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El actor porno feminista que se insinuó a Andrea Levy: "Fue una cagada machista"
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SYLVAN GAVROCHE, ACTOR PORNO Y FEMINISTA

El actor porno feminista que se insinuó a Andrea Levy: "Fue una cagada machista"

¿Qué puedes hacer cuando una política que consideras atractiva alaba una canción en cuyo videoclip apareces tú teniendo sexo? Este actor porno optó por lo peor: invitarla a participar

Foto: El actor porno Sylvan Gavroche. Foto: Blackmind Studios.
El actor porno Sylvan Gavroche. Foto: Blackmind Studios.

Si nos ponemos a hacer un dibujo estereotipado del actor porno medio, la ilustración será casi siempre muy similar: un hombre fuerte, atractivo, bien dotado, representativo del perfecto concepto de masculinidad y, por supuesto, con un evidente falocentrismo que hará que todo lo que le rodea, sobre todo la mujer a la que tenga al lado, gire en torno a sus voluntad sexuales.

Sin embargo, todos los dibujos tienen sus excepciones, sobre todo a raíz de que en los últimos años haya empezado a popularizarse el llamado porno ético o feminista, que, entre otras cosas, busca cuestionar los roles de género tradicionalmente asumidos por el porno.

Sin embargo, nadie, por muy feminista que se sienta, escapa de caer a menudo en ciertas dinámicas que resultan contraproducentes para su propia causa.

"¿Repetimos el vídeo con Andrea?"

Eso es precisamente lo que le pasó este miércoles a Sylvan Gavroche, un actor porno de 25 años que, en su año y pico de experiencia en el cine para adultos, ha rodado con actrices como Anneke Necro o Amarna Miller, representantes precisamente del denominado porno ético.

La historia es como sigue: a las 9 de la mañana, la vicesecretaria de Estudios y Programas del PP, Andrea Levy, compartió en su Twitter la canción 'Ritmo en la sangre', del grupo Novedades Carminha, un sencillo que ha adquirido bastante notoriedad. ¿La razón? Su videoclip contiene escenas de sexo explícito protagonizadas por Amarna Miller y el propio Sylvan.

Ante el tuit de Levy, Sylvan tuvo dos reacciones: una curiosa (incluso simpática) y otra, como mínimo, polémica. La curiosa: "Le hice una captura de pantalla al tuit y lo compartí con todos mis contactos de Whatsapp", nos reconoce el actor entre risas. La polémica: Sylvan decidió contestar a Levy: "¿Repetimos vídeo, pero con Andrea?"

Parece evidente que la respuesta de Sylvan no tenía un mínimo de mala intención, pero tan importante era el fondo como las formas. Y las formas eran las de un hombre que, ante el elogio de una mujer hacia una canción (ni siquiera enlazó al videoclip), decide ofrecerle, aunque sea de manera desenfadada, unirse a la 'celebración'.

"Cuando salí del trabajo vi algún tuit criticándome y pensé: 'Joder, vaya cagada'", nos cuenta. "Los hombres hemos estado mamando esto desde siempre, desde pequeños, de adolescentes... siempre estás metido en conversaciones en las que cosificas a la mujer. Y al final, por mucho que te esfuerces en eliminar esas actitudes, acabas soltando una burrada que no debes".

Hecho el análisis, faltaba la reacción: "Está claro que era una broma, que no había ninguna mala intención, pero hay bromas que sobran. En cuanto fui consciente, pedí perdón".

La reacción de Sylvan puede sorprender, pero, según reconoce él mismo a este periódico, era la mejor: "Tenía tres opciones: o borrar el tuit, o decir que no soy machista empeñándome en enseñar todo lo que he dicho en muchas entrevistas o pedir perdón. Al final, lo más correcto es decir: 'Pues mira, sí, la he cagado, ha sido una cagada machista. Pido disculpas'".

Para el actor porno, hay un elemento en toda esta ecuación que debe ser imprescindible: la empatía. "Los hombres podemos pensar que algo que decimos no es machista, pero tenemos que ponernos en la piel de la mujer", asegura. "Mejor que ellas no lo va a saber nadie, porque lo viven cada día, cada hora, cada minuto. Nosotros sólo nos damos cuenta cuando nos pasan cosas de estas o cuando vemos ciertas actitudes, pero las mujeres lo ven mejor que nadie, porque son víctimas de eso".

Daba igual, por tanto, que su intención no fuera mala y que, en muchas otras ocasiones, el actor haya demostrado una evidente sensibilidad feminista: "Si alguien se queja de algo que haces y ves que tiene razón, no tiene sentido empeñarte en defender que no eres machista. Pides perdón y ya está. Al final se trata de darse cuenta de estas cosas y, poco a poco, ir disminuyéndolas hasta evitarlas".

"En la calle no podemos actuar como en el porno"

Cuando le preguntamos si se siente cómodo en la etiqueta del porno ético o feminista, Sylvan no duda un segundo: "Por supuesto. Intento hacer todo lo posible por estar dentro y ponerme la etiqueta bien grande en la frente. Es un honor".

El actor reconoce que siempre ha tenido cierta sensibilidad en este sentido, pero hubo un día en que esta aumentó de manera exponencial: cuando grabó una escena con Blackmind Studios, una (ya desaparecida) productora de porno ético española.

"Mi primera escena fue con Amarna Miller. Antes de empezar, le hicieron una entrevista sobre su visión del porno ético y me encantó, yo quería pertenecer a eso", asegura. "Yo llevo poco en el porno y he hecho bastante mierda, pero cuando escuché a Amarna me quedé alucinado y me di cuenta de que yo iba tarde, de que aún tenía muchísimo que aprender sobre feminismo. Siempre digo lo mismo: si pudiera ser Amarna en hombre, lo sería. Por el discurso que tiene, por cómo habla, por quién es... representa unos valores y un concepto de pornografía muy bonito".

En cualquier caso, Sylvan reconoce que el debate en torno a la pornografía se torna muy complejo, sobre todo a la hora de analizar la repercusión que puede tener en la sociedad y, más concretamente, en la forma de trasladar al ámbito real el trato que se le suele dar a la mujer en el porno: "El porno es ficción: al igual que cuando ves una peli de superhéroes le enseñas a tu hijo que no puede tirarse por la ventana porque no va a volar, también debería haber una educación sexual que te enseñe que, si vas por la calle y ves a una chica que te gusta, no puedes comportarte con ella como lo hacen en una película porno".

Si nos ponemos a hacer un dibujo estereotipado del actor porno medio, la ilustración será casi siempre muy similar: un hombre fuerte, atractivo, bien dotado, representativo del perfecto concepto de masculinidad y, por supuesto, con un evidente falocentrismo que hará que todo lo que le rodea, sobre todo la mujer a la que tenga al lado, gire en torno a sus voluntad sexuales.

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