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La monja que reparte un millón de hostias... en Cuba
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La monja que reparte un millón de hostias... en Cuba

El director David Moncasi analiza las claves de su documental sobre las monjas que fabrican y distribuyen las obleas en la isla

Foto: Imagen del documental
Imagen del documental

Quien pesara que ya se habían contado todas las historias posibles sobre la Cuba socialista, se equivocó…He aquí las tribulaciones de trece monjas de clausura de La Habana dedicadas a una tarea tan poca típica del castrismo revolucionario como la fabricación y distribución de hostias. Cosas veredes, sí.

David Moncasi (Lleida, 1966) ha dirigido una de las cintas más pintorescas de la sección oficial de documentales del Festival de Málaga: 'Un millón de hostias'. El periodista y cineasta, autor de una treintena de reportajes en TVE, Canal + y Cuatro, sigue los pasos de mujeres como Teresa María de la Virgen de la Caridad (apellido barroco donde los haya), de 90 años, que entró en el convento 14 años antes de que Fidel y el Che entraran triunfantes en La Habana (1959), y que amenaza con sobrevivir incluso al inmortal líder de la revolución.

“Hace 5 años, paseando por el barrio de El Vedado en La Habana, topé con un edificio inmenso que llamaba la atención. Pregunté a los vecinos y me dijeron que era un convento de clausura. A partir de ahí se activaron mis preguntas: ¿monjas de clausura? ¿En Cuba? ¿Cómo y de que viven?. Las visité y salí del convento con la idea de que tenía que intentar contar esa historia. Las monjas me dijeron que no era el momento.Tardaron 5 años en responder que si”, cuenta Moncasi en esta entrevista.

Tráier del filme

PREGUNTA. ¿Ser monja de clausura en Cuba es una gran extravagancia o una pequeña heroicidad?

RESPUESTA. Es una anécdota. En Cuba no hay vocaciones y el convento ha tenido que "importar" un grupo de monjas mexicanas para poder sobrevivir cómo tal.
De hecho una de las razones por la que las Hermanas aceptaron que las filmáramos era para dar a conocer de su existencia. Pensaron que su testimonio en el documental podría ayudar a que surgieran vocaciones en la isla.

P. Una de las monjas cuenta que firmaron un contrato con el gobierno para fabricar las hostias. “Unos señores muy amables del gobierno nos traían la harina”, dice. ¿Qué tipo de contrato era ese? ¿Funcionan a modo de cooperativa? ¿No puso reparos el castrismo o eran conscientes de que había una demanda por cubrir?

En Cuba no hay vocaciones y el convento ha tenido que 'importar' un grupo de monjas mexicanas para poder sobrevivir cómo tal


R. No puedo contestarte mucho sobre esto. Las monjas me contaron que el gobierno les facilita la materia prima gratis o así lo ha hecho hasta ahora. Entenderán, digo yo, que fabricando hostias las monjas prestan un servicio que cubre necesidades de una parte de sus ciudadanos.

P. ¿Cómo calificarías las relaciones entre religión y castrismo?

R. Tras años de desencuentros, ahora parece que hay tolerancia y hasta cercanía entre la iglesia católica y el gobierno cubano. La visita del Papa Francisco a la isla con la presencia de Raúl Castro en la misa de la Plaza de la Revolución, o las gestiones que ha realizado el mismo Papa para normalizar las relaciones entre los USA y Cuba, así lo atestíguan.

A mi lo que más me ha llamado la atención es la peculiaridad de la iglesia católica en Cuba, con ese sincretismo entre la religión yoruba (santería) y el catolicismo. Los principales santos católicos tienen su equivalente "santero" al que la gente va a pedir las cosas más disparatadas.

P. Sales del convento para mostrar familias viendo los telediarios oficialistas... con no poca guasa. Siempre salen “Maradona y Fidel”, dicen. ¿Ese escepticismo es generalizado?

Los principales santos católicos tienen su equivalente 'santero' al que la gente va a pedir las cosas más disparatadas

R. Sí. Escepticismo generalizado sobre todo entre las generaciones más jóvenes. Pero también he detectado este último año mucha esperanza en que los cambios sean reales y profundos. Creo que el viaje que ha iniciado la isla es irreversible por muchos palos que se pongan a las ruedas.

P. ¿Que te ha enseñado la realización del documental sobre la sociedad cubana actual?

R. He quedado fascinado por la forma de ser del cubano, por cómo se toma la vida y por cómo se ríe de su realidad diaria. He visto, como la gente quiere cambiar y que ese cambio es imparable con las nuevas tecnologías. Los jóvenes quieren su internet y poder tener su facebook, wasap y todo lo que tienen a pocas millas de su isla. Eso está haciendo más por el cambio que cualquier oposición al régimen.

Quien pesara que ya se habían contado todas las historias posibles sobre la Cuba socialista, se equivocó…He aquí las tribulaciones de trece monjas de clausura de La Habana dedicadas a una tarea tan poca típica del castrismo revolucionario como la fabricación y distribución de hostias. Cosas veredes, sí.

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