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Rock en tierra de zamburiñas: el Noroeste revoluciona el concepto de festival
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30 aniversario

Rock en tierra de zamburiñas: el Noroeste revoluciona el concepto de festival

Ocean Colour Scene el viernes y los británicos Editors el sábado supusieron el colofón final para cumplir las expectativas de los casi 20.000 asistentes a la Playa de Riazor

Foto: Freedonia en el festival Noroeste | Concello da Coruña
Freedonia en el festival Noroeste | Concello da Coruña

El Festival Noroeste-Estrella Galicia cerró anoche su 30 aniversario como una auténtica revolución en el universo festivalero. Ni entradas a precios desorbitados -lo nunca visto: gratis nueve escenarios, más de 100 horas de música, un cartel de lujo y 60 bandas-, ni toneladas de basura -olé ahí el trabajo de los servicios secretos de limpieza-, ni aglomeraciones o exceso de aforo. La crisis que vive el negocio de los festivales (con varias cancelaciones, rumores y polémicas este año), no afecta a A Coruña, que se ha consolidado como referente del buen hacer musical.

La valiente apuesta del Concello ha llevado casi todos los géneros -pop, rock, folk, metal, punk, electrónica, flamenco- al interior urbano del casco viejo y ha tomado plazas, iglesias, castillos y museos para conquistar a un público con ganas de dejarse sorprender y bailar como si no hubiera mañana. En el Noroeste hemos encontrado padres con niños de diez kilos en los hombros bailando al lado de 'hipsters' gafapastas, poperos, rockeros tatuados, bebés con gigantescos auriculares protectores, 'groupies' en primera fila y abuelos de manos agrietadas y rostros quemados por viento y sal que observaban con curiosidad la psicodelia folk del grupo Melange, tronando al lado de un convento de clausura, por ejemplo. Aplauso lento. Eso no tiene precio ni se puede explicar.

“Lo que diferencia a este festival es la fusión de música y arquitecturas urbanas, con el uso de lugares patrimoniales y espacios singulares de la ciudad de A Coruña. Tenemos ocho localizaciones urbanas de conciertos simultáneos, una jornada familiar y rural el domingo y el colofón de los cabeza de cartel en la Playa de Riazor”, describe José Manuel Sande, concejal de Culturas, Deporte y Conocimiento del Concello da Coruña y responsable artístico del festival.

Del órgano Hammond al multi-instrumento

Lo que originalmente era una programación de dos días de conciertos en la playa -por la que han pasado grupos como Nacha Pop, The Cure, Ariel Rot, Suede o Iván Ferreiro en ediciones anteriores-, desde 2015 ha evolucionado hacia un 'happening' de seis días non stop, del 2 al 7 de agosto. Algunos de los escenarios más pintorescos del festival son el Castillo de San Antón (cuyas piedras albergaron el 'country' alternativo y ochentero de Howe Gelb y el folk británico de quien fuera líder de Slowdive y Mojave 3, Neil Halstead), la Plaza de las Bárbaras, la Iglesia de las Capuchinas o la Plaza de San Nicolás, rodeada de galerías y balcones acristalados con vidrios a prueba del garage y hard rock de Sex Museum, las canalladas roqueras de Lagartija Nick y el 'power pop'alternativo de Tachenko, entre otras bandas.

Mención aparte merece el multi-instrumentista y compositor toledano Julián Maeso, que sigue transportando estoicamente los 200 kilos de su órgano Hammond allá donde va y Coruña no podía ser menos. Temas como ‘Get ready, Get stronger’, ‘I Must Have Been Dreaming’ o ‘Little by Little’ consiguieron que el veneno del 'funk', el rock y el 'country' arrebatara al público, fascinado con la entrega de la banda. Poco faltó para que Maeso saltara a los brazos de los asistentes desde el escenario. Poco faltó.

