Es noticia
De héroe del pueblo a villano. Vuelve el náufrago de García Márquez
  1. Cultura
en el teatre lliure desde el día 3 de noviembre

De héroe del pueblo a villano. Vuelve el náufrago de García Márquez

Por primera vez se adapta en el teatro la novela del premio Nobel, dirigida por Marc Monteserrat-Drukker y protagonizada por Emilio Gutiérrez Caba y Àngel Llàcer

Foto: Emilio Gutiérrez Caba y Àngel Llàcer protagonizan 'Relato de un náufrago' (Teatre Lliure)
Emilio Gutiérrez Caba y Àngel Llàcer protagonizan 'Relato de un náufrago' (Teatre Lliure)

A Gabriel García Márquez y Carmen Bacells, su celosa editora, no les gustaba dar permiso para que se adaptasen sus obras. Entre todos los grandes títulos que Gabo ha legado a la literatura y al periodismo, solo uno fue concebido expresamente para el teatro: 'Diatriba de amor contra un hombre sentado'. Es un monólogo que escribió en 1987, al parecer, tras ver a una mujer de Barranquilla increpando a su marido desde el balcón de su casa. El Nobel la vio abroncándole de buena mañana y cuando regresó por la tarde, seis horas después, aún tenía munición. "¡Nada se parece tanto al infierno como un matrimonio feliz!", arranca este drama sobre el desmoronamiento de una pareja que se estrenó ese año en Buenos Aires y llegó a Colombia en 1994 con Laura García a la cabeza. Ese mismo montaje visitó España un año después, y en 2004 José Carlos Plaza firmó otro, con Ana Belén como protagonista, que tenía previsto estrenarse el fatídico 11M.

Pero, en realidad, pocas son las veces que la obra de Gabo se ha subido a las tablas. Sí se han hecho adaptaciones de 'Crónica de una muerte anunciada' y 'El coronel no tiene que le escriba', las más teatrales, o de 'Cien años de soledad', que el sobrino del escritor adaptó como 'La Casa', el nombre que iba a tener inicialmente la novela. Sin embargo, en España no hemos sido muy dados a llevar su realismo mágico a los escenarios. La obra que nunca se había adaptado es 'Relato de un náufrago'. Hasta ahora. La primera versión escénica llega al Teatre Lliure el 3 de noviembre y seguirá con una gira por todo el país, que recalará en Madrid la próxima temporada, dirigida por Marc Montserrat-Drukker y con Emilio Gutiérrez Caba y Àngel Llàcer como protagonistas.

El reto no es menudo porque esta obra, que le valió la fama y su salida a París tras destapar que el naufragio del destructor A.R.C. Caldas no fue provocado por una tormenta como dijo la Armada colombiana sino por los cargamentos de contrabando que llevaba, nació como una serie de 14 crónicas que publicó en 1955 'El Espectador' cuando Gabo era un joven plumilla. Además, está contado en primera persona. Montserrat-Drukker e Ignacio García May han vuelto a colaborar, tras 'La Ola', para convertir la novela en una obra de teatro que comienza en Barcelona en 1970 con la presentación del libro. Después, la acción se traslada a 1955, a la redacción de 'El Espectador', donde el autor y el náufrago, Luis Alejandro Velasco, comienzan a trabajar en la historia a la vez que viajan al mundo mágico de este cuento de aventuras que ha vendido más de 10 millones de ejemplares en todo el mundo.

Cuenta Marc Montserrat-Drukker que se topó por primera vez con 'Relato de un náufrago' en BUP, como una de tantas lecturas obligatorias. "Es de los pocos libros coñazo de los que nos hacían leer que me ha acompañado toda la vida", asegura en conversación telefónica con El Confidencial. En 1999 llamó a Carmen Bacells para adaptarlo al teatro, pero su propuesta no llegó hasta 2008. "Le gustó mucho la idea y por primera vez en la historia autorizaron a hacer una adaptación. Nunca se ha llevado al cine ni al teatro", añade.

'Relato de un náufrago' comienza con el autor -insiste el director que Gutiérrez Caba no interpreta a Gabo sino al autor- quejándose por tener que hacer, muy a su pesar, otra entrevista a Velasco, quien ya se había convertido en un héroe nacional y protagonizaba con la misma facilidad portadas como los anuncios más dispares, desde fécula El León a relojes o zapatos. "Son los dos personajes los que nos cuentan este cuento mágico en tono tragicómico", puntualiza el director. "La idea parte de la entrevista pero, poco a poco, se va transformando en el mundo mágico de una aventura, en la ficción que ellos nos trasladan como un cuento que, a medida que avanza, viven y cuentan", añade.

Este monólogo a dos voces parte de un conflicto. ¿Una obra es de quién la escribe o de quién la vive? ¿La historia es como fue o como se cuenta? En los setenta, cuando García Márquez presenta el libro en Barcelona, asegura que la historia no es de quien la escribe sino de quien la vive e impulsado por ello decidió ceder los derechos de la novela a Velasco. Algo que año más tarde, tras el Nobel, acabó con un litigio en los tribunales porque Velasco le pidió todos los derechos que había generado, con sus múltiples traducciones y capacidad de decidir sobre ellas o las adaptaciones, el libro. En 1994 un juez determinó que la obra era de García Márquez porque había transformado una historia real en otra artística. Ese conflicto es el que teje una función que salta desde su primer encuentro en la redacción del periódico colombiano hasta que el autor va haciendo suya la obra y, artística y vivencialmente, se va metiendo en esa balsa perdida en el mar.

"Cada escena es un truco de magia", resume el director consciente de la dificultad de convertir este célebre relato en una función. La potencia dramática de la historia estaba ahí pero, explica, "García Márquez tiene un lenguaje narrativo tan superlativo y maravilloso...". "Para empezar es difícil porque está escrito para ser leído y no para ser dicho. Cuanto más bien escrito está, es más delicado de adaptar porque hay que depurar muchos las frases. Leyendo puedes absorber muchas imágenes y adjetivos que verbalizados. El público no es capaz de absorber tanta información. Son dos códigos totalmente distintos".

Por eso, resume, el mayor trabajo ha consistido en depurar el texto para saber qué funciona al contarlo. "Una cosa es leer, otra cuando lo dices y otra vivirlo y fisicalizarlo". La versión es muy fiel al texto, pero tanto él como García May se han permitido algunas licencias como variar el orden del relato en pos de esa efectividad que convierte en realidad por primera vez la historia del único superviviente del buque colombiano que pasó de ser recibido como un héroe nacional a aborrecido por el Gobierno y olvidado.

A Gabriel García Márquez y Carmen Bacells, su celosa editora, no les gustaba dar permiso para que se adaptasen sus obras. Entre todos los grandes títulos que Gabo ha legado a la literatura y al periodismo, solo uno fue concebido expresamente para el teatro: 'Diatriba de amor contra un hombre sentado'. Es un monólogo que escribió en 1987, al parecer, tras ver a una mujer de Barranquilla increpando a su marido desde el balcón de su casa. El Nobel la vio abroncándole de buena mañana y cuando regresó por la tarde, seis horas después, aún tenía munición. "¡Nada se parece tanto al infierno como un matrimonio feliz!", arranca este drama sobre el desmoronamiento de una pareja que se estrenó ese año en Buenos Aires y llegó a Colombia en 1994 con Laura García a la cabeza. Ese mismo montaje visitó España un año después, y en 2004 José Carlos Plaza firmó otro, con Ana Belén como protagonista, que tenía previsto estrenarse el fatídico 11M.

El redactor recomienda