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Ni Blur ni Oasis, los mejores son Gorillaz: la banda sonora de un mundo enloquecido
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nuevo disco inspirado en la victoria de trump

Ni Blur ni Oasis, los mejores son Gorillaz: la banda sonora de un mundo enloquecido

El grupo de dibujos animados de Damon Albarn ha desbordado a los totems del britpop

Foto: Gorillaz en directo (EFE)
Gorillaz en directo (EFE)

El próximo 28 de abril se publica ‘Humanz’, quinto trabajo de Gorillaz, uno de los superventas más sólidos del panorama pop actual. Su ópera prima, ‘Gorillaz’ (2001), despachó más de siete millones de copias en todo el mundo. Desde entonces, han conseguido algo poco habitual en las estrellas británicas: triunfar a ambos lados del Atlántico. Tomando como base los estribillos pop, con un aire casi infantil, construyen canciones irresistibles, donde abundan los ritmos hip-hop, disco y jamaicanos.

Sus letras no son en absoluto banales, más bien afrontan los grandes conflictos del siglo XXI, apostando por el ecologismo, la empatía multicultural y denunciando los decadentes paisajes urbanos del capitalismo actual. Su nuevo álbum tiene un concepto inquietante: crear “la banda sonora de un mundo que se ha vuelto completamente loco”. De hecho, 'Humanz' es un trabajo inspirado por la reciente victoria electoral de Donald Trump.

Apocalipsis Trump

En este nuevo trabajo, participan la diva disco Grace Jones, la cantante soul Mavis Staples, la baladista Carly Simon, el rockero Noel Gallagher y el grupo de rap De La Soul, clásicos de la época dorada del género. La primera canción publicada es 'Halellujah Money', con sus inequívocas referencias al ánimo de lucro y a construir muros. El vocalista de la pieza, Benjamin Clementine, canta desde un ascensor acristalado, al que sube desde el recibidor de un edificio color oro, al estilo de la torre Trump. “No nos preocupa tanto señalar a Donald Trump, sino al tipo de mundo en el que es posible que alguien así salga elegido presidente”, afirman. Se supone que los tres conceptos básicos del nuevo trabajo son “dolor, placer y urgencia”. Un planteamiento casi shakespeariano. Ambición nunca les ha faltado. La canción, en todo caso, ha provocado un encendido debate en las redes, con firmes detractores que la consideran por debajo del nivel del grupo.

Los que dijeron que no

Gorillaz llevaban seis años sin publicar material nuevo. A estas alturas, ya no es noticia la lista de invitados, sino aquellos que deciden negarse a participar. Estrellas como Morrissey, Dionne Warwick y Sade han declinado trabajar en el nuevo trabajo del grupo. El ex cantante de The Smiths se negó tras meses de correos electrónicos. Warwick alegó que algunas letras del grupo no eran compatibles con su fe religiosa.

Los motivos de Sade, baladista con voz de terciopelo, no se han hecho públicos. Alguno de peso debe tener, ya que participar en un trabajo de Gorillaz es el equivalente a que te estampen la palabra “molón” en tu pasaporte pop. Damon Albarn, cerebro de Blur, lleva siendo un referente de la música popular desde hace tres décadas, también con óperas chinas, proyectos inspirados en la música de Mali y supergrupos como The Good, The Bad & The Queen.

En los años noventa, época de explosión britpop, el debate candente era Blur contra Oasis, pijos versus macarras, rock contra pop. Había que escoger, aunque solo fuese para pasar el rato en las discusiones cerveceras. Oasis dijeron todo lo que tenían que decir en sus tres primeros álbumes, una trayectoria de intensidad decreciente. Luego se dedicaron al autoplagio y a arrastrarse por festivales con proyectos tan mediocres como Beady Eye y High Flying Birds. Blur supieron reinventarse, pero siempre dentro de los límites de la retromanía, el bricolaje de antiguos elementos de la historia del pop para crear canciones que sonaran a nuevas. Nadie podría sospechar que ambos iban a ser superados por una banda de dibujos animados con mucho menos testosterona, pero infinitamente más chispa y amplitud musical. En una broma pop típica de la banda, uno de los personajes de ficción del grupo, el malote conocido como Murdoc, declaró en una entrevista con la web Noisey que “Oasis son mejores que Blur”.


Concierto memorable

Gorillaz en directo son toda una experiencia. Recuerdo haber viajado al festival de Benicàssim en 2010 solo para ver su impresionante espectáculo. La organización los programó un domingo, estratégicamente, para tener una baza fuerte que mantuviese a la mayoría de los “fibers” un día más en el recinto. Más que un concierto, sobre el escenario estaba media historia del pop: De la Soul, Bobby Womack, miembros de The Clash, una extensa orquesta árabe….Y por supuesto, Damon Albarn. Fue un concierto sin relleno ni bajones, rebosante de melodías sutiles y estribillos adictivos. El poderío del pop, en todo su esplendor ecléctico y contagioso. Por algo presentaban 'Plastic Beach' (2010), probablemente su mejor trabajo. El próximo junio programan su propio festival, Demon Dayz, en Margate, Londres, Reino Unido. Es probable que se haga otra edición en Chicago, Estados Unidos.

Gorillaz tienen cuerda para rato. Damon Albarn ha declarado que tiene entre cuarenta y cuarenta y cinco canciones en la nevera. “Me da para sacar este disco y luego seguir en el candelero otros dieciocho meses, como mínimo”, explica. Por su parte, el ilustrador Jamie Hewlett anuncia tiene diez episodios para una serie de televisión, basada en los personajes que simbolizan a los músicos del grupo.

El próximo 28 de abril se publica ‘Humanz’, quinto trabajo de Gorillaz, uno de los superventas más sólidos del panorama pop actual. Su ópera prima, ‘Gorillaz’ (2001), despachó más de siete millones de copias en todo el mundo. Desde entonces, han conseguido algo poco habitual en las estrellas británicas: triunfar a ambos lados del Atlántico. Tomando como base los estribillos pop, con un aire casi infantil, construyen canciones irresistibles, donde abundan los ritmos hip-hop, disco y jamaicanos.

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