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¿Cómo Shakespeare se convirtió en Shakespeare? El enigma
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IV centenario de la muerte de Shakespeare y cervantes

¿Cómo Shakespeare se convirtió en Shakespeare? El enigma

Nadie funde con semejante brillantez historia, literatura y misterio. Stephen Greenblatt publica en España su esencial biografía sobre el bardo de Avon

Foto: William Shakespeare (Ilustración: Enrique Villarino)
William Shakespeare (Ilustración: Enrique Villarino)

Stephen Greenblatt (Boston, 1943) es el autor de 'El giro', y esa es una carta de presentación intimidante. En aquel libro que ganó en 2011 el Pulitzer y el National Book Award, el investigador y crítico literario estadounidense revelaba la increíble historia de cómo un manuscrito de la Antigüedad, olvidado y reencontrado en los albores del Renacimiento -el 'De Rerum Natura', de Lucrecio-, transformó el mundo moderno. 'El giro' es uno de los mejores títulos de historia, crítica literaria y adictivo misterio publicados en los últimos años.

Pero la brillantez de Greenblatt ya se había puesto a prueba en un ensayo anterior sobre el escritor al que dedicó en origen su carrera académica y en el que es considerado uno de los mayores expertos mundiales. 'El espejo de un hombre. Vida, obra y época de William Shakespeare' (Debolsillo, 2016) llega al fin, 10 años después de su edición inglesa, a las librerías españolas coincidiendo con el IV centenario de la muerte del bardo de Avon.

"Shakespeare es uno de esos grandes enigmas, como Dante, como Cervantes, como Mozart, Joyce o Picasso, de los que reuniremos todo el material biográfico a nuestro alcance sin que el misterio se aclare. Al contrario: se hace más profundo. Es el misterio de la creatividad humana", explica Greenblatt a El Confidencial.

Y el misterio dice así...

¿Cómo Shakespeare se convirtió en Shakespeare?

Un joven de una pequeña ciudad de provincias -sin fortuna, sin educación, sin contactos- llega a Londres a finales de 1580 y en apenas unos años se convierte en el mayor dramaturgo de todos los tiempos. Cautiva a los cultos y a los analfabetos, a urbanitas y provincianos, hace de la política poesía y "combina arriesgadamente la payasada vulgar y la sutileza filosófica". ¿Cómo es capaz de hacer llorar y reír a públicos tan diferentes? ¿Cómo penetra con idéntica sabiduría en la vida privada de los reyes y en la de los mendigos? ¿Cómo Shakespeare se convirtió en Shakespeare?

La primera respuesta la brinda el lenguaje. Según Greenblatt, "Shakespeare parece haberse obsesionado por los infinitos recursos del lenguaje. Sus palabras están misteriosamente vivas. En el siglo XVIII, el gran crítico neoclásico Samuel Johnson lamentaba semejante calidad, diciendo que Shakespeare no pudo resistirse a jugar con las palabras, incluso cuando no era apropiado hacerlo. Pero para los lectores y el público moderno, esa es una de las fuentes de su poder ilimitado".

Un joven de una pequeña ciudad de provincias llega a Londres a fines de 1580 y en pocos años se convierte en el mayor dramaturgo de todos los tiempos

El biógrafo imagina a Shakespeare fascinado por el lenguaje desde su infancia, obsesionado por la magia de las palabras, y persigue la pista de esa obsesión desde sus primeros escritos. En piezas de juventud como 'La comedia de las equivocaciones', 'Los dos hidalgos de Verona' o 'Trabajos de amor perdidos', descubrimos a un creador que oye cosas que otros no oyen, establece asociaciones que nadie es capaz de establecer y lo inunda todo de un placer único. En sus páginas, las liebres acosadas por los cazadores tiemblan "mojadas de rocío", la tinta "tiñe al tintorero" como su oficio le tiñe el nombre y un príncipe relata que su pobre compañero posee únicamente dos pares de medias, uno de ellos color melocotón.

Pero el amor a las palabras no era condición suficiente de éxito. Hacía falta una sociedad que lo recompensara...

El mejor momento

"La lengua inglesa comienza a asentarse con seguridad justamente en la Inglaterra isabelina", aclara Greenblatt. "Los ingleses se habían sentido durante mucho tiempo inseguros sobre su lengua, conscientes de sus limitaciones en relación al latín y a la expansión de las otras lenguas vernáculas europeas. Y es ahora cuando desarrollan todos sus recursos. Sin embargo, es importante no poner todo el énfasis en el lenguaje. La razón por la que Shakespeare se alza como un artista global traducido a más de 100 idiomas, tiene aún más que ver con el poder de la imaginación, que no está en absoluto limitada por la lengua materna".

La razón por la que Shakespeare es un artista global tiene más que ver con el poder de la imaginación, que no está limitada por la lengua

Lamentablemente, en aquellos tiempos ni siquiera las celebridades literarias (y Shakespeare lo fue ya en vida) merecían la atención de los biógrafos. A nadie se le ocurrió entonces recoger los datos disponibles de aquel que unos años después de su muerte ya brillaba con el título de 'Estrella de los poetas' y 'Maravilla del teatro'. Con todo, sabemos más de Shakespeare que de la mayoría de los autores de su tiempo, después de siglos en que los académicos han agotado toda clase de archivos y registros. Aún se anuncian descubrimientos, pero quedan también algunas lagunas y no pocos desconciertos.

Lagunas y desconciertos

Uno de los descubrimientos recientes más interesantes, según relata Stephen Greenblatt, es un diccionario isabelino -el 'Alvearie de Baret'- descubierto por George Koppelman y Danaiel Wechsler y cuyas anotaciones estarían hechas por la mano de Shakespeare. "Me reservo el juicio sobre esta afirmación, pero creo que tanto el diccionario como el uso al que se dedicó en aquel periodo, como evidencian las anotaciones, son esclarecedores si se demuestra que es la propia copia de Shakespeare".

– ¿Y qué misterios le quitan a usted el sueño todavía?

– Estoy profundamente desconcertado por las creencias religiosas de Shakespeare. Tengo pocas dudas de que se comportó, en su vida diaria, como un convencional inglés protestante -de no hacerlo así, seguramente habría tenido problemas-, pero lo que en realidad pensaba y sentía, sigue sin saberse.

Este 2016 en el que se conmemora el IV centenario de su muerte, los destinos de Shakespeare y Cervantes vuelven a fundirse. No solo los marcos temporales de sus vidas sino también sus obras parecen extrañamente unidas. ¿Qué inventaron exactamente juntos? ¿La imaginación moderna, tal vez? "Tanto Cervantes como Shakespeare", concluye Greenblatt, "comparten una capacidad extraordinaria, una habilidad para desplegarse a través de un vasto campo de miedos y deseos humanos. La razón por la que son conocidos y queridos en todo el mundo depende de la amplitud de esa comprensión y simpatía".

Stephen Greenblatt (Boston, 1943) es el autor de 'El giro', y esa es una carta de presentación intimidante. En aquel libro que ganó en 2011 el Pulitzer y el National Book Award, el investigador y crítico literario estadounidense revelaba la increíble historia de cómo un manuscrito de la Antigüedad, olvidado y reencontrado en los albores del Renacimiento -el 'De Rerum Natura', de Lucrecio-, transformó el mundo moderno. 'El giro' es uno de los mejores títulos de historia, crítica literaria y adictivo misterio publicados en los últimos años.

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