Es noticia
Dinero gratis, groupies de Losantos y "sexo con mi mujer": la otra cara de la Feria
  1. Cultura
este viernes se inaugura en el retiro

Dinero gratis, groupies de Losantos y "sexo con mi mujer": la otra cara de la Feria

Escritores, editores, libreros y trabajadores del gran evento literario nos cuentan las anécdotas más absurdas vividas nunca en la madrileña Feria del Libro

Foto: Al sol en la Feria (EFE)
Al sol en la Feria (EFE)

Casetas que venden libros, autores que firman ejemplares, familias que vienen al Retiro a pasar el día y compran algo… y a correr. Sí, hablamos de la Feria del Libro de Madrid, que arranca este viernes, un evento cultural tan exitoso como inmutable. “¿Por qué cambiar algo que funciona?”, suelen comentar sus organizadores de tanto en cuando.

Ahora bien, tras consultar a un puñadode escritores, editores, libreros y trabajadores de la Feria del Libro, uno concluye que inmutable no tiene por qué ser sinónimo de previsible, y que hasta en los ambientes culturales más inalterables, reglados y austriacos, pueden ocurrir disparates...

[Los 15 libros de la Feria que hay que leer]

Al fin y al cabo, en la feria trabajan personas, y las personas tienen una tendencia irrefrenable a la tragicomedia…. He aquí una recopilación de anécdotas extrañas, pintorescas o sencillamente descacharrantes ocurridas en los últimos años en la madre de todos los eventos editoriales castizos. ¡Viva el libro! ¡Viva el delirio!

Autores sedientos y editores desmadrados

Juan Soto Ivars (escritor y periodista): Las barras con terraza que hay como islotes en medio del recorrido son peligrosas. El calor de laferiaprovoca mucho gasto en cerveza. En una de esas terrazas he firmado el contrato editorial más loco de mi vida: un tío me propuso escribir un libro para una editorial que iba a montar, yo no tenía trabajo y le pregunté por la pasta, me dijo que 2.000 euros de anticipo, le dije que sí, me pidió el número de cuenta, me buscó al día siguiente, me trajo un contrato, firmé, recibí la pasta y no he vuelto a saber de él. El libro no lo escribí. Ha sido el mejor negocio editorial de mi vida.

Me trajo un contrato, firmé, recibí la pasta y no he vuelto a saber de él. El libro no lo escribí. Ha sido el mejor negocio editorial de mi vida

DesiréeRubio(prensa del Grupo Planeta): Allá por 2005 o 2006, cuando mi vida era Lengua de Trapo, daba igual qué autor firmaba qué día, todos dedicaban los libros de todos en firmas donde no había cola.RafaReig, IbanZaldua, Juan AparicioBelmonte, Alberto Olmos, todos eran la encarnación de todos los autores que habíamos publicado, eso sí, másalcoholizados, si cabe....

Juan SotoIvars: Una vez me lancé borracho encima deJorgeHerralde[editor de Anagrama] y le dije que me encantaba su editorial, Alfaguara….

Desirée Rubio:En Península, cuando aún nos acompañaba Manuel Fernández-Cuesta, lo más disparatado que nos planteamos fue traer en una avioneta privada a Emir Kusturica para que firmara en laferiaen una jaima. Se nos desvaneció rápidamente la idea en un estallido sentimental y económico, claro...

Tanganaen lacaseta

Dani Moreno(editor de Capitán Swing): El perro deLucía Etxebarríaentróuna vez en nuestra caseta (ella firmaba en la de al lado), nos robólas magdalenas y nos dejó un regalito en forma de figurita de barro...

Rafael Díaz Santander (editor deValdemar): Hace ya unos años, estaba firmando en nuestra casetaPilar Pedraza. Uno de nuestros caseteros, aficionado a las artes mágicas y lector de cartas de tarot, estaba también allí en ese momento. De pronto se acercó un tipo muy grande, y de forma inesperada empezó a coger libros y a arrojárselos a nuestro casetero ocultista como si fuera un monigote de feria, exclamando a la vez de forma repetida: "Te puedes tirar a mi mujer, pero no le leas las cartas". Había dos chicas góticas que se apartaron un poco, pero recuerdo que comentaron: "Esto sólo pasa en la caseta de Valdemar"...