Julián Maeso en el festival Noroeste | Tutanpancho

Otros espacios insólitos para albergar conciertos fueron el patio de la Casa Museo Casares Quiroga, donde el cantautor César de Centi dio un recital intimista para un público reducido, o la Fundación Luis Seoane, donde CaboSanRoque volvió a sorprender con su apuesta vanguardista que combina la filosofía 'DIY'con música experimental. El dúo barcelonés -inventores de la máquina sonora "Seis tristes truenos"- llegó al Festival Noroeste cargado de maletas llenas de cachivaches como una máquina de escribir, botes vacíos de insecticida, clavijas, muelles, y piezas indescriptibles de hojalata que ellos dan vida y convierten en irreverentes instrumentos a los que acompañar con guitarra, teclado y saxo.

Además de estos conciertos urbanos nocturnos, el Noreste incluyó este año en su programación el llamado 'Mercado de la Cosecha'

Además de estos conciertos urbanos nocturnos, el Noreste incluyó este año en su programación el llamado 'Mercado de la Cosecha', que se celebró el domingo en el Paseo das Pontes. Se trata de una propuesta para disfrutar en familia con conciertos diurnos, actividades de ocio rurales como talleres de ordeñado y cultivo ecológico para los niños y catas y presentación de productores artesanales gallegos para mayores.

Del campo al mar

Las dos últimas noches de Festival, el mar Atlántico y la arena áspera de la Playa deRiazor acogieron conciertos electrizantes como el de Triángulo de Amor Bizarro el viernes, con su 'post-punk-neo-psico-noise-rock' (si todo esto es posible... por no dejarnos nada) y la aplastante seguridad de una banda que toca en casa. El grupo coruñés contaba con los coros del público paisano entregado a grandes himnos como 'El fantasma de la Transición',que tejieron con temas de su último disco, 'Salve discordia'.

"Hace años estábamos ahí abajo, en la arena, viendo conciertos como vosotros. No sabéis lo que significa para nosotros poder tocar hoy aquí arriba", contaba Isa Cea desde el escenario. La orgía de sonidos oscuros y envolventes de TAB pilló al público con el pie cambiado para recibir después a los Ocean Colour Scene, banda 'britpop' icono de los 90 que arrancó con su propia versión del 'Day Tripper'de los Beatles para celebrar sus dos décadas de éxitos.

Ocean Colour Scene el viernes y los Editors el sábado suponían el colofón final para cumplir las expectativas de los casi 20.000 asistentes a la Playa de Riazor

Si por algo ha destacado esta 30 edición del Noroeste Estrella Galicia ha sido por su órdago en la selección de dos pesos pesados como cabezas de cartel que además han dado en A Coruña los únicos conciertos gratuitos dentro de sus giras. Ocean Colour Scene el viernes y los británicos Editors el sábado suponían el colofón final para cumplir las expectativas de los casi 20.000 asistentes a la Playa de Riazor. No defraudaron.

Editors en el festival Noroeste | Tutanpancho

Freedonia consiguió que el sábado se batiera la arena con los saltos del público hipnotizado por el chorro de voz y el power de Maika Sitte. Canciones rotas por los aplausos y gritos espontáneos ante su virtuosismo vocal; mandíbulas desencajadas al escuchar los solos de cada componente de la 'big band', eléctricos y vibrantes.

Para aumentar el 'hype' sólo faltaban Editors en el escenario, que poco a poco fueron entrando en calor -ellos no habían estado saltando y brincando con Freedonia previamente- hasta convertir la Playa deRiazor en un macro-músculo vocal formado por los asistentes coreando juntos 'Munich'o 'Papillon'. Por una vez se veían menos 'smartphones' alzados que manos arriba señalando a la banda capitaneada por Tom Smith. Éste sólo acertaba a decir en castellano "Gracias, muchas gracias". Pero le brillaban los ojos cuando los abría... Sin duda, merecíala pena ver aquello.

El Festival Noroeste-Estrella Galicia cerró anoche su 30 aniversario como una auténtica revolución en el universo festivalero. Ni entradas a precios desorbitados -lo nunca visto: gratis nueve escenarios, más de 100 horas de música, un cartel de lujo y 60 bandas-, ni toneladas de basura -olé ahí el trabajo de los servicios secretos de limpieza-, ni aglomeraciones o exceso de aforo. La crisis que vive el negocio de los festivales (con varias cancelaciones, rumores y polémicas este año), no afecta a A Coruña, que se ha consolidado como referente del buen hacer musical.

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