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De refugiado iraní a estrella del pop, la historia de los míticos And One
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De refugiado iraní a estrella del pop, la historia de los míticos And One

El grupo And One ofrece a su paso por España dos conciertos, en Madrid y Barcelona, casi tres décadas después de que la música de Depeche Mode los engendrara

Foto: Steve Naghavi, líder de And One | Foto: Julia Herzsprung
Steve Naghavi, líder de And One | Foto: Julia Herzsprung

"Life isn't easy in Germany" -la vida no es fácil en Alemania-, cantaba en 1993 un jovencísimo Steve Naghavi, enfundado en una chaqueta de cuero y con un corte de pelo a lo cenicero. La pantalla de televisión, sintonizada en la MTV cuando la MTV era realmente una cadena musical, escupía la imagen de tres chicos híper modernos, vestidos según los cánones del Berlín post muro. Chaqueta de cuero y combinación de camisa, vaqueros y botas en negro riguroso, como un maniquí salido del 'Strange' (1988) de Depeche Mode, la colección de los primeros vídeos que grabó Anton Corbijn para la banda inglesa. Llegaban de la mismísima Alemania reunificada, eran tres e, ironía germana, se llamaban And One.

Videoclip de 'Life Isn't Easy In Germany'

En 1980, más de una década antes, cuando todavía no salía en la MTV, ni arrasaba en la radiofórmula, ni encabezaba carteles de festivales de más de 20.000 asistentes, Steve Naghavi llegaba a Alemania, con 10 años recién cumplidos y el pasaporte falsificado. Hacía un año que la revolución del ayatolá Jomeini había derrocado al Sha de Persia Mohammed Reza Pahlavi y la familia Naghavi se había visto obligada a abandonar Teherán con documentación falsa y a buscar asilo como refugiados en Europa. Siete años después, Naghavi ya estaba plenamente integrado en la sociedad alemana: había dejado de ir al instituto y trabajaba como técnico de reparación de ordenadores. En ese tiempo había aprendido alemán, había absorbido la estética europea e, irremediablemente, como buen hijo de su tiempo, había tenido un flechazo musical con Depeche Mode. Y, en realidad, los ordenadores le daban bastante igual salvo por el hecho de que, con ellos, podía hacer música.

En 1980, cuando todavía no salía en la MTV, ni arrasaba en la radiofórmula, Steve Naghavi llegaba a Alemania, con 10 años recién cumplidos y un pasaporte falsificado

En la Budapester Straße de Berlín, al lado del Europa Center, la discoteca Linientreu programaba sesiones dedicadas a Dave Gahan y compañía. Y allí, en la pista de baile llena de 'mohawks', pelos de colores y, obviamente, cazadoras de cuero, Steve Naghavi conoció a Chris Ruiz, hijo de padre español y madre alemana, tan enamorado de los de Basildon como el propio iraní. Y de esa unión de melómanos barbilampiños nació And One.

Con su primer disco, 'Anguish' (1991) -'Angustia'- llegó el primer pelotazo: 'Metalhammer', un martillo pilón de electrónica industrial que se atrevía a comenzar con una llamada a la oración -así fusionaba Naghavi su pasado persa con su presente europeo- y que todavía hoy revoluciona las pistas de baile. Incluso en Halloween se puede escuchar a través los altavoces del Parque de Atracciones de Madrid, como chascarrillo pintoresco.

27 años más tarde, ya sin Chris Ruiz -con el quien ha tenido una relación de amor-odio profesional-, And One pueden presumir de mantenerse en la cresta de la electrónica alternativa alemana como tótems si bien no indiscutibles, irreductibles. Y de seguir de gira, una gira que les trae a España para ofrecer dos conciertos -Barcelona y Madrid- y presentar 'Vibrator: Trilogie 2', el segundo de sus álbumes triples tras 'Magnet: Trilogie 1' de 2014. Un espectáculo que servirá para repasar los viejos éxitos de la banda y presentar las nuevas canciones del último tríptico 'naghaviano', con el calentamiento de la sala a cargo de los tralleros Spetsnaz.

