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Dalí, política y Argentina. ARCO persigue su año de la recuperación
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arranca la 36ª edición de la feria

Dalí, política y Argentina. ARCO persigue su año de la recuperación

El miércoles para coleccionistas y el viernes para el público general arranca la feria de arte contemporáneo de Madrid con 206 galerías de 27 países

Foto: Imagen de la pasada edición de Arco (Efe)
Imagen de la pasada edición de Arco (Efe)

'El triunfo de Nautilus', de Salvador Dalí. Alrededor de 1,4 millones de euros. Algo menos, sobre un millón, por un cilindro de vidrio fundido de Roni Horn. Estas serán (de momento) las obras más caras de esta edición de ARCO, que abre sus puertas del 22 al 26 de febrero. En el extremo opuesto, se puede encontrar —y comprar— obra gráfica desde 50 euros. Porque de eso va la feria de arte contemporáneo de Madrid: de comprar y levantar el dañado sector nacional.

Se estima que en ARCO tienen lugar el 60% de las ventas de arte del mercado de arte español. Precisamente por eso esta 36 edición llega poniendo ojitos a la ansiada recuperación tras años lastrados por la crisis. A partir de mañana en el caso de los coleccionistas o desde el viernes en el del público general, 206 galerías (frente a las 221 del año pasado) de 27 países se reunirán en los pabellones 7 y 9 de Ifema para conquistar la vista y el bolsillo de los compradores. "Será una feria de recuperación", asegura Carlos Urroz, su director.

Foto: Inauguración de ARCO el año pasado. (EFE)

"Confiamos en ello por baremos como el mayor número de solicitudes de espacio, porque las galerías están apostando por estands más grandes y habrá proyectos artísticos mayores más allá del coleccionismo doméstico, lo cual es un buen síntoma. No tengo una bola de cristal, pero será un buen año dentro de que somos un país del sur de Europa que está en crisis y no hay que olvidarlo. Aun así, será mejor que 2016", añade. Ese ansiado 'año de compras' se percibe antes incluso de la apertura. Lo confirma, dice, el ánimo de los galeristas, quienes ya cuentan con preventas y muchos contactos previos de posibles compradores. De todos modos, será difícil comparar porque no se conocen las cifras de venta. Con 4,5 millones de presupuesto, según los datos de los organizadores, se espera un impacto de 100 millones de euros y más de 100.000 espectadores, datos idénticos a los de 2016, al igual que la opacidad de la feria cada año en cuanto al volumen de ventas.

Lo cierto es que a pesar de las buenas perspectivas, el mercado de arte a nivel internacional no pasa por su mejor momento. En España se suma al panorama mundial, la crisis y el 21% de IVA que complica y mucho las ventas a coleccionistas extranjeros. "La bajada del IVA es la reivindicación que seguimos manteniendo. Necesitamos un IVA reducido y unificado en toda Europa que ayudaría a dinamizar las ventas y nos haría más competitivos", garantiza el director de ARCO.

Los últimos datos ofrecidos en la pasada edición de Tefaf Maastrich arrojaban que las ventas mundiales de arte cayeron un 7%, pasando de 68.200 millones a 63.800 millones de dólares. Estados Unidos fue el país que rompió esta tendencia a la baja y batió su récord incrementándolas un 4% (27.300 millones de dólares), seguido por Reino Unido y China. En Europa, sin embargo, las ventas seguían estancadas y cayeron un 8% (21.300 millones de dólares). España movió solo un 2% de las transacciones europeas. No obstante, el director de la feria afirma que "el mercado se recupera" y, en el caso español, "las galería subsisten gracias a la internacionalización de sus carteras y su presencia en ferias. En la medida que se recupere el mercado nacional, eso se unirá a la labor internacional que ya han emprendido en los años de crisis y puede ser algo muy positivo".

