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La esvástica de Santiago Sierra en ARCO no es lo que parece
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36ª edición de la feria

La esvástica de Santiago Sierra en ARCO no es lo que parece

'El bebedero' del artista madrileño pone el nacionalsocialismo en el centro de la crítica polítia de la feria de arte contemporáneo. Democracia y Martinat también diseccionan con dureza la realidad española

Foto: 'El bebedero', la polémica esvástica de Santiago Sierra en ARCO (P.C.)
'El bebedero', la polémica esvástica de Santiago Sierra en ARCO (P.C.)

El arte no es tan evidente como lo quiere ver el ojo del espectador. Siempre tiene una intención. En el caso de Santiago Sierraganador del Premio Nacional de Artes Plásticas 2010 que rechazó con ese sonado "el estado no somos todos: el Estado son ustedes y sus amigos"— son las reivindicaciones sociales y políticas. Controvertido y decididamente duro, su obra confronta al espectador con el capitalismo, la crisis, los totalitarismos o el racismo. En esta recatada y conservadora edición de ARCO, que cierra este domingo sus puertas, el artista madrileño lo ha vuelto a hacer y se ha convertido en uno de los pocos que ha alzado la voz crítica en la feria.

Lo ha hecho con una gran esvástica. Con tres, para ser concretos. Una se puede ver en una videoinstalación, [en el vídeo de abajo] otra en una fotografía en la que se arremolinan unas ratas y la tercera es una escultura en lo alto de un pedestal rematada por un espejo. Esta terna forma parte de 'El bebedero', una performance que realizó el año pasado en la India y que se puede ver en el espacio de la galería italiana Prometeo y comprar por 30.000 euros.

'El bebedero', de Santiago Sierra

¿Qué vemos tras esas ratas y esa cruz? Esa es la reflexión visual que propone Sierra al espectador: abrir un diálogo de cómo la historia y la política han modificado los significados que han ido adquiriendo los símbolos en las distintas épocas y culturas. 'El bebedero' contrapone Oriente a Occidente, el pasado remoto al horrible más cercano, la reencarnación hindú y su poderoso dios Sol a un lado del mapa y los judíos y los nazis a este.

"Es un juego de dobles lecturas para el espectador. Él retrata la cuestión sagrada" y, a la vez, analiza el devenir de los símbolos en la historia, comentan a este periódico desde la galería. Y añaden: "además, la esvástica está girada hacia la derecha", conocedores del carácter polémico del artista. Es decir, esa esvástica representa el símbolo asociado a la buena fortuna desde el Paleolítico hasta la época moderna. Pero, ¿de verdad pensamos en ese significado?

Para realizar este trabajo, Sierra se trasladó al templo de Karni Mata en Deshnoke, Rajasthan. Está dedicado a una erudita del siglo XIV, que a su vez era una reencarnación de la diosa hindú Durga, la invencible e inaccesible. La leyenda cuenta que pidió al dios de la muerte Yama que reviviera a uno de sus hijos muerto ahogado, pero ante su negativa decidió convertir a toda su prole en ratas para privar a Yama de almas humanas. Su templo se conoce como el de las ratas ya que está poblado por 600 'kabbas', como se llama en hindi a estos roedores sagradas.

Ante ellas, Sierra ha puesto una esvástica y la ha convertido en un comedero rellenándola de leche. Antes, el artista había grabado en la antigua central hidroeléctrica de Trento, en el marco del festival Drodesera. En ambas acciones, un suelo ajedrezado que alude a la dualidad bien-mal y al terreno de juego de peones dominado por señores, público y la esvástica tridimensional. Su punto de vista es lo que altera en estas localizaciones para invertir la realidad: lo malo se convierte en lo bueno y viceversa.

Si las aspas de la esvástica giran hacia la izquierda (al revés de las agujas de un reloj) estamos ante un levógiro y si giran a la derecha, ante un dextrogiro, el símbolo utilizado por el Tercer Reich. En Italia se mostró una esvástica levógira tumbada en un giro de 45º, en evocación a la rotación de la cruz gamada, bajo la mirada de varias decenas de espectadores con las caras pixeladas. Sin embargo, en la India la esvástica es dextrógira y las imágenes parece que van en retroceso. Ese juego dual en lo formal y la filmación refuerza este trabajo en el que Santiago Sierra vuelve a hablar del nacionalsocialismo en nuestra historia contemporánea. Pero no es la única performance crítica de las que han levantado buenas polvaderas del madrileño. Tampoco escaparon de la polémica esas inmensas letras en las que se leía 'Future' que quemó en El Cabanayl, su sinagoga convertida en cámara de gas en Alemania, aquella en la que puso a escribir a 30 personas "el trabajo es la dictadura" o en la que mostró una procesión de siete Mercedes Benz negros circulando por la Gran Vía madrileña con un retrato boca abajo del rey Juan Carlos y los presidentes de España desde la Transición.

