Verdades, leyendas y trolas descomunales sobre el bombardeo de Guernica

No todas las mentiras son iguales. Están las mentiras piadosas, las mentirijillas, las bolas, las trolas, los embustes y las falacias. Y luego está lo que ocurrió tras el bombardeo de Guernica en 1937...

Hablamos de la madre de todas las falacias, de una mentira tan grande que se ve desde el espacio exterior, de la catedral de Burgos del embuste. La prensa afecta al Movimiento aseguró que Guernica no había sido bombardeada, sino quemada por republicanos a la fuga; y cuando negar el bombardeo se convirtió en un imposible, recularon con otro embuste genial: vale, Guernica sí ha sido bombardeada, pero por los siempre aviesos marxistas.

Los mentirosos del bando nacional tuvieron bastante mala suerte: resulta que George L. Steer, periodista del 'Times' londinense, andaba por allí el día de autos, hace ahora 79 años, y publicó una crónica de primera página en el 'Times' y en el 'The New York Times' que decía así: "Toda la ciudad, de 7.000 habitantes más 3.000 refugiados, ha quedado lenta y sistemáticamente reducida a escombros". Sepultada bajo las bombas arrojadas por los aviones de la compañía Fascio Airlines; o sea, por aeroplanos alemanes e italianos bajo el mando del general nazi Hugo von Spierre, pero también bajo el mando de Franco y Mola (aspecto discutido aún por el revisionismo).

El tomate ideológico

La noticia es que Guernica y Steer resucitan ahora de la mano de una película, 'Gernika', que se estrena hoy tras pasar por el Festival de Cine Español de Málaga. El filme, dirigido por el bilbaíno Koldo Serra, cuenta las peripecias de un periodista -vagamente basado en Steer- al que el bombardeo le pilla en plena crisis de identidad periodística, basculando entre el desengaño y el idealismo, debate interior que entrará en erupción tras caerle encima 50 toneladas de bombas facciosas. Todo ello contado en clave de melodrama romántico.

"Nos caerán palos por todos los lados; va implícito en el proyecto"

"Estaba convencido de que se habían hecho antes tres o cuatro películas sobre el bombardeo, pero resulta que la mía iba a ser la primera, así que la responsabilidad era grande", contó Koldo Serra en Málaga.

"No es una película sobre ideologías. No es una película sobre rojos muy rojos, como ya dicen algunos, sino sobre las consecuencias universales de una guerra. Pero ya sabemos que nos caerán palos por todos los lados; va implícito en el proyecto", aseguró el director vasco. "El bombardeo se ha contado siempre con diversos sesgos ideológicos, pero esta no es una película para un bando o para otro", añadió Carlos Clavijo, productor de un filme de seis millones de euros, tres veces más que la producción española media.

"No es una película sobre rojos muy rojos, como ya dicen algunos"

"Todavía hay gente, en 2016, que asegura que el bombardeo fue casi sin querer", zanjó Serra.

Para acabar esta crónica en lo más alto, reproducimos el primer párrafo de la de George Steer, para los que aún creen que las casas de Guernica se desmoronaron por aluminosis...

"Guernica, la ciudad más antigua de los vascos y centro de sus tradiciones culturales, quedó completamente destruida en la tarde de ayer a consecuencia de ataques aéreos de los insurgentes. El bombardeo de esta ciudad desprovista de defensas, alejada de los frentes, duró tres horas y cuarto. Durante este tiempo, una poderosa flota de aeroplanos -consistente en tres tipos de aparatos alemanes: bombarderos Junkers y Heinkel y cazas Heinkel- no dejó de descargar sobre la ciudad bombas que pesaban hasta 1.000 libras [453,6 kilos] y, según se ha calculado, más de 3.000 proyectiles incendiarios de aluminio de dos libras [más de 900 gramos]. Los cazas, entre tanto, se lanzaban en picado sobre el centro de la ciudad para disparar, en vuelo rasante, sus ametralladoras contra aquellos civiles que habían buscado refugio en los campos".