Atractivo internacional

Para Urroz el principal indicador de que 2017 puede ser un buen año para ARCO es la presencia de importantes galerías internacionales que vuelven a Madrid tras años de ausencia. Destacan especialmente la británica Lisson, que traerá obra de Ai Weiwei y Anish Kapoor, y la suiza Hauser & Wirth, con Louis Bourgeois como punta de lanza. A estas se suman nombres como la alemana Esther Schipper, las francesas Chantal Crousel y Michael Rein o la neoyorquina Alexandra von Hartz. De todos modos se echan de menos algunos grandes nombres que la pasada edición vinieron invitadas con motivo del 35 aniversario de la feria como Marian Goodman. "El año pasado fue especial. Todas las galerías acudieron a la llamada de ARCO y lo incluyeron en su agenda, pero hay que tener en cuenta que la estrategia de cada una varía mucho y lo respetamos", asegura el director aludiendo a la atracción que el mercado asiático supone para estos colosos del mundo del arte.

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También subraya la presencia de obras de grandes dimensiones más enfocadas a grandes espacios expositivos o museísticos que al coleccionista privado. Son formatos que suelen reservarse para las grandes citas internacionales del arte como Art Basel, pero que este año tendrán más presencia en Madrid dentro del programa Proyectos Especiales. Entre ellos, caben destacar los trabajos de Julio Le Parc (en la galería Nara Roesler), David Hockney (en Lelong), Los Carpinteros (Peter Kilchmann) o Bernardi Roig (Max Estrella). La importancia de las piezas e instalaciones de esta envergadura está en ese necesario dinamismo de compradores internacionales con mayor poder adquisitivo —vendrán 250 de todo el mundo— y la presencia de 150 de directores de museos y bienales.

"ARCO es la feria del descubrimiento, de los artistas de entre 40 y 50 años con una cotización interesante. Se enfoca más en ese público que en el que se gasta 10 millones y hace récord en una subasta. No es nuestro público ni lo buscamos. Pensamos que ARCO debe diferenciarse de otras ferias como Tefaf Maastrich o Basilea y apostar por los artistas vivos y el primer mercado", analiza Urroz. Por ello, prosigue, su gran atractivo para el comprador es esa combinación de nombres de talla internacional como Dalí, Tapiés o Miró con los grandes latinoamericanos y los nuevos talentos jóvenes. "El coleccionista busca en ARCO al artista emergente y sexy", remataba hace unos días.

A la espera de la polémica del año

Medio vaso de agua por 20.000 euros; un hombre desnudo atrapado en cajas de crayons; una escultura de Franco o Bin Landen o un DNI para dejar de ser español. Si algo es obligatorio en ARCO es la polémica y este año no faltarán sus dosis de política y crítica social. Muchos artistas señalarán con sus obras la situación que vive Europa y el mundo en estos tiempos convulsos con referencias más que claras al estado de Europa o la crisis de los refugiados que pierden la vida en aguas del Mediterráneo. Urroz repite un año más que de buscar las obras más polémicas ya nos encargamos los periodistas, pero confirma entre risas que evidentemente la actualidad está muy presente entre las piezas que se podrán ver este año en la feria de arte contemporáneo. "A veces con un marcado acento político y otras desde una visión más formal se esconde la crítica social y el pensamiento político. Esa es la maravilla del arte", dice.

El otro gran atractivo de la feria será Argentina, el país invitado de este 36ª edición. Estará presente a través de 12 galerías bonaerenses que traerán a España obras de artistas tan reconocidos como Guillermo Kuitca, Julio Le Parc o Victor Grippo. El presidente argentino, Mauricio Macri, será el encargado de inaugurar la cita artística madrileña junto a los Reyes el jueves. Además, más allá de la feria propiamente dicha, Madrid acoge numerosas actividades organizadas por el país entre las que destacan la exposición de las grandes colecciones de arte contemporáneo de Isabel y Agustín Coppel (Sala de Arte Santander) y del peruano Eduardo Hochschild (Sala Alcalá 31).

'El triunfo de Nautilus', de Salvador Dalí. Alrededor de 1,4 millones de euros. Algo menos, sobre un millón, por un cilindro de vidrio fundido de Roni Horn. Estas serán (de momento) las obras más caras de esta edición de ARCO, que abre sus puertas del 22 al 26 de febrero. En el extremo opuesto, se puede encontrar —y comprar— obra gráfica desde 50 euros. Porque de eso va la feria de arte contemporáneo de Madrid: de comprar y levantar el dañado sector nacional.

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