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Vuelve Russian Red, la reina del karaoke
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publica su nuevo disco, 'karaoke'

Vuelve Russian Red, la reina del karaoke

Tras años de polémicas y desencantada con la industria, Lourdes Hernández se marchó en 2013 a Los Ángeles. En karaoke bar se reencontró con los clásicos y con la música

Foto: Russian Red presenta su nuevo disco, 'Karaoke'
Russian Red presenta su nuevo disco, 'Karaoke'

Hace cuatro años dejó Madrid, dejó España, dejó a medias la gira de 'Agent Cooper' y puso tierra de por medio. Lourdes Hernández decidió aparcar momentáneamente a Russian Red y la música tras años en el foco mediático y polémico y se fue a vivir a Los Ángeles. "Mandé todo a tomar por culo porque no me apetecía que la música fuera el centro de mi existencia porque no me define solamente la música, porque quiero pensar que soy más que eso. Entonces sí, es verdad que se debió ver como una fuga. Una fuga pero no para dejar nada atrás en plan negativo sino para empezar cosas nuevas", explica hoy la cantante.

En Los Ángeles echó raíces, encontró a su marido —el músico y empresario Zach Leigh—, la creatividad que buscaba y a sí misma y, sobre todo, un lugar que le devolvió el gusto por la música: Smog Cutters. Este karaoke en Filipino Town se convirtió en su refugio y el reencuentro con esas canciones que van conformando una banda sonora vital. Así fue naciendo 'Karaoke', su nuevo disco en el pone su voz sedosa a clásicos de las 'power ballads' de los ochenta y los noventa como ''I'll Stand by You', de Pretenders; 'It's a Heartache', de Bonnie Tyler; 'Do you Want me', de The Human League; 'All That She Wants', de Ace of Base, o 'I Want to Break Free', de Queen. Russian Red presenta este trabajo con varios conciertos en la Sala Barts de Barcelona (25 de mayo) y el Círculo de Bellas Artes de Madrid (en doble sesión, la primera con entradas agotadas, el 2 de junio).

"Siempre he cantado canciones de otros en mi repertorio, desde los conciertos del principio. Cuando empecé a tocar la guitarra quería cantar mis canciones favoritas, no las mías. De alguna manera, este disco es como un guiño a esos inicios y un cierre de círculo. Por lo menos yo lo siento así", explica Russian Red a El Confidencial. Además, este nuevo trabajo sirvió para responder a esas dudas que le hicieron marcharse a Estados Unidos. "En mi vida estaban cambiando muchas cosas. Se magnificó todo el proceso de cuestionamiento de lo que estaba haciendo, de lo que quería hacer y de quién es uno. 'Karaoke' es un guiño también a las identidades potenciales que uno tiene, porque todos somos un poco lo que las palabras tienen para nosotros, lo que queramos hacer. Estamos condicionados al nacer en un espacio y un tiempo, pero podemos convertirnos en quien queramos. Me gusta la poesía que hay en eso", añade.

Durante dos años, este karaoke de Los Ángeles se convirtió en un lugar para socializar recién llegada a la ciudad, pero también para volver a sentir nervios al cantar y testar los ocho temas que conforman este nuevo álbum. Russian Red tenía claro desde el principio dos que no podían faltar. Es más, fueron los que motivaron el disco: 'I'll Stand by you' y 'Take my Breath Away'. "Eran mis canciones del karaoke", cuenta entre risas. "Era un proceso de reconocimiento y de llevarme esas emociones a mi terrero porque también son mis emociones y son tus emociones. Son unas emociones que están ahí y uno ha puesto por escrito, pero son de todos".

Sin saber si a este trabajo le seguirá otro con temas originales porque, asegura, "siempre he improvisado mucho", con 'Karaoke' Russian Red ha explorado también otro nuevo mundo. Ha autoeditado y autofinanciado para poder controlar todo el proceso tanto creativo como de promoción y gira, que será en teatros y salas pequeñas. Algo que se convirtió en necesario, especialmente, tras cancelar la gira de su tercer disco y tener una "crisis [musical], lo puedes llamar así", reconoce. "Mejor que tengamos crisis para no quedarnos anclados. En ese disco fue lo que me sucedió y doy gracias porque ahora estoy en un sitio mucho más amplio".

