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El día que las cenizas de Margarita Xirgu llegaron en una maleta a Almagro
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40º festival de teatro clásico de almagro

El día que las cenizas de Margarita Xirgu llegaron en una maleta a Almagro

Aterrizaron desde Uruguay, pararon en la ciudad manchega en secreto y regresaron. El festival rememora anécdotas y curiosidades de sus cuatro décadas aprovechando la hora del vermú

Foto: Inauguración del Festival de Teatro Clásico de Almagro (J. Alberto Puertas)
Inauguración del Festival de Teatro Clásico de Almagro (J. Alberto Puertas)

Convertirse en cuarentón no es cualquier cosa. Esas onomásticas redondas invitan a mirar atrás, reflexionar y, sobre todo, a recopilar anécdotas y confesiones. "Voy a contar una cosa que hubiera podido generar en Almagro un conflicto internacional grave". Así comenzó el primer Vermú de las 40, una actividad con la que el Festival Internacional de Teatro Clásico Almagro celebra su cumpleaños y que reunirá cada fin de semana a un periodista, un artista, un técnico y un vecino de la localidad manchega para recordar sus vivencias sobre estas cuatro décadas.

"Yo sabía que tenía la exclusiva, pero no había manera de publicarlo", arrancó la periodista de 'El País' Rosana Torres, una de las instituciones del periodismo cultural español. Corría 1986 cuando la Compañía Nacional de Teatro de Uruguay, en la que estuvo Margarita Xirgu desde que se exilió hasta su muerte en 1969, visitó Almagro con un espectáculo dirigido por Pepe Estruch. "José Manuel Garrido Guzmán, en aquel momento director general del INAEM, decidió que ya era hora de que Margarita volviera a España. Empezaron las conversaciones para que las cenizas regresaran donde tenían que haber estado desde el principio de no haber existido el golpe de estado de 1936".

Foto: La CNTC estrena en Almagro 'La dama duende' (J. Alberto Puertas)

Y las cenizas viajaron desde Uruguay a Almagro en la maleta de Estruch, explicó Torres, con la idea de hacer "un gran acto de Estado" con el ministro de Cultura de turno, Javier Solana, y el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, para que descansaran en Cataluña. Pero uno o dos días antes del acto se enteran de que trasladar las cenizas sin permisos es ilegal y se abortan los preparativos. "Garrido, que era más listo que una ardilla, dice que se estaba hablando del tema, pero lo niega todo. Yo sabía que estaban en la maleta de Pepe. Como no tengo manera de entrar, le digo al director del Parador que me deje entrar en su habitación y mirar una cosita. Me dijo que ni loco", contó divertida. Así que las cenizas de la Xirgu volvieron en la maleta a Uruguay y empezaron las gestiones legales que terminaron con la repatriación en 1988, pero, apuntó la periodista, "lo que pocos saben, hasta hoy, es que esas cenizas estuvieron en el Parador de Almagro".

40 años de festival también dan para enamorarse como le pasó a la actriz Nuria Gallardo —"llevamos 18 años juntos, es la mejor anécdota que puedo contar", aseguró— o para que la piscina del Parador de Almagro fuera el lugar de encuentro en el que cazar exclusivas, como la que destapó Torres poniendo la oreja desde su habitación cuando escuchó a Adolfo Marsillach aceptar el cargo de director del INAEM mientras charlaba con Garrido, o para que se gestaran proyectos tan importantes como la Compañía Nacional de Teatro Clásico. También para saber que fueron unos pechos en escena los que acabaron con el escenario del Claustro de los Dominicos ante el escándalo del padre Baldomero.

