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Blair, Johnson y Trump. Malvados de Shakespeare para el siglo XXI
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Blair, Johnson y Trump. Malvados de Shakespeare para el siglo XXI

Otelo, Ricardo III, Macbeth o Hamlet. Steven Berkoff repasa a los villanos más malvados del teatro en 'Shakespeare's villains' en el Corral de Comedias de Almagro

Foto: Steven Berkoff en Almagro (Efe)
Steven Berkoff en Almagro (Efe)

Los villanos han acompañado siempre a Steven Berkoff. Ha sido el general Orlov que intentaba plantarle cara a James Bond en 'Octopussy'; el teniente coronel Podovsky frente a Rambo; el policía encargado de hacer hablar al protagonista de 'La naranja mecánica' con todos los métodos de tortura a su alcance o Lord Ludd otro de los filmes de Stanley Kubrick, 'Barry Lyndon'. Tampoco abandonó el mal como el abogado de 'Millenium: La chica del tatuaje del dragón' ni dando vida al gánster Reginald Shaw 'The Tourist'. Y no podía, claro está, Hitler, al que interpretó en la miniserie 'War and Remembrance'.

Por eso no es de extrañar que el actor, dramaturgo y director inglés haya caído en las fascinantes garras de los mayores villanos del teatro de todos los tiempos. Los perfilados por Shakespeare: Otelo, Yago, Ricardo III, Macbeth, Hamlet o Coriolano. A todos ellos da vida en 'Shakespeare's Villans', que llevó anoche al Corral de Comedias dentro del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro.

Hace 15 años Berkoff estrenó esta obra que ha ido modificándose a base de improvisación y a lo largo del tiempo. Quería, explicó, trabajar solo sobre el escenario, como un concertista de piano. Fue recapitulando parlamentos de obras en las que había trabajado cuando se dio cuenta de que, de forma inconsciente, estaba escogiendo a todos los villanos. Así nació este espectáculo gracias al cual ha podido analizar que los malos de Shakespeare tienen muchas conexiones entre ellos. Es el desamor en cualquiera de sus formas lo que impulsa su maldad.

El actor, dramaturgo y director británico, Steven Berkoff (Efe)Le pasa, por ejemplo, a Otelo con Desdémona, a Ricardo III -"ya que no puedo ser un amante, estoy determinado en que quiero ser un villano", recitó el actor- e incluso al villano "menos evidente', Hamlet. "No es un villano pero sus acciones van sembrando el horror. Es un asesino en serie", explicó. "Tras mucho leer, me he dado cuenta de que Hamlet es un hombre enamorado y obsesionado con la muerte". Lo mismo ocurre con Coriolano: "Sadam Husein o Gadafi serían unos pequeños Corolianos que solo creen en la fuerza y no tienen flexibilidad". "Todos tienen cierta pena por no ser queridos. También encontré fascinante lo que Shakespeare hace como ningún otro, que es que supo darle una justificación a sus crímenes", analizó.

Los villanos hoy están en política

Berkoff se quejó ayer de que los nuevos escritores están tan preocupados por sí mismos que ya no paren buenos villanos y buenos héroes. "¿Por qué no hay unos grandes y poderosos villanos en el teatro actual? Porque la lente de Shakespeare reflejaba su momento y hoy los escritores no están enfocados en el mundo exterior sino en el interior, en el personal. Escriben sobre ellos mismos, sus neurosis, ansiedades y traiciones, pero les falta parte de heroicidad", afirmó.

Frente a ellos, los autores clásicos eran capaces de "expresar lo más vital de su alma" y Shakespeare, en concreto, tenía muy claro que para hacer a un gran héroe había también que crear a un gran malvado. Pero los nuevos dramaturgos "son unos blandos". "No hay carne. Solo quieren escribir frases graciosas para conseguir risas. Viven en un lugar cómodo con el objetivo de atraer a un público burgués", aseguró.

Esto no pasa en la vida real, donde por todos lados se encuentran los villanos de hoy en día. Los mejores paralelismos los estableció Berkoff con la política internacional. "Donald Trump sería un perfecto Macbeth, siempre quejándose, siempre queriendo más poder, siempre con el miedo de que otros tengan poder y queriendo destruir la reputación de cualquiera, del mismo modo que Macbeth", aseguró.

También hay relación entre los villanos shakesperianos y la realidad de su país, especialmente tras el Brexit, que definió como "la reciente locura de Inglaterra". "Creo que hay una conexión. A Shakespeare le fascinó la naturaleza de la traición y la traición tuvo mucho que ver en esta votación. Los candidatos principales podrían ser unos buenos yagos. Michael Gove hizo grandes declaraciones para que el Brexit saliera adelante y se postuló para ser primer ministro. Se parece a Yago [de 'Otelo'], tiene la mirada turbia y es un traidor que ha apuñalado a Cameron por la espalda. Pero no satisfecho con esa sangre, también apuñaló a Boris Johnson", aseguró.

Johnson, prosiguió, se parece más a Falstaff, de 'Enrique IV', porque es "un hombre robusto y pomposo que está enamorado de sus propias palabras, pero que acaba al final del día fuera". Tony Blair podría ser otro de los malos perfilados por el dramaturgo inglés, y más a la luz de las últimas conclusiones del informe Chilcot. Sería, afirmó el actor, Oberón, de 'El sueño de una noche de verano'. Lo único bueno de esto, zanjó, es que los villanos reales les pasa lo mismo que los del teatro. También tienen un final trágico "porque tienen una vida tan negativa que no pueden absorber los beneficios de una manera iluminada de pensar, por lo que solo pueden continuar siendo más y más negativos y, finalmente, mueren".

Los villanos han acompañado siempre a Steven Berkoff. Ha sido el general Orlov que intentaba plantarle cara a James Bond en 'Octopussy'; el teniente coronel Podovsky frente a Rambo; el policía encargado de hacer hablar al protagonista de 'La naranja mecánica' con todos los métodos de tortura a su alcance o Lord Ludd otro de los filmes de Stanley Kubrick, 'Barry Lyndon'. Tampoco abandonó el mal como el abogado de 'Millenium: La chica del tatuaje del dragón' ni dando vida al gánster Reginald Shaw 'The Tourist'. Y no podía, claro está, Hitler, al que interpretó en la miniserie 'War and Remembrance'.

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