Estopa, el musical de Mayumana. Un Romeo y Julieta descafeinado a ritmo de batucada

Estopa, el musical de Mayumana tiene todos los ingredientes para triunfar pero le falta uno, el más importante: que no sea una reunión sin sentido de percusión y rumba. Y, de paso, más dosis gamberras de Estopa. 'Rumba!', que así se llama el nuevo espectáculo de Mayumana que se estrenó la noche del jueves en el Teatro Rialto de Madrid, es un Romeo y Julieta de barrio a ritmo de batucada y con banda sonora de Estopa pero poco más.

Mayumana tiene la potencia hipnotizadora de su percusión y Estopa sabemos de sobra que siempre arrasa, pero por separado no terminan de encajar. El show se convierte en una pretendida suma de dos elementos que solos funcionan a la perfección pero juntos y aquí, no.

En este pastiche shakesperiano rumbero y carnavalero, en vez de los Montescos y los Capuleto, aquí él es del Tapas Muñoz y ella de los Hermanos Jiménez (¡dónde va a parar!), dos bares de extrarradio que se reparten la clientela a tortas y a ritmo de tambor y palmas. Hasta que llegan Javi y Miriam, se gustan, se enamoran con escena de balcón incluida (en vez de un palacio señorial nos trasladamos a un West Side Story cañí), sus 'familias' pelean cual Mercurtio y Paris, las fiestas del barrio y el chiringuito de los mojitos les unen y el amor acaba triunfando. Todo ello hilado con los grandes hits del dúo de Cornellá de Llobregat: 'Tu Calorro', 'Malabares', 'El Run Run', 'La raja de tu falda', 'Fui a la orilla del río', 'Como Camarón', 'Cacho a cacho' o 'Pastillas para dormir'. Eso sí, no esperen los temazos que tienen en la memoria ni de lejos.

'Rumba!' reúne 14 canciones de Estopa, una de ellas —'Miriam', la versión más notable del espectáculo— inédita y nunca grabada hasta ahora a excepción de alguna de esas primeras maquetas que corrían en casete del dúo catalán. Sus puntos fuertes son las percusiones 'estoperas' con botellas (el número más sobresaliente que acompaña a 'Miriam'), cajas de cerveza o contenedores marca de la compañía nacida en Tel Aviv hace más de 16 años. También son destacables las voces de los dos protagonistas, Javier Guerra Abreu y María Ordóñez; el recital de beatbox de Marcos Martínez (más conocido en el mundillo como Grison Beatbox), aunque es totalmente prescindible esa narración explicativa en verso facilón de una trama mil veces conocida, y el pellizquito flamenco de Olga Magaña.

Aun así falta algo más que un Romeo y Julieta de barrio con Estopa de fondo para que el espectáculo sea redondo y pase a ser más que una batucada de fin de semana pretendidamente canalla. Es la primera vez que Mayumana se adentra en el musical uniendo a sus famosas percusiones y bailes una historia narrada, y se nota. Para empezar, ya de entrada el maridaje Estopa y Mayumana suena cuando menos exótico. A eso se une que la idea que estructura el espectáculo no es de por sí excesivamente original y además cae en las obviedades más básicas de la célebre tragedia de Shakespeare.

Boaz Berman, director de la compañía israelí y autor de este libreto, ha asegurado que este 'Rumba!' es su regalo para España, un país que considera su segunda casa y en el que el grupo aterrizó en 2001 y ha conquistado el aplauso de crítica y de más de un millón de espectadores. "Los escuché [a Estopa] y me gustó", explicaba, y los Muñoz saltaron a su cabeza cuando pensaron en tomar una nueva dirección y llevar a Mayumana un paso adelante hacia un terreno nuevo como es el gran musical. El espectáculo hará gira por España, pero también saltará a América Latina y hay conversaciones para que llegue a Japón.

De todos modos, el verdadero problema es que 'Rumba!' se dispersa por momentos porque hay temas (y, especialmente, arreglos muy desafortunados y problemas vocales) que no entran y tampoco ayuda que en las partes más corales sea difícil entender las canciones. La historia sabe a poco no por su sencillez sino porque necesita más trabajo de dramaturgia. No basta solo con la maestría de movimientos y ritmos del elenco porque lo que nos están vendiendo es un musical, y encima con un repertorio que está en el imaginario de cualquier espectador. No obstante, la potencia y el ritmo de Mayumana en esta fusión de percusión y rumba llega a suplir estas carencias por momentos y consigue arrastrar un show que en conjunto termina siendo entretenido aunque muy irregular. Un espectáculo que, en definitiva, no acaba de conquistar y nos deja con ganas de ver a Estopa en directo —con muchas ganas— o a Mayumana haciendo lo suyo.