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Cine español: preparando el futuro
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Cine español: preparando el futuro

En los próximos meses se van a celebrar innumerables reuniones, congresos, simposios… para analizar al enfermito cine español. El Grupo Furtivos ofrece soluciones reales

Foto: Latas de película en la nueva sede de Filmoteca Española
Latas de película en la nueva sede de Filmoteca Española

Recientemente se han celebrado dos debates alrededor del cine español que han merecido nuestra atención.

En ambos se ha discutido el estado actual del cine español, su pasado, presente y futuro. El primero de ellos fue una pretendida continuación a las Conversaciones de Salamanca de 1955; el segundo y más reciente, celebrado en la Escuela de Cine de Madrid, ha sido promovido y emitido al público por RNE 5, siempre interesada en los avatares de nuestro cine.

En 'Las Conversaciones de Salamanca 2016' volvieron a recordarnos la polisémica frase de Juan Antonio Bardem, de adjetivos y adverbios intercambiables: “El cine español es políticamente ineficaz, socialmente falso, intelectualmente ínfimo, estéticamente nulo e industrialmente raquítico". Los debates, con más de cien representantes de la industria del cine español pero entre los que no estuvieron presentes actores, distribuidores ni celebridades, no dieron mucho de sí. En estas conversaciones, que fueron muy participativas, se denunció el nulo interés del Gobierno de la nación por nuestro cine y por ende su falta de apoyo a la industria cinematográfica. Pero no originaron siquiera un eslogan brillante.

En estas conversaciones se denunció el nulo interés del Gobierno de la nación por nuestro cine. Pero no originaron siquiera un eslogan brillante

No resultó más interesante el programa que protagonizaron los cineastas en Radio 5 y que acogió en sus 100 minutos a la Directora General de Cinematografía, a tres productores y a un director-productor, la mayoría de ellos nombres conocidos de nuestra cinematografía y muy activos. El debate era imposible, dado que los intervinientes se limitaron a procurar quedar bien con la Directora General y las televisiones privadas que financian sus películas. Sólo de entre el público salió una voz discrepante, la de un productor que vive la realidad del cine español y que se asombró ante el cuento de hadas que la funcionaria pública y demás intervinientes nos pretendía vender.

Era Carlos Taillefer, no sólo productor, sino técnico en muchas películas, guionista, director… y que no es del equipo de ‘Furtivos’. El moderador del programa negó una segunda intervención al productor discrepante por haber manifestado en su intervención inicial su sorpresa ante el optimismo que mostraban los protagonistas del debate, el cinismo de una Directora General que insistía en vender los favores que el Partido Popular había hecho al cine incrementando su Fondo de Protección y por haber logrado publicar un Decreto Ministerial para desarrollar la ley publicada en el Boletín Oficial cuatro años antes y que, de momento, ha resultado totalmente inútil por la negligencia del ICAA para implementar sus propias disposiciones.

Nos parece que nuestra misión más útil en este momento no debe ser la de participar en estos debates, ya pasados en definitiva, sino preparar el futuro con proyectos. Porque ya verán ustedes, queridos lectores, cómo se van a celebrar innumerables reuniones, congresos, simposios… para analizar al enfermito cine español, como el coro de doctores de ‘El Rey que rabió’. Nos hemos atrevido a preparar un índice para ordenar estas futuras actividades.

Coro de Doctores de 'El Rey que rabió'

Temas a tratar opara arreglar el cine español

1. Proteger el legado recibido, mediante una eficaz Filmoteca de España y cuantas más Autonómicas mejor, como sucede con las bibliotecas.

2. Satisfacer las vocaciones de todos aquellos que se quieren incorporar a la industria del cine. Para ello son imprescindibles las Escuelas de formación inicial y las diversas Instituciones de Formación Continua que faciliten a los ya incorporados a la producción su especialización y puesta al día ante los vertiginosos cambios tecnológicos que se producen en el sector.

3. Dado que la fabricación de películas es parte de una industria cultural, el Estado, a través de su Gobierno, debe dotar a las empresas y profesionales de un marco jurídico que les permita producir sus películas con un sistema financiero eficaz. La mayoría de los países europeos han optado por subvencionar la producción. En España se ha venido haciendo así desde hace más de 50 años, pero los procedimientos aplicados han sido tan poco eficaces que ninguna Ley de Cine ha tenido más de 10 años de vigencia. E incluso durante esos períodos, los diferentes gobiernos han ido introduciendo cambios, correcciones y nuevas disposiciones, lo que ha impedido poder llegar a trabajar de una manera constante y firme.

