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Museo de Málaga: abre el ‘Prado andaluz’ con 17.500 piezas y 40 millones invertidos
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tras 20 años cerrado

Museo de Málaga: abre el ‘Prado andaluz’ con 17.500 piezas y 40 millones invertidos

La Aduana, que acogía una comisaría, se ubica junto al Teatro Romano y a 200 metros del Museo Picasso. Acoge el Arqueológico y una de las mejores colecciones españolas del XIX

Foto: Sala del nuevo Museo de Málaga. Casco griego. Foto: Agustín Rivera
Sala del nuevo Museo de Málaga. Casco griego. Foto: Agustín Rivera

Cuando la familia del artista malagueño decidió que la ciudad natal del genio tuviera un Museo Picasso, “se vistió a un santo para desvestir a otro”. La frase la pronunció el poeta Alfonso Canales, Premio Nacional de Literatura y presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo de Málaga, allá por 1997. El Museo de Bellas Artes tuvo que abandonar su sede del Palacio de Buenavista para el inicio de las obras del Museo Picasso Málaga. La condición de los Picasso fue taxativa, sin matices: o el MPM se albergaba en el Buenavista… o no había museo.

¿Qué pasó entonces? No existía plan B. El Ministerio de Cultura, propietario del inmueble, tuvo que desalojar el Bellas Artes y ahí empezó un peregrinaje desde la planta bajo cubierta del Palacio de la Aduana (su sede definitiva, remodelada para el museo y exsede del Gobierno Civil, luego Subdelegación del Gobierno y que albergaba una Comisaría) y hasta un almacén en unas instalaciones en el Parque Tecnológico de Andalucía.

En medio, la sociedad malagueña se manifestó hasta tres veces a favor del museo en la Aduana. El PP, en principio, no quería. Era partidario de mantener el ‘status quo’, que ya habría otro sitio para el Bellas Artes. Luego contempló la posibilidad de compatibilizar la sede administrativa (el gobernador tenía allí dentro incluso su casa) con la cultural. Sólo se apuntó a la idea avanzada la primera década del siglo XX cuando el clamor 'La Aduana para Málaga' era ya imposible de parar. En 2005 el Gobierno de Zapatero anunció la cesión del edificio del siglo XVIII, el mejor edificio civil de Málaga, para su uso museístico.

Dos décadas después, este lunes, vuelve a abrir el Bellas Artes malagueño, rebautizado como Museo de Málaga. Y lo hace con dos colecciones soberbias compuestas por 15.000 piezas arqueológicas registradas en almacén (se exhiben 2.000), que recoge restos paleolíticos, romanos, fenicios… y la colección pictórica del siglo XIX, XX hasta llegar al arte contemporáneo, de 2.000 obras (se exponen 200). El Estado ha invertido 40 millones de euros en la rehabilitación del Palacio, con nueva museografía. La infraestructura cultural, de 18.400 metros cuadrados (15.400 metros cuadrados de superficie útil), la gestiona la Junta de Andalucía. Es el más grande de la comunidad andaluza y de los más sobresalientes de España en la pintura del siglo XIX.

María Morente, doctora en Historia del Arte, es la directora del museo desde 2006. Lo enseña con la emoción sin disimular de un tesoro aún sin compartir, con ganas de que llegue ya el martes y se abra al público. El museo tiene vocación enciclopedista. Sorprende un casco de un guerrero griego, del siglo IV a. C., objeto ahora de estudio por expertos nacionales, encontrado en Málaga en unas excavaciones fenicias en 2012.

Hay obras maestras de iniciación como ‘El viejo de la manta’ de un joven Picasso que pinta cuando se marcha a La Coruña y dibuja a su padre en una acuarela. Se la envía al pintor Muñoz Degrain, que es su maestro, como regalo de Navidad. El Museo también guarda el valioso 'Legado Sabartés', compuesta por grabados de Picasso.

‘...Y tenía corazón', también conocida como 'Anatomía del corazón', de Enrique Simonet, un cuadro de generosas dimensiones, dialoga con obras de tono religioso, un Sorolla, un Murillo o un retrato imponente de Anita Delgado, la princesa de Kapurtala. Es un museo que explica la importancia de la pintura malagueña del siglo XIX con clara influencia de Moreno Villa como en la obra ‘Tres figuras en un paisaje’ (hacia 1933-1936), una figuración lírica en un autor que practicó muchos registros en su arte. Este autor se relaciona con la revista 'Litoral', fundada por Manuel Altolaguirre y Emilio Prados, una publicación clave en el desarrollo de la Generación del 27, fundada en 1926.

Entrada gratis para ciudadanos europeos

La entrada al museo será gratuita para los ciudadanos de la UE. El resto de visitantes tendrá que pagar 1,50 euros. “La cultura no puede ser gratuita. Aunque sea un euro, que es una cantidad simbólica, debería costar dinero. Al público hay que acostumbrarle a que tiene que pagar por la cultura”, apunta a El Confidencial un relevante miembro de la sociedad cultura malagueña.

El museo no ha querido plantear una previsión en la cifra de visitantes. Ni siquiera aproximada. Se trata de no repetir errores como en el Centro de Arte Pompidou, el único centro fuera de Francia, y el Museo de Arte Ruso de San Petersburgo en Málaga, en los que el Ayuntamiento de Málaga ha tenido que destinar un millón de euros extra para cuadrar las cuentas del próximo año.

La Junta de Andalucía aprobó para 2017 una inversión de 2,5 millones de euros en el Museo de Málaga. La sala de exposiciones aún no está disponible. Tampoco se han definido las primeras muestras que se abrirán. Se prevé que obras del Prado (un buen número están en depósito en el Museo de Málaga) conformen alguna muestra temporal. El museo, que cuenta con una plantilla de 68 personas, dispone de un almacén visitable, compuesto por 500 obras, situado justo en las instalaciones de la antigua Comisaría.

Málaga vive actualmente una fiebre museística sin precedentes. Desde la inauguración en 2003 del Museo Picasso Málaga, ya iniciada en 2001 con el CAC (Centro de Arte Contemporáneo), se le ha unido el Museo Carmen Thyssen y los ya citados Pompidou y Ruso, sin contar la Casa Natal de Picasso (estos tres centros culturales de titularidad municipal presentan sus cuentas anuales con un gasto de 8,7 millones de euros y un 24% de autofinanciación) o museos ya más especializados como el del Patrimonio Municipal o el Revello de Toro. Y ahora la Aduana... para Málaga.

Cuando la familia del artista malagueño decidió que la ciudad natal del genio tuviera un Museo Picasso, “se vistió a un santo para desvestir a otro”. La frase la pronunció el poeta Alfonso Canales, Premio Nacional de Literatura y presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo de Málaga, allá por 1997. El Museo de Bellas Artes tuvo que abandonar su sede del Palacio de Buenavista para el inicio de las obras del Museo Picasso Málaga. La condición de los Picasso fue taxativa, sin matices: o el MPM se albergaba en el Buenavista… o no había museo.

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