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Bob Esponja, el sueño demencial de un biólogo marino
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la serie se estrenó el 1 de mayo de 1999

Bob Esponja, el sueño demencial de un biólogo marino

El creador de la serie, Stephen Hillenburg cumple 55 años, 38 más que el polífero sésil más absurdo e irreverente de la televisión, que sobrevive a su novena temporada

Foto: Stephen Hillenburg sujeta a su creación, Bob Esponja
Stephen Hillenburg sujeta a su creación, Bob Esponja

"Si las tonterías marinas son algo que te gusta: ¡BOB ESPONJA!", cantan a grito pelado un capitán y un coro de niños desgañitados en la canción original que presenta la serie de animación más absurda del mundo marino. Si te gustan los pantalones cuadrados, el canibalismo 'cangrejil' -¿qué es si no que un cangrejo sea dueño de una cadena de comida rápida especializada en hamburguesas de cangrejo?-, los psicotrópicos legales, los psicotrópicos catódicos, los psicotrópicos en general, el frenesí, el surrealismo, lo 'chanante', el humor idiota, la música de ukelele y las esponjas de cocina, 'Bob Esponja' es tu serie. Y, aunque no, 'Bob Esponja' sigue siendo LA serie.

Tema inicial de 'Bob Esponja'

¿Quién en su sano juicio, quién, vio el potencial cómico de un porífero sésil -un saco poroso cuyo concepto de fiesta es el inmovilismo y filtración de agua para conseguir alimento- con un caracol de mascota, una casa en una piña submarina, un vecino hexápodo, un trabajo no cualificado en la anteriormente mencionada cadena de comida rápida caníbal y una estrella de mar lela, desempleada y con sobrepeso como mejor amigo? ¿Quién consiguió que los popes encorbatados de una de las cadenas infantiles más importantes del mundo se rascasen el bolsillo para producir esta clase alternativa y lisérgica de Ciencias Naturales, que provoca casi el mismo fanatismo histérico en un niño de seis años y un adulto -algo 'peterpanesco', no lo vamos a negar-, de 'taytantos'? ¿Quién es el cerebro visionario y retorcido que ha parido esta serie con múltiples nominaciones a los Emmy, referente cuasi mítico de la cultura pop posmoderna y de la creatividad explosiva de una televisión sin complejos? Stephen Hillenburg es el hombre.

Han pasado 17 años, 3 meses y 20 días desde que saliese a la luz este digno heredero de la corriente de animación subversiva y demencial de 'Ren y Stimpy'

Uno cabría esperarse encontrar en Hillenburg un bigote erizado a lo Dalí o un ojo tuerto a lo Brauner, aunque con un parche pirata, que pega más con las piñas submarinas, o al menos alguna tara física representativa, pero el creador de Bob Esponja parece un tipo normal, salvo por las camisas hawaianas y el hecho elocuente de haber creado a Bob Esponja. Han pasado 17 años, 3 meses y 20 días desde que el metazoo pinacodermo de pantalones cuadrados y voz irritante pisase por primera vez en público el Crustáceo Crujiente como digno heredero de la corriente de animación subversiva y demencial de 'Ren y Stimpy'. Y también han pasado este domingo 55 años justos desde que Hillenburg usase por primera vez sus pulmones -que no branquias- en la base del Ejército de los Estados Unidos de Fort Sill, en Lawton (Oklahoma).

Extracto de un capítulo de 'Bob Esponja'

La culpa fue de Jacques Cousteau

Si tu madre es profesora y tu padre diseñador aeroespacial -participante de la misión Apolo- es difícil conseguir el beneplácito para enfocar tu carrera por la vía artística, así que Hillenburg optó por estudiar biología marina, empujado, eso sí, por una pasión infantil auspiciada por la pequeña pantalla, que en los años 60 emitía la serie de 'El mundo submarino' de Jacques Cousteau.

Veintipocos años, un puesto de profesor en el Instituto Marino de Orange County y parece que la vida está encarrilada para convertirse en un hombre de provecho en el campo científico. Todo en orden. Pero la voz aguda de Bob Esponja ya comienza a martillear las circunvoluciones cerebrales de Hillenburg, que empezó a diseñar 'The Intertidal Zone', un cómic didáctico protagonizado por criaturas marinas invertebradas de las mareas del sur de California. Con estrellas de mar, percebes y cangrejos y, en las labores de presentador, una esponja llamada Bob, que no era cuadrada ni llevaba pantalones ni era tan histérica pero que fue, inequívocamente, el germen primigenio.