And One vuelve a España para ofrecer dos conciertos -Barcelona y Madrid- y presentar 'Vibrator: Trilogie 2'

Con 'Vibrator', cuya fecha de lanzamiento está prevista para finales de este 2016, And One -o Naghavi, porque en realidad el grupo es la persona, salvo que más y mejor rodeada-, pretende repetir la fórmula de la trilogía anterior y, para no dejar a medias a ningún fan, dedicar el primer disco a temas con un sonido más novedoso, el segundo enfocado más a la música EBM -Electro Body Music- para bailar en la pista, y un tercero dirigido a los seguidores más nostálgicos y reaccionarios, una máquina del tiempo de vuelta a los ochenta y a los primeros éxitos de sus amados/odiados Depeche Mode.

Aunque en pleno 2016 Steve Naghavi reniegue de los padres de 'Enjoy the Silence' y 'Personal Jesus' , la música de And One todavía arrastra un deje, eso sí, camuflado por un sonido de teclados muy personal que les ha hecho forjarse un carácter propio y llegar a fichar por sellos como Virgin. Durante sus 14 álbumes editados -con algún disco de directo de por medio-, Naghavi no ha dudado en alternar temas en alemán e inglés, siquiera con el sello Virgin, saltando de un idioma a otro incluso dentro de las propias canciones. Y como en una cadena de contagio musical, si Depeche influyeron en And One, And One ha influido en decenas de grupos dentro del 'synthpop', el 'technopop' y el EBM, sobre todo en la escena germana. Ejemplos: Melotron, Dark Voices, Pakt -el grupo que fundó Ruiz junto a Gio van Oli tras su segundo divorcio del grupo de Naghavi- o Headless, entre otros.

Si Depeche influyeron en And One, And One ha influido en decenas de grupos dentro del 'synthpop', el 'technopop' y el EBM, sobre todo en la escena germana

Teclados sencillos, que suenan algo vintage, melodías pegadizas, percusión y la voz grave de Naghavi, que poco a poco se ha alejado del industrial primigenio para acomodarse en un sonido más elegante y tranquilo, como muestra 'Sometimes' (1997), otro de sus éxitos indispensables. Naghavi acabaría dejando atrás los pantalones de PVC, el pelo teñido de rojo y el maquillaje mapache de los comienzos por su inseparable traje con corbata. Un atuendo que, aunque más sobrio, no le impide girar sobre sí mismo y lanzar la pierna atrás, su firma sobre el escenario.

Videoclip de 'Sometimes'

En paralelo a su estética, And One ha ido abandonando el radicalismo de sus letras y, en los últimos años, el grupo ha dado un giro hacia una temática más romántica. Las letras sobre la guerra, sobre la tecnología, sobre la juventud poco a poco se han ido estilizando y dejando atrás esa vehemencia de los comienzos en una pausada madurez.

Videoclip de 'Get You Closer'

La beligerancia de los comienzos ha pasado, sin embargo, al plano personal de la banda: las desavenencias con Ruiz y Van Oli -el primero ya se había ido del grupo en 1991 y había vuelto 10 años después- acabó seccionando en dos al grupo y obligando a cambiar la formación en 2011. Acusaciones por las maneras de diva de Naghavi, anuncios de retirada seguidos de anuncios de nuevo disco que no han impedido que And One se haya convertido ya en un clásico de la escena electrónica alemana.

"Life isn't easy in Germany" -la vida no es fácil en Alemania-, cantaba en 1993 un jovencísimo Steve Naghavi, enfundado en una chaqueta de cuero y con un corte de pelo a lo cenicero. La pantalla de televisión, sintonizada en la MTV cuando la MTV era realmente una cadena musical, escupía la imagen de tres chicos híper modernos, vestidos según los cánones del Berlín post muro. Chaqueta de cuero y combinación de camisa, vaqueros y botas en negro riguroso, como un maniquí salido del 'Strange' (1988) de Depeche Mode, la colección de los primeros vídeos que grabó Anton Corbijn para la banda inglesa. Llegaban de la mismísima Alemania reunificada, eran tres e, ironía germana, se llamaban And One.

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