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"Antes, los músicos querían coca y putas, hoy buscan abogados". Auge y caída del mánager
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fin de una era en el rock and roll

"Antes, los músicos querían coca y putas, hoy buscan abogados". Auge y caída del mánager

La figura del representante está en crisis, víctima de excesos y de la situación económica. Hablamos con algunos de los más célebres

Foto: Festival Rock in Rio en Brasil. (EFE)
Festival Rock in Rio en Brasil. (EFE)

La principal afectada por el desprestigio de la figura del mánager es la oficina de Rosa Lagarrigue, antaño todopoderosa y hoy simplemente una más. En los últimos tiempos, han abandonado a la prestigiosa firma Miguel Bosé (compañero de colegio de la jefa), Alejandro Sanz, Melendi en su momento de esplendor y hasta Malú (de quien conservan el 'branding', léase patrocinios). Parece que lo más grave es la marcha de Sanz, pero casi es más significativa la de Bosé, que enseñó a la representante más poderosa de España gran parte de las entretelas del negocio. Solo le queda un as en la manga, Raphael, que no es poco, además de bazas menores como Ana Torroja, David de María y Abraham Mateo.

Foto: Imagen de un concierto de Celtas Cortos (Efe)

Fuga masiva

Algo habrá hecho bien la empresa, conocida por sus siglas RLM, cuando lleva tanto tiempo manejando un cotarro tan duro como el pop español. “Rosa Lagarrigue es una de las grandes profesionales de la industria musical española. Lo que pasa con su agencia es lo que han sufrido muchas marcas de éxito que tienen que adaptarse a tiempos de crisis: no es lo mismo nadar en un río caudaloso que en otro que es un chorrito, donde el cuerpo te roza con las piedras. Es cuestión de adaptarse”, dice Luis Merino, veterano ejecutivo que hoy trabaja en su asesoría, Ideas Clave. A falta de conocer los verdaderos motivos de la fuga masiva, puede buscarse una lógica: cuando los artistas llegan a la madurez, consideran que ya saben suficiente de cómo funciona el negocio, así que deciden cambiar a sus representantes (que se llevan un porcentaje) por un asesor económico (a quien pagan un sueldo o un porcentaje mucho menor).

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Doble crisis

La crisis económica, sumada a la crisis discográfica, ha recortado los beneficios, así que los cantantes miran cada céntimo. Antes, cuando los millones entraban a paletadas, hacia falta una figura madura, hábil con los números, que manejase las cosas con la cabeza fría. Ahora se trata de exprimir cada aparición y mantener estable el nivel de ingresos. La cuestión principal: “Un mánager debe ser flexible, ajustarse a la situación y a la filosofía del artista. Cuando están dando a conocer al aspirante, se ganan de sobra su 20%. Pero, una vez que el artista ha triunfado, el trabajo del mánager es mucho menor. Se limita a escuchar ofertas y aceptar las atractivas. Un ejemplo de adaptación es Paul McGuiness, el mánager de U2, que al principio cobraba como uno más del grupo y luego se dedicó solo a manejar la parte económica”, recuerda.

Legionarios, cárceles y 2.000 mujeres

Por supuesto, hay mánager de prácticas cuestionables. Carlos Pancracio Vázquez Moreno, más conocido como 'Tibu', acabó en la cárcel, condenado dos veces por apropiación indebida de dinero de El Canto del Loco. En sus momentos de gloria, este exlegionario trabajaba con Hombres G, Mägo de Oz y Marta Sánchez. Un caso no delictivo, pero sí llamativo, es el de Paco Lucena, mánager de Sabina, despedido después de 20 años cuidando del cantautor de Jaén. Rota la relación por parte de la estrella, con una llamada sin derecho a réplica, Lucena se vengó contando las intimidades del superventas.

