La ira de Arévalo: "El cine español no aguanta, sin la tele no levantas una película"

Raúl Arévalo sonríe amistosamente, a pesar de las ojeras. "Hoy hemos acabado de rodar a las siete y media de la mañana". Apenas son las diez. Cuatro meses después erigirse en el triunfador de la noche de los Goya con su ópera prima como director, 'Tarde para la ira', Arévalo compagina el rodaje de 'El aviso' —"un 'thriller' psicológico muy chulo", de Daniel Calparsoro— con la promoción del cortometraje-barra-anuncio que ha dirigido para Estrella Damm —con Álvaro Cervantes y Peter Dinklage, también conocido como Tyrion Lannister, de protagonistas— y con la escritura de un guión del que lo único que puede decir es que "no es una comedia". "Estoy intentando gestionar la energía", se excusa.

La resaca de 'Tarde para la ira' ya ha pasado. "Más que resaca emocional, después de toda la temporada de premios hemos necesitado tiempo para poder celebrar. En toda esa fase de premios, de festivales, de galas, no te da tiempo a celebrar. Estás machacado", confiesa. Un camino que se inició en el pasado Festival de Venecia, donde Ruth Díaz consiguió el premio a la mejor interpretación de la sección Horizontes, y que siguió con cinco premios Feroz, el Fotogramas de Plata a Mejor película española y cuatro goyas. Un palmarés que contrasta con una taquilla discreta, que tras la reposición del film en las carteleras en febrero —a raíz de su éxito en los premios de la Academia— todavía luchaba por recuperar los 1,2 millones de euros que había costado.

"Ni hizo mucho dinero cuando se estrenó, por mucho que fuésemos al Festival de Venecia, ni hizo mucho cuando se reestrenó. Ahora está empezando a recuperar", lamenta. "La película ha recuperado más dinero en ventas internacionales, estrenándose en Francia, en Italia, en Países Bajos, en Luxemburgo, en Bélgica. También yéndose a Netflix. En su momento tampoco tuvo tanta promoción y tanto apoyo, que es al final lo que influye". Y eso a pesar de ser la vigésimo segunda película española más taquillera de 2016, con una recaudación en diciembre de 1.109.704 € y 182.121 espectadores.

"'Tarde para la ira' no hizo mucho dinero cuando se estrenó, por mucho que fuésemos a Venecia, ni cuando se reestrenó"

¿Cómo es posible, que la triunfadora de la temporada de premios, no consiga casi recuperar un presupuesto que, además, es escueto? "Date cuenta de que los premios son mediáticos, relativamente. Ayudan, por supuesto, en lo que tiene que ver con la taquilla, pero sobre todo tienes que tener apoyo de las televisiones para poder vender bien la película", razona. Con los datos en la mano, es verdad que las películas que ocupan los puestos más altos de la lista de recaudación contaron en su momento con un fuerte respaldo de los dos grandes conglomerados de la comunicación en España: 'Un monstruo viene a verme' (Telecinco Cinema), 'Palmeras en la nieve' (Atrescine), 'Villaviciosa de al lado' (Atrescine), 'Cien años de perdón' (Telecinco Cinema)... y así en adelante.

"Yo creo que este es un modelo que no se puede sostener. No sé cómo evolucionará el crecimiento de las nuevas plataformas, de Netflix, de HBO España, de Movistar +, que empiezan a producir películas. No entiendo que para hacer una película en España tengas que depender tanto de la televisión", se queja Arévalo. "Sin una televisión detrás aquí no puedes levantar una película para distribuirla de una forma normal. Si eres de Telecinco eres como el Madrid o el Barça y juegas la Champions. Si eres de Antena 3 juegas la UEFA y a veces la Champions y con TVE te mantienes en primera división. Es un símil futbolístico barato, pero es así. Y no debería serlo".

"Telecinco y Antena 3 producen para mantener su estatus económico y para hacer dinero"

"Telecinco y Antena 3 producen para mantener su estatus económico y para hacer dinero. Y para ello tienen que hacer determinado tipo de películas", prosigue. "Y Televisión Española quiere acercarse más a ese modelo de producción. Hay películas como la mía o como tantas otras que cada vez son más difíciles de levantar. Historias que es más difícil que cuenten con una producción decente. Entonces, algo tiene que cambiar". "Lo preocupante es que dices, 'hay que hacer comedias' —por supuesto hay que hacer comedias—. ¿Ahora se ponen de moda los 'thrillers' y hay que hacer 'thrillers'? Vale. ¿Hay que hacer películas comerciales? Por supuesto, no hay que dejar de hacerlas. Pero hay otro tipo de cine que poco a poco se va perdiendo. Es lo que me procupa, que no haya espacio para otro tipo de películas".

Tampoco cree que el peso de los goyas y los feroces sea el suficiente como para asegurarle que su próxima película como director salga seguro adelante. "De primeras despertaré más interés, evidentemente, por haber tenido reconocimiento y premios, pero luego depende mucho del tipo de historia que presentes. Al final las televisiones y las productoras quieren un tipo de historia que son las que ellos consideran que les son rentables y, si no, no será tan fácil. Yo acabo de hacer mi primera película y hay directores como Enrique Urbizu o Gracia Querejeta o Fernando León que ahora están rodando, pero que les ha costado muchos años levantar una película siendo de los mejores directores de este país".

"Cuesta mucho sacar una película adelante pero cuando se hace una película a lo 'low cost' es algo peligroso"

Esta dificultad para encontrar financiación está precarizando cada vez más un sector que tradicionalmente se ha soportado en equilibrios económicos frágiles. "Es verdad que cuesta mucho sacar una película adelante pero cuando se hace una película a lo 'low cost' es algo peligroso. Tú a lo mejor quieres hacer tu primera película y pones toda tu pasión y estás dispuesto a no cobrar. El problema es cuando lías a un montón de gente, a un montón de equipo para hacer tu proyecto y que tampoco cobren. Entonces empiezas a entrar en una rueda un poco peligrosa, porque empiezas a hacer un cine en el que no pagas y hay montón de gente que tiene una familia y que tiene que mantenerse".

"Pero esto se complica aún más cuando productoras que sí que tienen dinero empiezan a tirar un poco de esta fórmula", critica. "'Pues estos que hicieron la última en modo 'low cost', pues ahora te cojo la película, lo hago todo legal, pero te pago lo minimísimo y te hago echar más horas' [piensan]. Entonces se empiezan a hacer películas cada vez pagando menos, con tiempos más apretados, con peores condiciones laborales. Y eso sí es preocupante".

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Por eso y porque la venta de su película a Netflix para su distribución internacional le ha permitido cuadrar finalmente las cuentas de 'Tarde para la ira', Arévalo defiende el modelo de negocio de las plataformas. "Hay que aceptar las dos cosas que vienen: es, claramente, el futuro. Ojalá nunca se pierda el poder de ir a una sala de cine —aunque cada vez se están cerrando más cines y es una pena—, porque la experiencia es inigualable. Y, por supuesto, también veo muchas series en casa. Entiendo las dos posturas". Además, "te permiten hacer series como 'La peste', con esa pinta tan buena que tiene, con una inversión brutal, que te permite competir con el modelo de series que se hacen en Estados Unidos —grandes directores de nuestro país están grabando series allí— y que les den libertad para las hagan como ellos quieren me parece maravilloso. Ya se verá cómo evoluciona, pero es maravilloso".