las Entidades de Gestión para alcanzar un acuerdo sobre el canon compensatorio por la utilización de la copia privada que ahora se pretende arreglar después de un largo letargo dilatorio, producto tan solo del capricho del anterior Secretario de Cultura consentido por el Presidente del Gobierno. Se apartaron de Europa, y Europa les tiró de las orejas.

Solo el cine ha sido excluido de la rebaja del IVA cuando esta se ha aplicado a los espectáculos en directo muy recientemente

Si a esto añadimos la dispersión de competencias en el sector audiovisual se llega a la conclusión de que los gobiernos en España no tienen una idea clara del sector cinematográfico y audiovisual y no lo consideran un sector alternativo generador de empleo, riqueza, cultura, turismo y marca España.

Por todo lo anterior podemos concluir que el ICAA no es una alternativa para los problemas del cine español en el siglo XXI, que se trata de una institución anclada en el pasado y en la burocracia, que la falta de una política de Estado se encuentra en el origen de esta situación catastrófica que se extiende a todo lo que lo rodea: Fapae -patronal de los productores- pasa por un momento crítico y de desorientación, y Egeda, -entidad de gestión de sus derechos-se ha visto obligada a recortar de forma drástica su actividad de apoyo al sector. Podemos hablar de una crisis sistémica que no acepta soluciones parciales.

La solución pasa por la construcción de una nueva estructura del siglo XXI, de abajo a arriba, que imite -o adapte- como decía Berlanga, el sistema francés, eso sí, con una buena traducción.

En el Festival de San Sebastián 2013 Isabelle Giordano, Directora de UniFrance, hizo unas declaraciones que ya entonces nos causaron sonrojo profesional pero que lamentablemente hoy siguen siendo perfectamente actuales: “En Francia tenemos mucha suerte de contar con un sistema de financiación que funciona a la perfección e incluso para muchos productores españoles es mucho más sencillo encontrar financiación en Francia que en España”. En Francia hemos decidido bajar el IVA al 5 % y así abaratar el precio de las entradas de cine. Con esta medida lo que perseguimos es que la gente vaya más al cine y consuma más palomitas, helados, golosinas… España se ha decantado por una elección muy diferente que consiste en incrementar los impuestos para tratar así de ingresar más dinero”. Y para concluir, nos dejó la siguiente declaración: “En Francia se piensa que la Cultura es lo que nos va a ayudar a salir de la crisis, que es un sector que puede crear puestos de trabajo.

¡Voilà!

Continuará…

En esta segunda entrega pretendemos plantearnos algunas preguntas y ofrecer respuestas a partir de la descripción de la gestión cinematográfica francesa realizada en la entrega anterior y que se basa fundamentalmente en la estructura CNC y UniFrance. ¿Cuál es la alternativa española a la gestión cinematográfica? ¿Es el Instituto de las Ciencias y las Artes Audiovisuales (ICAA) el planteamiento adecuado para los problemas del cine español? ¿Cuál es la actitud del Estado ante el cine y sus derivadas audiovisuales?

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