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Fabrik, la mejor disco de techno de España está en Fuenlabrada (te guste o no)
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Un día en el fabrik

Fabrik, la mejor disco de techno de España está en Fuenlabrada (te guste o no)

El club madrileño programa la mejor electrónica dura del país, a pesar del desprecio clasista que despierta. Al habla con DJ Nuke

Foto: Fabrik en plena sesión techno
Fabrik en plena sesión techno

Lo primero que te encuentras al entrar en Fabrik, impresionado aún por su descomunal tamaño, es una vitrina llena de trofeos internacionales. Nadie lo diría, ya que estamos en recinto que raramente aparece en las agendas culturales, mucho menos en los programas de televisión. "Llevamos muchos años dentro del top cien de la revista británica DJ Mag, nos nombraron segundo mejor club del mundo en el año 2011", explica DJ Nuke, responsable de las fiestas Code, un referente esencial dentro del techno hispano. También pueden presumir de premios de Deejay Mag y Vicious Magazine, pero el mejor reconocimiento es la fidelidad de un público que abarrota sus sesiones. Por su cabina han pasado los DJs más famosos del planeta, pero sobre todo los más prestigiosos, esos que lograron convencer a miles de jóvenes de que la electrónica era un lenguaje tan poderoso como el hip-hop o el rock and roll.

Clasismo cultural

Mi primera pregunta es la que más me interesa. ¿Siente que el techno tiene el reconocimiento que merece en España? "Esa es la típica disyuntiva a la que puedo contestar que sí y que no. Tenemos mucho respaldo del público, pero la industria nos ve como una discoteca de polígono, que es el gran estigma", responde Rodrigo Bermejo, nombre real del discjockey. El sanbenito del que habla no es paranoico, sino sostenido en ejemplos.

"Estuve saliendo con una chica que trabajaba en patrocinios. Le dije que sondease a sus jefes a ver si les podía interesar alguna colaboración con Fabrik. La respuesta fue que no trabajaban con discotecas de polígono. Parece una tontería, pero un patrocinio te permite arriesgar más con el cartel porque no dependes tanto del público". ¿Estamos, quizá, ante un prejuicio clasista? "Seguramente. Seguimos teniendo la etiqueta de ser música para "ninis", gente conflictiva que va hasta el culo de todo", lamenta.

El secreto del techno

Fabrik no ha registrado incidentes serios en toda su historia. "Nos ha pasado lo mismo que a cualquier discoteca grande. Hay muchos más problemas en cualquier campo de fútbol. Nada que ver, por ejemplo, con las gradas de los ultras en los estadios de Primera División. Nadie identifica a toda la afición de un equipo con un incidente de violencia". ¿Su mayor mérito? Programar el mejor techno del planeta.

En su última fiesta, actuaron clásicos como Umek y Octave One, valores pujantes como Blawan y Paul Ritch, además de nombres emergentes que ya son realidades, pongamos Perc y Antigone. ¿Que no les suena ninguno? Justamente ahí está el truco. "El gran secreto del techno es que nunca estuvo de moda. Siempre hemos tenido algo más arriba que ha evitado las tentaciones de comercializar nuestra música", explica Nuke, seguro de sus palabras.

'Octave One' (Boiler Room Moscú)

La amenaza de Ibiza

Por extraño que parezca, el peligro está en morir de éxito. "A todo el mundo le gusta tener los focos encima, pero me preocupa que este año Ibiza haya virado hacia el género. Lo que triunfa allí es un techno muy influido por Berlín, en concreto por el club Berghain. Lo veo como algo peligroso. Los artistas con los que trabajamos han multiplicado sus cachés, no solo los consagrados, también los emergentes. Eso al final lo paga el público. Como puedes imaginar, el presupuesto de cabina es el más importante de una fiesta".

Lo que teme Rodrigo es una burbuja, como la inmobiliaria o la del arte contemporáneo, con toda la comunidad enganchada al dinero fácil y la vida loca, olvidando el sentido original de su trabajo. ¿Cuál es el sentido del techno? Pues el de una música surgida a finales de los años ochenta en Detroit, una ciudad brutalmente desindustrializada, donde los jóvenes lograron transformar espacios abandonados por el capitalismo (fábricas, almacenes…) en lugares de fiesta y relación social, accesibles para cualquier bolsillo.