"Trabajaba en el Instituto Marino y estaba más interesado en crear cosas, pintar y esculpir", ha contado el ex biólogo marino en más de una ocasión. En 1987 California vivía el 'boom' de los estudios de animación y Hillenburg, con 26 años, decidió llevar sus bocetos al Instituto del Arte y probar suerte. Sin experiencia ni en cine ni en animación. A pelo. Y cuando el director del programa de animación experimential, Jules Engle, hojeó 'The Intertidal Zone', le dijo: "Tu sitio está aquí".

"Trabajaba en el Instituto Marino y estaba más interesado en crear cosas, pintar y esculpir", ha contado el ex biólogo marino en más de una ocasión

Y de esos lodos surgieron un par de cortometrajes que ya apuntaban a un mundo perturbador e incómodo, mucho más oscuro y adulto que Fondo de Bikini. 'The Green Beret' (1992), primero: un trazo febril e indefinido, una trama surrealista de personajes deformes e hipertróficos, una voz aguda y lacerante. 'Wormholes', después: mismas características, más una mirada conceptual, un trampantojo cómico que juega con la presunción, con un humor retorcido y agudo. Un principio que necesitaría de más capas de color y de azúcar y una rebaja de pretenciosidad antes de resultar en el personaje emblema de Nickelodeon.

El corto 'The Green Beret' (1992), de Stephen Hillenburg

Y, como muchas cosas en la vida, el nacimiento de Bob Esponja fue una cadena de casualidades impredecibles: la selección de 'Wormholes' en un festival modesto en Ottawa (Canadá), un espectador -Joe Murray- que estaba trabajando en 'La vida moderna de Rocko' para una cadena infantil privada, un apretón de manos y la vida en el Instituto Marino se convertía oficialmente en pasado no retornable. El hallazgo involuntario de -otra vez- el cómic de 'The Intertidal Zone' por parte de Martin Olson -también guionista de la serie de Rocko- y un empujón para empezar a desarrollar un proyecto en el que se embarcarían posteriormente una serie de diseñadores, guionistas, dibujantes, productores y directivos de la Nickelodeon -seguramente enajenados- que dieron luz verde a 13 episodios de constantes gags sin sentido, humor visual extravagante y -aparentemente- idiota y ritmo espídico; el posmodernismo condensado en 24 minutos semanales y la versión de entretenimiento para-todos-los-públicos en su acepción más irreverente.

'Bob Esponja' ha sobrevivido sin que le tiemble el pulso transgrediendo etiquetas y haciendo equilibrios entre tipos de público diversos -e incluso opuestos-, sin llegar a caerse. También ha conseguido superar polémicas sobre la posible homosexualidad de sus protagonistas, a estudios que tildan la serie como contraproducente para el desarrollo infantil y a las críticas sobre el tratamiento que hace de temas adultos como el desempleo, los subsidios e, incluso, el suicidio, procedentes de asociaciones que enarbolan la bandera de la corrección política ante todo, sin llegar a defraudar a los paladares más ácidos.

'Bob Esponja' ha sobrevivido sin que le tiemble el pulso transgrediendo etiquetas y haciendo equilibrios entre tipos de público muy diferente

Una idea demencial salida de las sinapsis de un biólogo marino al que le dio por el cine experimental, que ha seguido a flote durante 17 años -nueve temporadas- como un islote en medio de una programación infantil excesivamente cándida y la animación de adultos más inclemente, como 'Padre de familia', 'Padre made in USA' o 'South Park'. En definitiva, puro oro catódico salido de una piña debajo del mar. ¡BOB ES-PON-JA!

"Si las tonterías marinas son algo que te gusta: ¡BOB ESPONJA!", cantan a grito pelado un capitán y un coro de niños desgañitados en la canción original que presenta la serie de animación más absurda del mundo marino. Si te gustan los pantalones cuadrados, el canibalismo 'cangrejil' -¿qué es si no que un cangrejo sea dueño de una cadena de comida rápida especializada en hamburguesas de cangrejo?-, los psicotrópicos legales, los psicotrópicos catódicos, los psicotrópicos en general, el frenesí, el surrealismo, lo 'chanante', el humor idiota, la música de ukelele y las esponjas de cocina, 'Bob Esponja' es tu serie. Y, aunque no, 'Bob Esponja' sigue siendo LA serie.

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