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¿Quién es Banksy? La hermética historia del activista del arte
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nueva intervención en belén frente al muro

¿Quién es Banksy? La hermética historia del activista del arte

Su nombre es sinónimo de arte, pero también de incógnitas. ¿Quién se esconde tras este artista que ha pasado de las calles a los museos y a ser objeto de 'merchandising'?

Foto: 'El manifestante lanzador de ramos de flores', de Banksy (Efe)
'El manifestante lanzador de ramos de flores', de Banksy (Efe)

¿Quién es Banksy? ¿Por qué sus obras se venden por cientos de miles de euros? ¿Por qué cada una de sus acciones son noticia? ¿Cómo el contestatario icono del arte urbano ha acabado en un museo o en los salones de los famosos y ricos más 'cool'? Banksy es sinónimo de arte, pero también de incógnitas. Desde sus inicios en las calles de Bristol hasta su última intervención en el hotel amurallado de Belén que se inaugura este fin de semana, el artista se ha convertido en un (hermético) fenómeno. Hettie Bingham le sigue la pista en uno de los pocos libros en español sobre el artista callejero, 'Banksy. El arte rompe las reglas' (Mediterrània).

¿Quién es?

La pregunta del millón (literalmente). ¿Es Banksy el cantante de Massive Attack? ¿Es el grafitero Robin Gunnigham? ¿Damien Hirst? ¿Un colectivo? ¿Tenemos claro que es un hombre de Bristol? Cada cierto tiempo, como si fuera la Piedra Roseta, se intenta desvelar la identidad del artista. El morbo y la intriga aumentan la expectación en torno a una figura que ha dado (y si era él) escasas entrevistas y jamás ha sido captado por una cámara. "Solo unos pocos amigos de confianza saben cuál es su verdadera identidad. Banksy contó que ni siquiera sus padres sabían quién era en realidad, creían que se dedicaba a la pintura y la decoración. ¡Tal vez lo sigan creyendo!", asegura la autora.

Sin embargo, y ese es su principal mensaje, quién es Banksy lo cuenta su trabajo. En sus obras están las pistas de su carácter. "El arte debería confortar a los perturbados y perturbar a los confortables", es una de sus frases y sus máximas.

¿Cómo empezó?

"Soy de una ciudad relativamente pequeña del sur de Inglaterra. Cuando tenía unos 10 años, un chico llamado 3D, que pintaba mucho por las calles y creo que había estado en Nueva York, fue el primero en traer la pintura con espray a Bristol. Crecí viendo pintura con espray por las calles mucho antes de verla en las revistas o en las pantallas de ordenador", ha asegurado.

Bristol y Londres fueron las ciudades donde Banksy empezó a pintar. En los años noventa, con la cultura del grafiti y el arte callejero en plena eclosión en la ciudad inglesa, se creía que era miembro de DBZ (DryBreadZ), un grupo de grafiteros que, al estilo neoyorquino, decoraba las paredes con grandes letras hechas con espray. "En una de las escasas entrevistas que ha concedido, reconoce que nunca se le dio muy bien trabajar así porque tardaba demasiado en acabar sus obras. Tenía que encontrar una forma de hacerlas más deprisa; le preocupaba que la policía le atrapara, dado que lo que hacía estaba prohibido. Al final, pensó que trabajaría más rápido utilizando plantillas o estarcidos, y desde el año 2000, aproximadamente, ha estado usando esta técnica", cuenta Hettie Bingham en el libro.

En esa época conoce a Steve Lazarides, fotógrafo en sus inicios y marchante de arte después. Empezó a vender sus obras y se convirtió en su agente hasta 2009. Pero antes de hablar de la faceta mercantil y comercial de Banksy, lo interesante es conocer cómo su obra ha polarizado absolutamente a crítica y público. Un par de ejemplos:

"Para mí, Banksy no tiene el menor interés... Cuando vi lo que hace, pensé: 'Vale, esto es una porquería muy entretenida pintada en una pared'. Pero ahora parece que debería tomármelo en serio y la verdad es que no sé qué tengo que decir: es muy evidente que no vale nada", ha dicho Matthew Collings, crítico de ArtReview, escritor especializado en arte y guionista de varios documentales de la BBC y Channel 4.

"El arte se ha interesado siempre por los rebeldes.... [La obra de Banksy] es el típico arte subversivo, esto es lo que hace el arte: incordiar al 'establishment", opina por su parte Waldeman Januszczak, crítico de arte de The Sunday Times y presentador de documentales de Channel 4.

De la Tate... al 'merchandising'

El salto se produjo cuando la obra de Banksy empezó a verse en Los Ángeles, Nueva York o Palestina. Llamó tanto la atención de los medios de comunicación y de sus acólitos que el público empezó a trazar su ruta y esperar con impaciencia su nueva intervención en las paredes de cualquier ciudad. "No defraudó: aparecieron pinturas que mostraban policías besándose, ratas sujetando pancartas, monos con armas de destrucción masiva y personajes de 'Pulp Fiction' que llevaban plátanos en las manos en vez de armas", recuerda el libro.