Asegura que fue la maquinaria de la industria lo que la acabó desgastando e hizo que la música "dejara de tener significado". "Lo que menos me gusta es la estructura. La predeterminación de la maquinaria y de la industria. Mientras formaba parte de ello, tenía sentido y lo estaba gozando, pero ahora estoy en otro momento donde la música no lo es todo y quiero que cada proyecto, sea de 'acting' o de música, tenga su propio momento y necesitaba flexibilidad", afirma.

"He aprendido a ser más impermeable"

Ese, en parte, fue el motor de mudarse a Estados Unidos en 2013, una cuenta pendiente en su vida y quedarse a vivir allí, confiesa, tras conocer al que hoy es su marido. "Fue increíble. Ojalá lo pudiera repetir 40 veces más. La idea de irme a otro país y empezar de cero me encanta. El cambio a mí no me asusta. Me encanta. Pensar que potencialmente puedo hacer eso cuantas veces quiera, aunque a lo mejor no es tan idílico como parece pero a mí me ha gustado muchísimo. Es como vivir una vida nueva. Es muy poderoso". Lo hizo además en una época de sonadas polémicas, en especial su declaración en la que afirmaba sentirse de derechas. Algo que no pasó inadvertido entre sus compañeros de profesión ni entre el público.

Con el tamiz que da la distancia y los años, ¿sigue pensando igual? ¿Cree que el escándalo fue demasiado? ¿Se sacó de madre? "Todavía me lo estás preguntando tú, porque yo he sacado un disco de versiones y me lo sacas a colación. ¿Crees que es sacarlo de madre cuatro años después? A lo mejor sí. He hecho siete entrevistas y eres la única que me has preguntado, pero me parece bien", responde y zanja el tema. "Ahora con el tiempo y analizando no solo mi carrera o cómo se me ha tratado en prensa sino como la gente y el mundo trata a las personas o cómo se habla de las cosas, he aprendido a ser más impermeable y a saber dónde poner la atención y qué es más relevante", dice.

La otra faceta que descubrió Lourdes Hernández en Los Ángeles fue la interpretación. Ha rodado 'El Beso', un cortometraje de David Priego, que se estrena la semana próxima. "Para mí fue un antes y un después", confiesa. La actuación, sigue, "cuando entré en crisis con esta estructura de la música de tener que hacer un concierto al uso. Me desencanté un poco después de tres giras por todo el mundo. Sentí que ya estaba 'check' y tenía que pasar a otra cosa para seguir creciendo. Es verdad que tenía en frente de mí una especie de vacío. Estaba a la intemperie. Sabía que había tomado la decisión adecuada pero no qué venía ahora, así que me puse a hacer todo tipo de cosas", relata.

Algo muere en mí por dentro si no encuentro canales para expresar lo que tengo

Empezó a trabajar como camarera —algo, matiza, que hizo también en Madrid mientras estudiaba su carrera—, aprendió a coser, a pintar, produjo videoclips y apareció la interpretación. "Pensé que me gustaría dar vida a un personaje, tener que entenderlo, no juzgarlo, cuidarlo y utilizar mis emociones para hablar de las suyas. Algo que parece tan básico, para mí fue un proceso espiritual. Me convirtió en mejor persona", explica. Por eso, agrega, su faceta de actriz se la plantea "igual de honesta que cuando me subo un escenario a cantar. Quiero que sea real. No tengo la intención de hacer carrera".

Aunque sí deja claro que surge "por la necesidad de buscar otras formas de desarrollarme y de sentirme bien con las formas de expresión. Hay gente que necesita expresarse y gente que no. Yo tengo un negocio con mi marido y soy súper feliz, podría hacer eso, pero algo muere en mí por dentro si no encuentro canales para expresar lo que tengo. Para mí el motor de las cosas es que sean algo genuino, real y que lo necesite hacer yo. Si luego forma parte de la vida de la gente ya es increíble, pero voy a necesitar hacerlo de todas formas".

Hace cuatro años dejó Madrid, dejó España, dejó a medias la gira de 'Agent Cooper' y puso tierra de por medio. Lourdes Hernández decidió aparcar momentáneamente a Russian Red y la música tras años en el foco mediático y polémico y se fue a vivir a Los Ángeles. "Mandé todo a tomar por culo porque no me apetecía que la música fuera el centro de mi existencia porque no me define solamente la música, porque quiero pensar que soy más que eso. Entonces sí, es verdad que se debió ver como una fuga. Una fuga pero no para dejar nada atrás en plan negativo sino para empezar cosas nuevas", explica hoy la cantante.

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