'The Bells' (Jeff Mills):

Noche en blanco

Por supuesto, Code también ha sufrido reveses. Mejor dicho: noches gloriosas donde no acudió ni Cristo. Por ejemplo, el cuatro de julio de 2009, cuando se les ocurrió montar una fiesta por todo lo alto con los pioneros del house de Chicago y la crema del techno de Detroit. Todo era perfecto, menos un minúsculo detalle: "Era el mismo sábado que en Madrid se celebraba el Orgullo Gay. Eso admite poca competencia. Fue un desastre de asistencia y una decepción, ya que habíamos invertido mucha energía en convencer a los dueños de que ampliaran el presupuesto".

Esa noche el mítico Joey Beltram, autor del himno global 'Energy Flash', llegó a pinchar para una sola persona. En el invernadero, donde actuaban los padres del house, sudábamos menos de doscientas personas. "Artísticamente, fue un fiestón, una de las dos únicas veces que han venido Model 500 a Madrid. La otra los trajo Óscar Mulero a una de sus fiestas", recuerda Rodrigo. Por suerte, el equipo de Code ya había demostrado ante sus jefes que la fórmula funcionaba.

'Energy Flash' (Joey Beltram)

Repartir la tarta

No nos engañemos: dentro de la noche madrileña, la competición es brutal. Algo que Nuke considera un grave error: "Nuestro enemigo no son otros clubes de electrónica, sino las discotecas de pachanga. Eso está claro entre los promotores de fiestas, no tanto entre muchos dueños de salas. El problema no es pelear por el pedazo más grande de pastel, sino conseguir que la tarta sea más grande para todos. Tú enemigo no es tu vecino. Eso es algo que ha entendido Berlín, donde los clubes tienen su asociación y comunicación fluida con las autoridades", apunta. Así se hubieran podido amortiguar, por ejemplo, muchas las tensiones posteriores al caso Madrid Arena.

Además, Nuke apuesta por mimar la cultura techno, fomentando un público atento, lejos de la lógica del rebaño. "Lo suyo sería que hubiera interés en propuestas pequeñas. Hay vida más allá de Richie Hawtin, Óscar Mulero y Marco Carola. Igual viene a tu ciudad un artista que desconoces, pongamos Antigone, que tiene pinta de ser lo más grande dentro de cinco años. En Holanda la gente investiga más. Cuando yo era clubber, aposté casi a ciegas por ver a Robert Hood en el Family Club y descubrí a uno de los grandes del techno", recuerda.

Techno militante

Diez minutos en el coche de Rodrigo proporcionan mucha información. Es un chico de Vallecas, que disfruta del hip-hop y el heavy metal. A pesar de los tópicos sobre los "pinchas", no toma drogas. Me lo creo porque hay que sacárselo con esfuerzo y la grabadora apagada. Además, es de izquierda. Le ha emocionado el reciente gesto de DJ Laurent Garnier de cerrar una sesión pinchando un himno punk contra el ascenso del Frente Nacional de Marine Le Pen. De hecho, se ha encargado su propia camiseta de homenaje con el lema "A Le Pen, que le den. Techno never dies". Iba a ponérsela en la cabina en la última Code, pero en los camerinos se la pidió Paul Ritch para ponérsela en el Rex (París) este fin de semana. ¿Nos queda algún tópico por demoler sobre la música techno?

'Porcherie'

Lo primero que te encuentras al entrar en Fabrik, impresionado aún por su descomunal tamaño, es una vitrina llena de trofeos internacionales. Nadie lo diría, ya que estamos en recinto que raramente aparece en las agendas culturales, mucho menos en los programas de televisión. "Llevamos muchos años dentro del top cien de la revista británica DJ Mag, nos nombraron segundo mejor club del mundo en el año 2011", explica DJ Nuke, responsable de las fiestas Code, un referente esencial dentro del techno hispano. También pueden presumir de premios de Deejay Mag y Vicious Magazine, pero el mejor reconocimiento es la fidelidad de un público que abarrota sus sesiones. Por su cabina han pasado los DJs más famosos del planeta, pero sobre todo los más prestigiosos, esos que lograron convencer a miles de jóvenes de que la electrónica era un lenguaje tan poderoso como el hip-hop o el rock and roll.

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