En 2002 expone 'Existencilism' en la galería 33 1/3 de Los Ángeles. En 2003 Blur saca su disco 'Think Tank' con una portada hecha por él —el original se vendió cuatro años después en una subasta por 90.000 euros— y entró en la Tate aunque de una forma nada ortodoxa. Quién le iba a decir que ahora los mejores museos del mundo se rifarían sus obras. "Se le ocurrió una idea que creía que nadia había intentado antes: añadir grafitis a cuadros clásicos pintados al óleo. Para llevar a la práctica su idea, Banksy pensó que su obra tenía que aparecer en un museo famoso. Como no esperaba precisamente que en un futuro próximo le invitaran a ninguno, decidió resolver el asunto por su cuenta. Con un disfraz que lo hacía irreconocible, entró con una de sus obras en la Tate Britain y se limitó a pegarla en la pared cuando nadie miraba", explica Bingham .

¿Qué hizo? Le puso una cinta de las que utiliza la policía para acordonar las zonas en las que se ha cometido un crimen a un lienzo de una idílica campiña francesa y lo pegó en una pared de la Tate. Ahí estuvo hasta que se cayó al suelo y se convirtió en noticia. Así empezó a 'okupar' los huecos en blanco de otros museos hasta que en 2003 decidió que era el momento de exponer, pero, de nuevo, no lo hizo de manera convencional. Alquiló un enorme almacén en Londres y creó 'Turf Wars' (Guerras del Césped), una exposición con animales vivos tuneados como una vaca pintada de rojo y cubierta con decenas de caras de Andy Warhol.

Les siguieron más exhibiciones: en 2005 con esos cuadros clásicos 'banksyzados'; en 2006 con 'Barey Legal' (Casi ilegal) llevó sus animales pintados a Los Ángeles (con un enorme y famoso elefante rosa y dorado); en 2008 'Village Pet Store and Charcoal Grill' (Tienda de mascotas y barbacoas) se convirtió en su primera exposición oficial en Nueva York, y en 2009 su 'Exposición de Verano', en el Museo Municipal de Bristol, reunió un centenar de sus piezas. A estas se sumaron las de aquellos museos que empezaron a reclamar sus piezas para su exposiciones. Hoy es más fácil ver el trabajo de Banksy en una galería o una pinacoteca que en un pared de ladrillo. Sus obras han alcanzado en las subastas hasta 1,8 millones de euros y han acabado convertidas en objeto de 'merchandising'. Su estilo es imitado en todo el mundo: hay pósters, camisetas, bolsos, calendarios y hasta fundas de cojín.

Compromiso: Gaza, Dismaland, Belén...

Pero el mayor crecimiento del fenómeno Banksy se debe a su compromiso social y político. Sus inesperadas apariciones en todos los puntos calientes del mundo, su crítica al capitalismo, las guerras y los totalitarismos le han convertido en la figura que es hoy. "Un muro siempre ha sido el mejor sitio para dar a conocer tu obra", dice Banksy. Esta es la cronología de su activismo:

2005. Muro entre Israel y Palestina declarado ilegal por la ONU. Aparecen nueve obras. Las más célebres: una niña flotando tirada por unos globos, un grupo de palestinos con los trajes de rayas de los judíos en los campos de exterminio nazis, un agujero por el que se ve una playa tropical...

2006. Disneyland (California). Aparece una muñeca hinchable con el mono naranja de los presos de Guantánamo.

2012. JJOO Londres. Cuelga en su web fotos de dos intervenciones aludiendo al evento deportivo. Una de ellas refleja a un saltador de pértiga sobre una alambrada a punto de caer en un viejo y destartalado colchón en referencia a los indigentes que duermen en la calle en contraste con el dispendio de los Juegos Olímpicos. La segunda es un tirador de jabalina a punto de lanzar un misil y denuncia la decisión del Gobierno británico de colocar baterías de misiles antiaéreos en las azoteas de domicilios cercanos al parque olímpico.

2014. Aniversario de la muerte de Lady Di. Banksy acuña su moneda. Imprime billetes de 10 libras con la cara de la princesa y el lema: 'Banksy de Inglaterra. Prometo pagar al portador el precio máximo'.

2015. Segunda visita a Gaza. Un lindo gatito aparece en un pequeño muro que aún resiste a la fuerza de la gravedad. "Este gato cuenta a todo el mundo que echa de menos la alegría en su vida. El gato ha encontrado algo con lo que jugar, pero ¿y los niños?", dijo. Cerca aparece una torre de vigilancia convertida en un carrusel de feria y, en una puerta de una casa bombardeada, una diosa griega se lleva las manos a la cara rota por lo que ve a su alrededor. Dato: el dueño de la casa vendió la puerta metálica con el dibujo de Banksy al precio de la puerta, es decir el de la chatarra.