"Joaquín Sabina y yo nos acostamos con más de 2.000 mujeres cada uno", contó Paco Lucena, el mánager del cantautor

“Joaquín Sabina y yo nos acostamos con más de 2.000 mujeres cada uno”, explicaba en agosto de 2015 a 'El Mundo'. Mucho peor es el retrato que suele hacer del cantante, como un jeta que finge ser de izquierdas y solo se preocupa de su comodidad. “Sabina te llama para comer y se pone a leer el periódico. Es un solitario que no sabe estar solo”, explicó a Efe Eme. El mánager dice haber invertido 70 millones de pesetas en resucitar la carrera del cantante y haber sido despedido antes de recuperarlos. No solo se portan mal los apoderados.

Se acabó el rock and roll

El negocio, sin duda, ha cambiado. Altos cargos de promotoras de conciertos que trabajan con artistas internacionales se dan cuenta de que sus habilidades ya no cotizan al alza. “En los viejos tiempos, los artistas extranjeros apreciaban llegar a un país extraño y que su oficina les invitara a cocaína y les llevase de putas. Bastaba con ser simpático y estar dispuesto a no dormir para estar cualificado para el puesto. Ahora prefieren que seas fiable, sencillo y profesional. Los tratos ya no se cierran en un bar hasta las trancas, sino a las 12 de la mañana, en una sala de juntas llena de abogados”, me explica un ejecutivo en ejercicio, que prefiere conservar el anonimato. Por eso muchos empleados con buen sueldo se han vuelto obsoletos para la situación actual. Cuando entras en el cuartel general de una gran promotora, cada vez encuentras más empleados con aspecto de ser el más 'cool' de la facultad de Empresariales y menos con pinta de querer tocar la guitarra en Guns N`Roses. “Se acabó el rock and roll”, remata nuestra fuente más discreta.

Los que trabajan bien

Carlos Mariño, mánager de Fangoria y Kiko Veneno, explica su punto de vista. “La figura del representante está en decadencia a causa de algunas malas experiencias de artistas, de la creencia de que pueden hacerlo solos y de la pretensión de llevarse un dinerillo extra”. En todo caso, las estrellas que prefieren a los gestores (más baratos) los escogen bien formados. “Casi todos son exmánager o segundos de mánager”, apunta Mariño. Eso confirma la valía del trabajo realizado en las oficinas. Los mánager son como los árbitros: cuando uno la lía, se habla de sus errores durante años. En cambio, cuando hace bien su labor, nadie les menciona. Mariño da una lista de los que cumplen. “Pienso en Paco López, Manuel Notario, Morgan, Ceballos, Ernesto, Kin, Argomàniz, Lagarrigue. Todos ellos han demostrado valía para ejercer está profesión tan complicada y llevar a sus artistas a carreras brillantes”, precisa.

Foto: Mario Vaquerizo (EFE)

Luego llega un nombre sorprendente: “Entre los mánager exclusivos, uno de los mejores es Mario Vaquerizo”, señala Mariño. Los periodistas que hemos visto en esa faceta al marido de Alaska sabemos que es una máquina de profesionalidad. “De otras épocas, destacaría a 'Pito' Cubillas, que fue un pionero con los grupos de la Movida. También a Paz Tejedor, que llevaba a Radio Futura, Seguridad Social y Siniestro Total”. Mariño tampoco descarta que haya ocasiones donde el mánager esté de sobra. “Mira Manolo García, que tiene una gran carrera y creo que nunca tuvo mánager, pero es un caso muy, muy especial. Obviamente, no recomiendo el 'automanagement', aunque siempre hay excepciones”, reconoce.

La principal afectada por el desprestigio de la figura del mánager es la oficina de Rosa Lagarrigue, antaño todopoderosa y hoy simplemente una más. En los últimos tiempos, han abandonado a la prestigiosa firma Miguel Bosé (compañero de colegio de la jefa), Alejandro Sanz, Melendi en su momento de esplendor y hasta Malú (de quien conservan el 'branding', léase patrocinios). Parece que lo más grave es la marcha de Sanz, pero casi es más significativa la de Bosé, que enseñó a la representante más poderosa de España gran parte de las entretelas del negocio. Solo le queda un as en la manga, Raphael, que no es poco, además de bazas menores como Ana Torroja, David de María y Abraham Mateo.

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