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Carta desesperada de un guionista de cine español al productor
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Carta desesperada de un guionista de cine español al productor

Hasta ahora la gente del cine español hemos sufrido todo tipo de ataques desde el poder. Pero ahora han llegado al súmmum. Nos han robado el género negro.

Foto: Santiago Segura recibe en 2014 de manos de Ignacio González el Premio de Cultura de la Comunidad de Madrid. (EFE)
Santiago Segura recibe en 2014 de manos de Ignacio González el Premio de Cultura de la Comunidad de Madrid. (EFE)

Querido productor, en caso de que existas y que no hayas corrido la misma suerte que el lirón careto y otras especies extintas de la fauna ibérica, vaya por delante la gratitud por el esfuerzo que haces a diario para disimular la situación ruinosa del cine español. Te pareces cada día más a ese cliente del casino que hace su última apuesta cundo están a punto de cerrar el local. Le queda una sola ficha y la pone a un número que casi nunca toca. Y cuando toca, viene el Ministro Montoro a darte un abrazo por tu generosa contribución a las arcas del Estado.

Hasta ahora la gente del cine español hemos sufrido todo tipo de ataques desde el poder: cuando no era la censura, era el regalar a empresas extranjeras nuestra lengua, o este mencionado IVA de latrocinio… Pero ahora han llegado al súmmum. Nos han robado el género negro. Ya no se pueden hacer películas españolas sobre mafiosos.

Foto: El ministro de Educación, Cultura y Deporte y portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo (EFE)

Tú me encargaste hacer una película sobre la corrupción en España. Un tema de actualidad, como lo han hecho en muchos otros países. Y nos pusimos el equipo de guionistas a urdir el argumento. Cada mañana, cuando nos reuníamos a trabajar, aparecía en algún periódico una nueva noticia de lo que empezó a llamarse ‘La trama’. Hasta eso nos han estropeado: nos han robado el nombre que usábamos para referirnos a las peripecias de nuestros personajes. Y cada noticia nos hacía más difícil nuestro trabajo: había que rodar en Brasil, en Panamá, en Suiza… Aunque siempre acabábamos pensando en Andorra por razones presupuestarias.

Todo es un lío ahora

Pero lo más grave es que nos han inutilizado la posibilidad de hacer cualquier película sobre la corrupción. ¿Cómo se hace de “presunto” o de “imputado”, perdón, ahora “investigado”? Para nosotros, los ‘malos’ son los villanos. Todo es un lío ahora. Porque, vamos a ver, por poner un ejemplo: ¿Qué actor español es capaz de interpretar el papel de este juez justiciero y cruel? ¡Tan poco atractivo y sádico!

¿Cómo se hace de 'presunto' o de 'imputado', perdón, ahora 'investigado'? Para nosotros, los 'malos' son los villanos

Ninguna de nuestras maravillosas actrices, por poner otro ejemplo, puede componer una figura tan grandiosa, tan aristocrática, tan soberbia como la Marta de Cataluña. Esa forma de hablar, eso no se consigue con oficio ni con inspiración. Eso viene desde la cuna. O las familias… ¿Cómo vamos a formar grupos humanos parecidos, todos tan finos, tan bien vestidos, tan elegantes…? Lo nuestro no son los Pujol; lo nuestro son los Ozores.

Y además, los retratos de los corruptos se le ofrecen gratis al público a través de los medios de comunicación. Bueno, gratis es un decir, pero no tienen que pagar entrada.

Siempre se ha dicho que la realidad supera a la ficción. Pero el caso de la corrupción en nuestro país, que cada mañana nos despierta con un nuevo sobresalto, tan explosivo, tan puramente cinematográfico, no es que haya superado a la ficción; es que sencillamente nos la ha cercenado. En este género, la realidad nos impide a los guionistas ser sus cronistas por su naturaleza inimitable. Los señores de la corrupción tienen personajes tan bien definidos, con sus glorias, sus miserias, sus complejos y sus paradojas, que parecen sacados de una serie de HBO. ¿Los ha escrito un ser superior? ¿O tienen el ADN de los superhéroes? Son, en definitiva, seres colosales que no admiten referente. Así que a nosotros sólo nos queda la opción de revisitar mitos tan nuestros como El Lute, que robaba gallinas con el corazón, o el bandolero Luis Candelas, que se jactaba de entregar una parte de sus ganancias a los pobres. ¿Ganancias a los pobres? ¿Lo ves, querido productor? Lo nuestro no es creíble.

Así es que hemos pensado proponerte hacer una nueva versión de la apariciones de Fátima en 3D. O nos vamos todos a trabajar a la sección de sucesos de la tele, que es donde ahora mismo realmente se parte el bacalao.

Continuará...

Querido productor, en caso de que existas y que no hayas corrido la misma suerte que el lirón careto y otras especies extintas de la fauna ibérica, vaya por delante la gratitud por el esfuerzo que haces a diario para disimular la situación ruinosa del cine español. Te pareces cada día más a ese cliente del casino que hace su última apuesta cundo están a punto de cerrar el local. Le queda una sola ficha y la pone a un número que casi nunca toca. Y cuando toca, viene el Ministro Montoro a darte un abrazo por tu generosa contribución a las arcas del Estado.

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