La mayoría de los países europeos ha optado por subvencionar la producción. Pero en España ninguna Ley de Cine ha tenido más de 10 años de vigencia

4. Empecemos por hablar del sector más importante, el alma del cine: la PRODUCCION.

A. Vivimos tiempos políticamente turbulentos. Los productores, como muchos otros empresarios españoles, temen que el nuevo gobierno que ha de formarse en los próximos meses caerá en la tentación de arreglarlo todo desde la raíz: comisiones, estudios, discusiones… para llegar a hacer una nueva Ley de Cine cuando el partido que la patrocine esté a punto de pasar a la oposición… Y el nuevo partido convocará de nuevo a ‘los del cine’ para…

¿Por qué no se le da una oportunidad a la presente Ley haciendo los oportunos arreglos legales para que funcionemos lo mejor posible? Y a cambio de esa continuidad y mediante las energías ahorradas, que se produzca, por favor, un incremento suficiente para el Fondo de Protección. Mientras en España éste ha sido de entre 40 y 80 millones anuales en Italia es de 400.

B. De poco sirve exhibir nuestras películas exclusivamente en los festivales locales de San Sebastián, Málaga o Huesca. Nuestra presencia en Festivales Internacionales tales como Sundance, Rotterdam, Berlín, Cannes, Locarno, Venecia y Toronto es imprescindible. Una cinematografía que produce casi 200 largometrajes anuales tiene necesariamente que encontrar un hueco en las programaciones de estos eventos.

Desde la Dirección General debe desarrollarse una política de promoción del Cine Español, dentro y fuera de nuestras fronteras. Para ello es necesario que la Administración entre en colaboración otros agentes, como Asociaciones de productores, Egeda, Cámaras de Comercio (ICEX), Embajadas españolas, etc. Y que todos ellos, debidamente coordinados por el Ministerio de Cultura, trabajen para llamar la atención y provocar el interés de los directores de estos festivales. Quizá nuestras estrellas tengan que lucir su palmito… Pues a ello.

La mayor cadena de exhibición del mundo son estos 2.800 festivales que se celebran al año por todo el mundo. Y para tener acceso a la mayoría de ellos debemos estar presentes en los más importantes.

Almodóvar nos ha vuelto a dar la alegría de competir por la Palma de Oro en Cannes. Pero no debemos aspirar a su sola presencia allí como antaño lo hacía Carlos Saura. El cine español debe ser más que un nombre.

Por último, el sector de la producción de cine es impensable sin sus dos complementos que son la DISTRIBUCIÓN y la EXHIBICIÓN.

5. En los últimos 30 años la distribución ha estado controlada por las grandes compañías multinacionales y sus sucursales en España. A sus películas les hemos regalado nuestro idioma, les hemos eximido del pago de tasas de doblaje, impuestos y otros gravámenes y les hemos tolerado todo tipo de acrobacias fiscales. Todo ello les ha permitido someter a su antojo a los dueños de los cines, cuando no comprar sus pantallas.

Los ejecutivos de las distribuidoras, radicadas fundamentalmente en Madrid, veían cerrarse nuestras hermosas salas mientras ellos se dedicaban a pelar mariscos con la misma fruición con la que pelaban al cine español.

Es imprescindible potenciar a las más de quince distribuidoras nacionales que compiten con las seis multinacionales, que cuentan con los blockbusters americanos y además son casi exclusivistas del cine español que producen y promocionan nuestras televisiones. Demos una oportunidad a nuestras distribuidoras mediante el acceso al crédito y procuremos que ellas controlen la comercialización del cine español.

Es imprescindible potenciar a las más de quince distribuidoras nacionales que compiten con las seis multinacionales de los blockbusters americanos

6. La exhibición, las salas de cine, ha sido el sector que más ha sufrido la crisis. Con un IVA del 21% y un canon de autores de masivo gravoso sobreviven –algunos– gracias a la venta de palomitas. Francia, con 65 millones de habitantes, cuenta con 5.500 salas; España, con 47 millones, tiene 2.800 salas. Este sector necesita una autorregulación que le permita liberarse de los altos porcentajes de taquilla que se ve obligado a pagar por las películas USA, que a veces llegan hasta el 70% de la recaudación. Su IVA debe ser reducido al 8% de años pasados y el Estado debe facilitar mediante créditos la digitalización y modernización de las salas. Es imprescindible el esfuerzo de todos para procurar mantener en funcionamiento los cines en la mayor parte de las ciudades españolas. Es lamentable que poblaciones como Tarragona, Pontevedra, Jaén o Móstoles no cuenten ya con una sola sala de cine.

7. La transición a “lo digital” debe tener protagonismo de grupos españoles. Perdimos el carro en su día y aún estamos a tiempo de liderar las nuevas formas de ver cine, sin ser un simple apéndice movido a golpe de mail desde Los Angeles.

En un próximo artículo nos ocuparemos de las nuevas ventanas de exhibición, y de la más importante de ellas hoy en día: la televisión.

Recientemente se han celebrado dos debates alrededor del cine español que han merecido nuestra atención.

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