Te puedes tirar a mi mujer, pero no le leas las cartas

Juan Soto Ivars: He visto a dos tíos llegar a las manos por una cuestión de matices sobre un libro deHerta Müller. Luego descubrí que lo hacían a posta, que les gustaba dar el espectáculo, pero las yoyas sonaban a hostia divina.

Fernando Sánchez Dragó: Una señora de buen ver se plantó ante mi -yo en la caseta-, me cubrió de elogios, dijo que yo era el nuevoLope de Vegae, inclinándose por encima de las pilas de libros, me besó apasionadamente en la boca. Lo sorprendente era que su marido estaba detrás de ella, a medio metro, y me dio a entender que procediese. Lo hice, claro. La discreción me obliga a correr un velo sobre lo que sucedió después...

Ídolos de masas

Fernando Sánchez Dragó: En la misma caseta, aquel día, firmaban Federico Jiménez Losantos y César Vidal ante una serpenteante cola de señoras (las "federicas", decían) que agitaban banderas rojigualdas y daban vivas a España.

Losantos y Vidal firmaban ante una cola de señoras (las "federicas", decían) que agitaban banderas rojigualdas y daban vivas a España

Desirée Rubio:Ya en Temas de Hoy, en 2014, aluciné extrañada cuando una cola multitudinaria esperaba a un joven tímido llamado Rubén Doblas, conocido como Elrubius. El fenómeno libro-youtuber ya había empezado.

Lorenzo Silva: Una tarde se presenta en la caseta un hombre que dice tener todos mis libros. Por aquel entonces ya llevaba unos 30 publicados. Le digo, irónico, que todos, lo que se dice todos, no serán... Alza del suelo dos bolsas y me pone 30 libros en el mostrador. "Cuando digo todos, quiero decir todos", me espeta, "y me gustaría que me los firmara".Una petición inapelable. La atendí.

A vida o muerte

Sergi Bellever (escritor, editor y librero): Aparte de la cura de humildad que supone para cualquier escritor trabajar al otro lado del mostrador y conocer cómo funcionan de verdad las cosas con los libros, tras cuatro ferias supongo que he tenido muchos momentos cómicos y estrafalarios parecidos a los de otros compañeros editores y libreros. Sin embargo, recordaré siempre a una joven lectora, una chica de salud visiblemente frágil que en los dos primeros años vino casi a diario a contemplar todos los libros de la caseta con una avidez increíble en la mirada. Hacía sus cálculos mentales sobre qué libro podría llevarse al fin y si le alcanzaría el presupuesto o a qué joya debería renunciar. Transmitía tal pasión por la lectura que nos hemos prometido hacerle un regalazo si regresa este año. Ojalá lo haga...

Ofelia Grande(editora de Siruela): El gran clásico de todas las ferias son las personas que vienen a preguntar si van a estar firmando autores fallecidos... algunos hace décadas. Siempre pasa...

Juan Soto Ivars: Trabajando en una caseta me pasaban más cosas. La más bonita que recuerdo es un poco larga de contar, pero básicamente: una mujer flaca y pequeña, con pinta de tener muchos menos años de los que aparentaba, venía todos los días. Se hacía laferiaarriba y abajo. Solía conversar, sabía mucho de literatura, compraba buenos libros y compraba a diario, si no en mi puesto en otro y me enseñaba su botín. Hicimos confianza y me dijo que compraba tantos libros porque tenía una enfermedad horrenda que le impedía dormir, así que leía. Leía uno o dos libros por noche. Dijo que se iba a morir pronto y que había perdido demasiado tiempo trabajando. Le regalé mi novela 'Siberia'al día siguiente. Al día siguiente vino, con la novela leída, y estuvimos hablando una hora. No es disparatada ni descacharrante pero es de las cosas más bellas que recuerdo de laferia.

Casetas que venden libros, autores que firman ejemplares, familias que vienen al Retiro a pasar el día y compran algo… y a correr. Sí, hablamos de la Feria del Libro de Madrid, que arranca este viernes, un evento cultural tan exitoso como inmutable. “¿Por qué cambiar algo que funciona?”, suelen comentar sus organizadores de tanto en cuando.

Libros