2015. Dismaland. Banksy toma un abandonado centro acuático de una pequeña localidad al sur de Bristol y crea el parque menos divertido del mundo. Junto a casi 70 colaboradores, las atracciones de esta feria anárquica y crítica son una patera repleta de migrantes a la zozobra; un teatro de títeres de residuos urbanos; Lady Di convertida en la Cenicienta y estrellada en su carroza nacida de una calabaza ante los flashes de los hambrientos paparazzis; una orca que sale de una taza de váter... El parque recibió 4.000 visitantes diarios y supuso unos ingresos cercanos a los 24 millones de euros para la ciudad de Weston-super-Mare.

2015. Campo de Calais. Aparece el fundador de Apple con una bolsa al hombro y un monitor en la otra mano. "A menudo nos hacen creer que la inmigración es una sangría para el país, pero Steve Jobs era hijo de un inmigrante sirio. Apple es la empresa más rentable del mundo, paga más de 7.000 millones de dólares en impuestos al año, y si existe es porque se permitió que un joven de Homs entrara en Estados Unidos", aseguró el artista.

2016. Londres. La niña de 'Los Miserables' mira entre lágrimas envuelta en una nube de gas lacrimógeno al personal desde la embajada francesa en la capital. Junto a la imagen, un código QR enlaza con un vídeo de polícias franceses usando estos gases en una batida en Calais.

2017. Belén. Es la última intervención de esta misma semana en 'Hotel amurallado' (The Walled Off Hotel), un hotel boutique de nueve habitaciones en la ciudad cisjordana de Belén desde cuyas ventanas se ve el muro que separa al territorio de Israel. Es "el hotel con las peores vistas del mundo" y Banksy lo ha 'decorado' por dentro. El cabecero de una de las habitaciones (en la imagen) muestra a un palestino y a un israelí en una guerra... de almohadas; hay un museo de cámaras de vigilancia que cuelgan de las paredes como cabezas de reses embalsamadas; los llaveros tienen trozos de muro; el ascensor "fuera de servicio" está tapiado por una pared de ladrillo y una escultura del que fuera ministro de Exteriores británico, Arthur James Balfour, quien en 1917 afirmó que "el Gobierno de Su Majestad completa favorablemente el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío".

"Hace exactamente cien años desde que Gran Bretaña tomara el control de Palestina y comenzara a reorganizar los muebles con resultados caóticos", ha dicho el artista en un comunicado. Por eso, el hotel se inaugura este 11 de marzo con 10 habitaciones con un precio que parte desde los 30 dólares (28,4 euros) la noche.

El fenómeno global

Por si fuera poco el halo de misterio, la obra de Banksy también tiene su vida propia en los canales convencionales. En 2010 estrenó 'Exit Through the Gift Shop', un documental nominado al Oscar y el Bafta. Además ha publicado tres libros: 'Bancing Your Head Against a Brick Wall' (Dándote golpes en la cabeza contra una pared de ladrillos, 2001); 'Existencilism' (2002) y 'Cut it Out' (Basta Ya, 2004), con fotografías de su obra y reflexiones acerca de ellas. Estos volúmenes se reunieron en 2005 en 'Wall and Piece' (Pared y pieza), publicados por una editorial convencional y, según Bingham, "fue, y continua siendo, un superventas entre los libros de la sección de arte". Ese mismo año publicó 'Picture of Walls' (Pinturas de paredes), que es una recopilación de obras pintadas en paredes por otros artistas.

Aparte de sus propias obras, Banksy ha motivado multitud de ensayos, libros, documentales (como el de HBO de 2014) e incluso una obra de teatro, titulada 'Banksy: la habitación en el elefante', que se presentó en el Fringe de Edimburgo en 2013. Todo en la más absoltua inopia sobre la identidad del artista, aunque ¿de verdad importa quién es Banksy?

¿Quién es Banksy? ¿Por qué sus obras se venden por cientos de miles de euros? ¿Por qué cada una de sus acciones son noticia? ¿Cómo el contestatario icono del arte urbano ha acabado en un museo o en los salones de los famosos y ricos más 'cool'? Banksy es sinónimo de arte, pero también de incógnitas. Desde sus inicios en las calles de Bristol hasta su última intervención en el hotel amurallado de Belén que se inaugura este fin de semana, el artista se ha convertido en un (hermético) fenómeno. Hettie Bingham le sigue la pista en uno de los pocos libros en español sobre el artista callejero, 'Banksy. El arte rompe las reglas' (Mediterrània).

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