La ópera anticapitalista de Democracia

Continuamos esta trilogía reivindicativa en lo político con un nombre impresdindible: Democracia, presente en dos estands de ARCO. El colectivo madrileño formado por Pablo España e Iván López está este año con dos obras que siguen explorando la relación entre arte, sociedad y política. 'Order (Act III)' [en la imagen] es una 'performance' que organizaron en The Doschester, uno de los restaurantes más exclusivos de Londres. Esta acción es la tercera y última parte de una ópera llevada a cabo en diferentes espacios públicos y privados. En este caso, reunieron a 35 de los principales oligarcas del petróleo y miembros de la élite económica del mundo ante los que, y sin ser conscientes de nada, dos camareros interpretaron varias árias en las que les conminaban a arrepentirse por el mal que causan al mundo.

La galería ADN expone en la feria una videoinstalación de esta acción y dos fotografías (7.500 euros) en las que se puede leer 'Your order is the chaos' y 'Upon this chaos i will build my house'. Con estos lemas explora otras formas de revolución social contra las élites capitalistas, las clases altas y los corruptos y lo hace tirando de metáfora al utilizar una ópera popular para golpear a esas clases fatuas que suelen consumir el género lírico. Con este banquete Democracia nos conmina en esta obra a tomar partido ante las situación que padece el mundo. El montaje completo se puede ver hasta mayo en una exposición en la sede de la galería barcelonesa.

'Vacaciones en España' es el otro proyecto que han llevado a la galería T20 con dos fotomontajes de esos días de playa de finales de la dictadura, pero esta vez las suecas toman el sol sobre una playa alfombrada por calaveras y los bañistas en Benidorm tienen a su espalda una legión de personas con el brazo en alto haciendo el saludo fascista. Ambas imágenes ya fueron la portada y contraportada de un disco y su merchandising asociado con el que el colectivo realizó la primera acción de este proyecto. Esas imágenes llegan ahora a la feria en gran formato y desmontando, fieles a su compromiso, la idea de la normalización política.

¿Qué es España? ¿En qué confían los españoles? ¿Qué es el 15-M? ¿Confía el pueblo español en los partidos políticos? ¿Viven los españoles por encima de sus posibilidades? ¿España es racista? ¿Cataluña será independiente? ¿Son los políticos españoles corruptos? ¿Estaba mejor España sin gobierno? 35 preguntas de este tipo interpelan al espectador desde un folio en la galería Revolver. Es la mitad de la otra obra 'Ambiente estéreo realidad' del peruano José Carlos Martinat.

El artista ha creado un "software random" donde ha introducido estas cuestiones sobre la realidad española para que sea el programa el que se encargue de seleccionar de forma aleatoria las respuestas. Al lado de las preguntas, en una sala continua, tres impresoras térmicas plasman de forma automática y sin parar en papeles rojos y amarillos las respuestas. Desde los comentarios más cuñados de barra de bar, hasta citas de políticos o frases sin ningún sentido. La metáfora está servida.

"En este sentido, algunas entidades financieras aceptan pignorar los alquileres que tengamos en nuestra vivienda como garantía del pago del préstamo hipotecario", se lee en uno de las convenientes respuestas teñidas de rojo. "... Con la espalda en la mano, el presidente le dirá con firmeza después de haber mandado que se le quite la venda de los ojos, que ya estáis alistados. Vuestra vida responde del cumplimiento de las obligaciones que habéis contraídoo, y vais a jurar (sic)", añade el amarillo. La instalación cuesta 18.000 euros

El arte no es tan evidente como lo quiere ver el ojo del espectador. Siempre tiene una intención. En el caso de Santiago Sierraganador del Premio Nacional de Artes Plásticas 2010 que rechazó con ese sonado "el estado no somos todos: el Estado son ustedes y sus amigos"— son las reivindicaciones sociales y políticas. Controvertido y decididamente duro, su obra confronta al espectador con el capitalismo, la crisis, los totalitarismos o el racismo. En esta recatada y conservadora edición de ARCO, que cierra este domingo sus puertas, el artista madrileño lo ha vuelto a hacer y se ha convertido en uno de los pocos que ha alzado la voz crítica en la feria.

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