Foto: Sacristán recogiendo emocionado el Premio Corral de Comedias (Efe)

"Recuerdo un día que un técnico se quedó atrapado toda la función en un cambio de escenografía o cuando en el Hospital de San Juan con una función de la CNTC se metió un perro de la calle a escena", recordó Vicente Briñas, técnico desde el 98 y coordinador de espacios del festival. "El actor antes comía más que ahora", dijo entre risas Juan García, dueño del extinto El Corregidor, uno de los restaurantes más teatreros y famosos de Almagro, y ahora de La Casa del Rector. Llegó desde Marbella a la ciudad encajera en 1981 y desde entonces ha vivido, dado de comer y compartido horas y horas con gran parte de los artistas que han pasado por el festival.

placeholder Briñas, Gallardo, Torres y García en 'El Vermú de las 40' (Festival de Almagro)
Briñas, Gallardo, Torres y García en 'El Vermú de las 40' (Festival de Almagro)

"El mayor cambio de estos años es que la marca Almagro va unida al festival... y a la berenjena. El festival ha puesto a Almagro y a Ciudad Real en el mapa internacional", añadió. "La huella más importante, junto a la CNTC, es que ha conseguido que el teatro clásico, ampliando bien la franja, se monte por muchísimas compañías. Almagro ha sido el potenciador que ha facilitado que el teatro clásico sea lo que hoy es", agregó Torres.

placeholder Joaquín Notario (derecha) en 'La dama duende' (J. Alberto Puertas)
Joaquín Notario (derecha) en 'La dama duende' (J. Alberto Puertas)

El otro gran cambio en estas cuatro décadas ha sido cómo los vecinos de la ciudad han ido haciendo el festival suyo y, según Joaquín Notario, uno de los actores que más veces ha pisado las tablas de Almagro, "se han convertido en un muy buen crítico teatral". Notario recibirá la semana que viene junto a Arturo Querejeta y Pepa Pedroche un homenaje por ser los actores que más han visitado el festival.

Con Calderón arrancó y con Calderón está este año. De 'El castillo de Lindabrilis' en 1989 inaugurando el Palacio de los Fúcares como escenario al estreno de 'La dama duende' la semana pasada. Desde entonces, ha visitado Almagro con 21 obras y 17 ediciones. "Almagro es una ciudad pequeña en la que se respira teatro todos los días, desde el minuto uno del festival", afirmó. "En Almagro respiras familia, no solo teatro, y eso es muy importante", remató Gallardo, que vino por primera vez con 15 años para actuar en un 'Don Juan Tenorio' dirigido por Miguel Narros.

40 años de historia en papel

Esa unión teatro y almagreños también es la que recoge el libro conmemorativo de los 40 años del festival que recopila todas las obras que han pasado en este tiempo así como material documental y ensayos sobre su evolución y trascendencia.

'Medora', de Lope de Rueda; 'La estrella de Sevilla' y 'El despertar a quien duerme', de Lope de Vega, fueron las primeras en subirse a las tablas del redescubierto Corral de Comedias de Almagro en 1978 con motivo del germen de lo que es hoy es el festival: unas jornadas de teatro clásico que pretendían unir a los mundos de la escena y académico. Fue tal el éxito de este evento, que un año después se creó el certamen en torno a su mítico escenario y ya, a partir de 1981 y con motivo del tricentenario de la muerte de Calderón de la Barca, la cita empezó a coger empaque hasta hoy. 

"Ha sido un trabajo ímprobo", aseguró Natalia Menéndez, directora del festival, porque apenas había material gráfico de los últimos 20 años. Junto a esa historia visual, el libro atesora otras anécdotas como que, explicó César Oliva, el primer director de la cita, en las cinco primeras ediciones siempre hubo un ministro distinto. "No creo que fuera influencia de Lope de Vega o del honor, pero cada vez que acababa el festival caía un ministro". Las cosas del teatro y la cultura...

Convertirse en cuarentón no es cualquier cosa. Esas onomásticas redondas invitan a mirar atrás, reflexionar y, sobre todo, a recopilar anécdotas y confesiones. "Voy a contar una cosa que hubiera podido generar en Almagro un conflicto internacional grave". Así comenzó el primer Vermú de las 40, una actividad con la que el Festival Internacional de Teatro Clásico Almagro celebra su cumpleaños y que reunirá cada fin de semana a un periodista, un artista, un técnico y un vecino de la localidad manchega para recordar sus vivencias sobre estas cuatro décadas.

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